El patrimonio gastronómico español. Herramientas del diseño para su puesta en valor

Este proyecto está dirigido por el Prof. Parasecoli y cofinanciado por las ayudas HISPANEX del Ministerio de Cultura y Deporte para el año 2022.

El objetivo inmediato del proyecto es reflexionar sobre cómo podemos aumentar el perfil internacional y la visibilidad del patrimonio culinario español a través de las herramientas del diseño.

La finalidad última de este trabajo es promover el patrimonio gastronómico español teniendo en cuenta las necesidades de todos los actores implicados tanto en su creación como en su mantenimiento y puesta en valor.

En España este patrimonio gastronómico se percibe cada vez más como un factor clave en términos de identidad cultural local, desarrollo económico de las regiones rurales y motor para el crecimiento del turismo sostenible. En este sentido, los gobiernos han trabajado desde todos los niveles de la administración para obtener el reconocimiento de su patrimonio alimentario, logrando así su inclusión en listados regionales, nacionales e internacionales, como el patrimonio cultural inmaterial de la UNESCO. Sin embargo, no siempre resulta evidente cómo podemos aprovechar este patrimonio en la práctica ni, mucho menos, cómo comunicar fuera de nuestras fronteras la riqueza y el valor cultural del patrimonio gastronómico de las diversas regiones de España, cada una con sus tradiciones específicas. A pesar de la fama mundial de muchos chefs y restaurantes, el éxito comercial de muchos productos y el interés por las tapas como modelo gastronómico, la comida española no tiene un perfil claro en el panorama gastronómico internacional, como sí lo tienen países como Francia, Italia o Japón. Además, es difícil mantener una atención sostenida hacia su apoyo y promoción, organizar iniciativas a largo plazo e integrarlo en las actividades cotidianas de las instituciones públicas y los actores privados a nivel local, regional y nacional.

Estos aspectos prácticos constituyen lo que los planificadores sociales, los urbanistas, y los diseñadores describen como un “wicked problem”, un problema “retorcido,” en el sentido que resiste soluciones definitivas y unívocas. Este tipo de problema involucra actores con visiones, prioridades y necesidades diferentes; presenta requisitos incompletos, contradictorios y cambiantes que a menudo son difíciles de determinar; y requiere diferentes conocimientos y habilidades. Además, cualquier intervención puede causar consecuencias no planificadas. El diseño, sobre todo en sus formas más participativas y colaborativas, tiene el potencial para proporcionar herramientas y estrategias para enfrentar estos problemas.

En las últimas décadas, el diseño ha pasado de ocuparse únicamente de la materialidad de los objetos y espacios a aspectos más intangibles de la vida humana, como experiencias, servicios y sistemas. En ese sentido el diseño puede contribuir a una mejor gestión y utilización del patrimonio alimentario, explorando nuevos marcos analíticos para comprender las realidades actuales y para planear acciones significativas.

El patrimonio alimentario no es sólo productos, platos, o prácticas culinarias; es el proceso en el que se involucra cada comunidad para determinarlo y vivirlo. En este sentido, es algo compartido por actores muy diferentes; como tal, implica una dimensión pública, conversaciones sobre el presente y el futuro, debates y desacuerdos. El patrimonio alimentario es verdaderamente un problema “retorcido.” Al mismo tiempo, brinda oportunidades para reimaginar y reelaborar lo que ya existe. El objetivo de este proyecto es averiguar si, y cómo, el diseño puede apoyar y consolidar estos procesos.

Actividades del proyecto


Proyecto promovido por

   

Con financiación de

Con el apoyo de

   

   

             

 

Detalles    
Tipo de actividad:
Proyectos
Título:
Hispanex
Temáticas:
Cultura y sociedad