Por: Martha Isabel Márquez Quintero
PREMIO IDARTES SE MUDA A TU CASA 2020
Una tópica utópica y distópica en medio de la crisis.
Escrita en el período de la cuarentena, bajo la premisa propuesta por IDARTES, “otros mundos posibles”.
Bogotá, 2.020
Personajes:
Zen El Catastrófico
El Policía De Las Tres Efes
Una gallina llamada Stella Lunar, que bien
puede ser un holograma de gallina, un muñeco que hace de gallina,
un video de una gallina, una gallina como tal, un actor gallina,
una gallina de actor o la gallina de un actor.
Escena única
El Policía de las Tres Efes- Desde hace rato le estaba haciendo señas desde mi moto para que se detuviera y se bajara de la suya. Ya iba a llamar refuerzos.
Zen El Catastrófico- No me había fijado.
El Policía de las Tres Efes- ¿Se puede quitar el casco?
Zen El Catastrófico- Sí, claro.
El Policía de las Tres Efes- ¿Qué dijo?
Zen El Catastrófico- Espere me lo suelto bien… sí… Que no me había fijado que me estaba haciendo señas desde hace rato, eso dije señor policía.
El Policía de las Tres Efes- ¿Usted sabe que estamos en cuarentena?
Zen El Catastrófico- Sí.
El Policía de las Tres Efes- ¿Sabe que estamos multando a las personas que no sigan las condiciones que ha impuesto el gobierno por la cuarentena?
Zen El Catastrófico- Sí.
El Policía de las Tres Efes- Supongo que tiene una buena razón para estar transitando con su moto.
Zen El Catastrófico- Sí.
El Policía de las Tres Efes- Cuénteme.
Zen El Catastrófico- Salí a comprar tabaco.
El Policía de las Tres Efes- Salió a comprar tabaco.
Zen El Catastrófico- Sí.
El Policía de las Tres Efes- Eso no es una razón.
Zen El Catastrófico- Sí. Es una razón porque se me acabó entonces por eso salí.
El Policía de las Tres Efes- Se puede salir solamente a hacer compras de carácter esencial.
Zen El Catastrófico- Para mí es esencial.
El Policía de las Tres Efes- No me venga con cuentos. Hablo de alimentos, medicamentos, o salir a trabajar a un hospital.
Zen El Catastrófico- Para mí es esencial.
El Policía de las Tres Efes- No se puede salir a pasear ¿entiende? ¡No se puede salir a pasear!
Zen El Catastrófico- Que no salí a pasear. ¿Algo más?
El Policía de las Tres Efes- ¿Y se va a poner el casco y se va a ir? ¿Cómo que “algo más”? ¿Me está viendo la cara?
Zen El Catastrófico- No se cómo interpretar su pregunta, pero sí. Digamos, lo estoy mirando a la cara.
El Policía de las Tres Efes- Que si me está viendo la cara de idiota.
Zen El Catastrófico- Señor agente, ¿qué quiere? Déjeme seguir que no salí a hacer nada malo.
El Policía de las Tres Efes- De verdad, ¿a qué salió?
Zen El Catastrófico- Ya le dije, salí a comprar tabaco. ¡Se me acabó!
El Policía de las Tres Efes- ¿Por qué no se inventa una excusa al menos? Voy a multarlo.
Zen El Catastrófico- Sí. Múlteme. Está en su derecho.
El Policía de las Tres Efes- ¿Qué va a hacer?
Zen El Catastrófico- ¿No puedo usar mi celular?
El Policía de las Tres Efes- No.
Zen El Catastrófico- ¿Cómo que no? Es mío.
El Policía de las Tres Efes- Guárdelo.
Zen El Catastrófico- No.
El Policía de las Tres Efes- Guárdelo.
Zen El Catastrófico- No.
El Policía de las Tres Efes- ¡Guárdelo! ¿Va a hacer un video?
Zen El Catastrófico- Sí. No tendrá ningún problema en que haga un video, es un procedimiento legal ¿no? Una multa. Usted pone su multa y yo hago un video o llamo a quien quiera, yo veré que hago con mi celular.
El Policía de las Tres Efes- Deje de grabar.
Zen El Catastrófico- No, ¿por qué?
El Policía de las Tres Efes- Deje eso.
Zen El Catastrófico- Que no.
El Policía de las Tres Efes- Deje eso.
Zen El Catastrófico- ¡Que no! ¡Que esta cosa es mía! ¿Qué le pasa imbécil por qué me tumba el celular al piso? ¡Qué le pasa!
El Policía de las Tres Efes- Le dije que no hiciera videos.
Zen El Catastrófico- ¡Me lo quebró!
El Policía de las Tres Efes- Le advertí que dejara eso.
Zen El Catastrófico- ¡Pero no tenía derecho!
El Policía de las Tres Efes- Sí lo tengo, soy la autoridad.
Zen El Catastrófico- ¿Para eso es que usted usa la autoridad? ¿Para quebrarle los celulares a la gente? Me lo volvió mierda señor, mierda, mire y es lo único que tengo ahora para comunicarme en este tiempo. ¡Además me tocó y no tiene ni guantes!
El Policía de las Tres Efes- ¡Usted ni tiene tapabocas!
Zen El Catastrófico- ¡Ni usted! ¡Al menos pida una disculpa! ¡Mire cómo lo volvió!
El Policía de las Tres Efes- ¿Por qué le voy a pedir disculpas a un imbécil que sale a la calle cuando está prohibido salir a la calle? Más bien voy a llamar a la patrulla y me lo voy a llevar.
Zen El Catastrófico- Págueme el celular, múlteme y ya. ¿Para qué va a llamar a una patrulla?
El Policía de las Tres Efes- A ver, a ver, deme su identificación y lo voy a requisar.
Zen El Catastrófico- ¡Ya señor haga lo de su multa y ya está! Tome mi identificación.
El Policía de las Tres Efes- Gracias voy a verificar los datos suyos. Abra las piernas. Más, más. Separe los brazos. Más, más. Eso, así. Eso. Quédese más quieto. No baje los brazos. Donde pueda verlos.
Zen El Catastrófico- ¿Y hasta cuándo va a requisar? ¿Para requisar me tiene que tocar tanto?
El Policía de las Tres Efes- Para requisar yo lo puedo tocar donde se me de la gana, así y así y por aquí y por acá. El tiempo que se me de la gana. ¿Con quién vive?
Zen El Catastrófico- ¿Eso viene al caso?
El Policía de las Tres Efes- Yo hago las preguntas aquí. ¿Con quién vive?
Zen El Catastrófico- Solo.
El Policía de las Tres Efes- Me imagino que es un pendejo maltratador que le toca vivir solo porque se ha fracasado con todas sus mujeres y se arma sus tabacos.
Zen El Catastrófico- Me imagino que usted es un pendejo que está convencido que hace un gran aporte al mundo viviendo entre pensamientos altruistas y discursos humanistas que son pura carreta.
El Policía de las Tres Efes- ¿Estás de refunfuñón? Aquí el que se pone de refunfuñoncito y el que hace las preguntas soy yo. ¿Y qué llevas ahí? ¿Eres jíbaro? ¿Sí? ¿Jibaro? No me manotees idiota. Abre la cajuela de la moto.
Zen El Catastrófico- ¿Para qué?
El Policía de las Tres Efes- Porque te estoy requisando y voy a requisar la moto también.
Zen El Catastrófico- Puede ver por las rendijas.
El Policía de las Tres Efes- ¿Ver qué? Necesito que abra la cajuela de su moto. ¿Se mueve algo ahí adentro? Ay, mierda qué me picó. ¡Me picó, me picó! ¿Qué lleva ahí adentro? ¡Abra le digo!
Zen El Catastrófico- Sí, sí, voy. Espere encuentro la llave.
El Policía de las Tres Efes- Abra despacio, despacio.
Zen El Catastrófico- Mire. Solo es mi mascota.
El Policía de las Tres Efes- ¿Una gallina?
Zen El Catastrófico- Se llama Stella. Stella Lunar porque tiene un lunar de plumas.
El Policía de las Tres Efes- Una gallina que se llama Stella.
Zen El Catastrófico- Stella es un nombre popular entre las gallinas.
El Policía de las Tres Efes- ¿Y usted es de esos que sacan a pasear a la cabra, o a un perro de peluche para saltarse el confinamiento?
Zen El Catastrófico- Yo ya le dije a qué salí.
El Policía de las Tres Efes- Me habría podido decir que llevaba entonces a Stella al veterinario o que la llevaba de domicilio para un almuerzo, pero ¿comprar tabaco? ¿Y eso qué es? ¿Un casco? ¿Una gallina con casco?
Zen El Catastrófico- Sí. Le compré un casco.
El Policía de las Tres Efes- ¿Es que no sabe en qué gastarse la plata? ¿Es para que no multen a la gallina? Mire, hoy no se si me siento demasiado bien o me siento demasiado mal. Quisiera no ponerle la multa, no llamar a la patrulla para que se lo lleven a usted, no llamar a la grúa para que se lleven su moto, pero no me da ninguna razón para no hacerlo. Entonces hago lo que hago y le pregunto lo que le pregunto porque no se si me siento demasiado bien o me siento demasiado mal. Deme alguna razón para que lo deje ir tranquilo y no me vaya a sobornar que si esto se tratara de dinero, hace rato se lo habría hecho saber. Deme, deme. Deme una razón.
Zen El Catastrófico- La verdad, ¿la verdad no es una razón?
El Policía de las Tres Efes- Estoy perdiendo la paciencia.
Zen El Catastrófico- Bueno, no me vaya a aplicar la ley se lo pido. Tengo a Stella y Stella me tiene a mí. Somos ella y yo. Ahora que la situación se empieza a poner difícil, yo al menos tengo dos huevos todas las mañanas.
El Policía de las Tres Efes- No tiene dos huevos, tiene mucho huevo.
Zen El Catastrófico- Mire yo me estoy haciendo el pendejo desde hace rato con mi celular hecho pedazos en mi mano. Como le decía pone dos huevos todas las mañanas. La situación esta algo difícil y tener dos huevos te salva. Pero si la situación se llega a poner más difícil me hago un caldo de Stella Lunar y guardo mollejas, corazón, hígado, patas, pechuga, pescuezo y lo dosifico para varios días. Otra razón que no es Stella, doy clases de yoga todos los días por internet y me sigue cantidad de gente, soy casi un maestro Zen, o sea que le mando buena energía al mundo, aunque sea Zen el catastrófico y haya salido por tabaco. Veo el reality del encierro en los edificios de en frente, y compuse una canción que se llama “todos los días es domingo”. No soy buen cantante y tampoco tengo a quien cantársela, pero dice así:
El Policía de las Tres Efes- ¿Tose?
Zen El Catastrófico- No, no… estoy simplemente alistando la garganta para cantar. Dice así: todos los días es domingo / qué lindo día hoy parece un domingo / hoy me siento como si fuera domingo / mañana será un gran día porque es otra vez domingo / las calles están vacías es domingo / antes soñaba con que todos los días fueran domingo / adivina qué día fue ayer, que día es hoy y qué día será mañana / qué mañana tan bella parece de domingo.
El Policía De Las Tres Efes se queda tarareando algo de la canción que acaba de escuchar y que trata sobre un eterno domingo.
Zen El Catastrófico acaricia a Stella Lunar con una leve incomodidad en su garganta por haber entregado todo de sí, en la interpretación de la canción que trata sobre un eterno domingo.
El Policía De Las Tres Efes mira al infractor sin saber qué pensar.
El Policía de las Tres Efes- Creo que hoy me siento demasiado mal.
Zen El Catastrófico- ¿Qué va a hacer?
El Policía de las Tres Efes- Aquí efe cinco cambio, manden patrulla, grúa, tengo un efe cuatro que parece un efe tres con pinta de efe siete, el efe cuatro hace yoga todo el día, anda en moto, tiene de copiloto una gallina a la que le compró un casco, y compuso una canción que dice: “todos los días es domingo,” cambio.
Zen El Catastrófico- Creo que yo también hoy me siento demasiado mal.
El Policía de las Tres Efes- Imagínese dos personas que se sienten demasiado mal reunidas aquí.
Zen El Catastrófico- ¡Me tiene que pagar el teléfono!
El Policía de las Tres Efes- Yo no le voy a pagar nada y hágame el favor de lejitos. No se me acerque.
Zen El Catastrófico- Yo no salí a hacer nada malo.
El Policía de las Tres Efes- Sí, salió a hacer algo muy malo, se salió de su casa sin ninguna razón y esta exponiendo a todo el mundo y me está exponiendo a mí. Es un irresponsable usted y todos los que se salen a la calle. ¡Una partida de egoístas idiotas! Que no se me acerque, sino, vea, mire bien, vea lo que tengo aquí.
Zen El Catastrófico- ¿Me dispararía?
El Policía de las Tres Efes- Le estoy pidiendo que no se me acerque más.
Zen El Catastrófico- ¿Me dispararía?
El Policía de las Tres Efes- ¿Yo le dispararía y usted me tosería? Porque desde que se puso a cantar le ha dado una tosedera pendeja.
Zen El Catastrófico- Ya le dije que no soy cantante, me esta picando la garganta por haberle cantado mi canción. Usted me pidió razones para dejarme ir y se las di.
El Policía de las Tres Efes- Deje de toser.
Zen El Catastrófico- ¡Deje la paranoia! ¡No se por qué estoy tosiendo! ¡Usted también esta empezando a toser!
El Policía de las Tres Efes- ¡Estoy tosiendo porque usted esta tosiendo! ¡Deje de toser!
Zen El Catastrófico- ¡Deje de toser usted!
El Policía de las Tres Efes- ¡Usted fue el que primero inició el ataque!
Zen El Catastrófico- ¡Pero yo no lo estoy atacando!
El Policía de las Tres Efes- ¡Claro que me esta atacando! ¡Váyase para atrás usted y su mascota, aléjense!
Zen El Catastrófico- ¡No me voy a alejar! ¡Déjeme ir!
El Policía de las Tres Efes- ¡Deje de toser!
Zen El Catastrófico- ¡Deje de toser usted!
El Policía de las Tres Efes- Si no deja de toser…
Zen El Catastrófico- Si no dejo de toser ¿qué?
El Policía de las Tres Efes- Que no se me acerque.
Zen El Catastrófico- No me estoy acercando.
El Policía de las Tres Efes- ¡Señor aléjese! ¡Se lo estoy advirtiendo! ¡Aléjese y deje de toser! ¡En las actuales circunstancias lo que usted está haciendo es un intento de homicidio y me voy a ver obligado a defenderme! Ya le quité el seguro a esta pistola y deje de toser ya, porque lo del intento de homicidio le repito en las actuales circunstancias es una realidad. No me vaya a obligar a usarla.
Zen El Catastrófico- ¡Usted que me dispara y yo le clavo este celular quebrado en la yugular!
Sin más dilación, Zen El Catastrófico y El Policía De Las Tres Efes se van a los golpes.
El Policía de las Tres Efes- Así y así, y así, así y así.
Zen El Catastrófico- Yo no me voy a dejar tome esto, tome esto y tome esto.
El Policía de las Tres Efes- Y así, así y así.
Zen El Catastrófico- Le devuelvo su así, así y así.
El Policía de las Tres Efes- Y le devuelvo su tome esto, tome esto y tome esto.
Zen El Catastrófico y El Policía De Las Tres Efes totalmente ávidos de contacto físico y después de puñetearse, amacizarse y revolcarse severamente quedan tendidos en el piso con leves reacciones.
De cuando en cuando tosen mientras se recuperan de los golpes inmutándose mínimamente.
Stella Lunar empieza a picotear la delgada soga que la tiene amarrada al pequeño guacal que está adherido a la moto.
Stella Lunar logra liberarse y piensa por un instante sobre una decisión inminente.
Stella Lunar se acerca a Zen el catastrófico que continúa en un semishock y decididamente pone dos huevos y vuelve a pensar sobre esa decisión inminente.
Finalmente se aleja de aquel borde de la autopista vacío.
Sin rumbo alguno conocido.
Zen El Catastrófico y El Policía De Las Tres Efes tendidos en el piso se miran en silencio. No podemos saber si querrán retomar la pelea, si el cansancio los venció, o qué o qué o qué. Tan solo sabemos que: se miran, se miran y se miran. Qué desconcierto.
Zen El Catastrófico- No salí a hacer lo que han salido a hacer muchos. No salí a hacer lo que debería haber salido a hacer.
El Policía de las Tres Efes- Y yo no salí a hacer lo que sale a hacer un policía. En eso estamos a mano.
Zen El Catastrófico- De verdad. Estaba desesperado en el encierro y me arriesgué a salir apostando a que de pronto no me iba a parar la policía.
El Policía de las Tres Efes- Por suerte yo mismo no me puedo multar a mí mismo. Tengo una ventaja lo admito.
Zen El Catastrófico- ¿Qué va a hacer?
El Policía de las Tres Efes- Ya le muestro. Voy a buscar la llave de la cajuela de mi moto. Estoy algo mareado. Venga le muestro esto. ¿Ve lo que es?
Zen El Catastrófico- Eh… ¿Qué es?
El Policía de las Tres Efes- Tabaco. Yo también salí a comprar tabaco. No me gusta fumar cigarrillos convencionales. Prefiero comprar un buen tabaco y armar mis propios cigarrillos.
Zen El Catastrófico- Es muy raro encontrar a alguien que tenga ese gusto.
El Policía de las Tres Efes- Más raro es que nos hayamos encontrado los dos, porque salimos a hacer lo mismo. Tome. Llévelo a su casa. Aquí tengo más. También tengo por aquí un par de tabacos armados. ¿Le enciendo uno?
Zen El Catastrófico- Gracias. Sí. Enciéndame uno.
El Policía de las Tres Efes- Le está sangrando un ojo.
Zen El Catastrófico- Sí, gracias por avisarme. A usted también le está sangrando un ojo.
El Policía de las Tres Efes- También siento que mi nariz. Sí. Me está sangrando.
Zen El Catastrófico- Tiene reventada la boca. ¿Revisó si tiene los dientes completos?
El Policía de las Tres Efes- Voy a tocarme. ¿Tiene una oreja medio colgando? ¿Eso es una oreja?
Zen El Catastrófico- Ah, si. Parece que sí.
El Policía de las Tres Efes- Parece que no tengo dientes partidos. Ah, sí. Un pedazo de este. Mire. ¿Y su nariz? ¿Ese era el lugar de su nariz?
Zen El Catastrófico- No me precio de tener una nariz bien ubicada, pero creo que tiene razón. Está un poco fuera de lugar.
El Policía de las Tres Efes- De todas formas, necesitaba un abrazo, gracias.
Zen El Catastrófico- Yo también lo necesitaba.
El Policía de las Tres Efes- No de esta forma claro, pero no está mal.
Zen El Catastrófico- ¿Y la grúa y la patrulla? No han llegado.
El Policía de las Tres Efes- Aquí efe cinco cambio, no manden patrulla, ni grúa, el efe cuatro que parece un efe tres con pinta de efe siete, que hace yoga todo el día, anda en moto, tiene de copiloto una gallina a la que le compró un casco, y compuso una canción que dice: “todos los días es domingo”, había salido a una clínica para que le cogieran unos puntos de unas heridas y por medicamentos. Cambio. ¿Qué se hizo Stella?
Zen El Catastrófico- No sé. No debe andar lejos.
El Policía de las Tres Efes- Aquí puso unos huevos. ¿No le preocupa?
Zen El Catastrófico- Estoy muy mareado todavía.
El Policía de las Tres Efes- Le puedo ayudar a buscarla ahora y si no la encontramos pido refuerzos.
Zen El Catastrófico- Qué buen tabaco este.
El Policía de las Tres Efes- ¿A quién se le ocurre comprarle un casco a una gallina?
Zen El Catastrófico- A mí. A mí se me ocurre. Compro cosas inútiles. Los locales están cerrados, pero puedes comprar cualquier cosa por internet. Hasta cascos para gallina.
El Policía de las Tres Efes- Soy el policía de las tres efes. Fabio Ferney Fernández. Sobre mi insulto, el pendejo maltratador que le toca vivir solo porque se ha fracasado con todas sus mujeres y se arma sus tabacos. Ese no es usted. Ese soy yo.
Zen El Catastrófico- El pendejo que está convencido que hace un gran aporte al mundo viviendo entre pensamientos altruistas y discursos humanistas que son pura carreta, ese no es usted. Ese soy yo. Stella, no la gallina, sino mi ex, me llama Zen el Catastrófico. Me miraba siempre desde la puerta mientras yo hacia yoga antes de que nos separáramos. Ella pensaba, el puede quedarse tres o cuatro horas con poses en el cuerpo y la mente en blanco. Y yo puedo quedarme tres o cuatro horas con el cuerpo en blanco y la mente en poses con él. Se cansó y se fue. Teníamos en común una gallina que nos la hemos peleado en el divorcio como si fuera una hija.
El Policía de las Tres Efes- Esto parece el apocalipsis. Estas calles vacías. Uno ve todo este planeta lo hermoso que es, con sus animales, sus montañas, sus ríos, sus árboles, sus campos y descubre que uno es el único ser que no da nada. Esa gallina da huevos, el cielo da nubes y la tierra da tabaco. Nosotros nada.
Zen El Catastrófico- Este tiempo nos tomó por sorpresa.
El Policía de las Tres Efes- Quién se iba a imaginar… ¿todo el mundo encerrado?
Zen El Catastrófico- Sí. Y nos tocó hacer cosas que nunca hemos hecho por este encierro. Hasta pensar en qué nos estamos gastando la vida… hemos hecho humor.
El Policía de las Tres Efes- Hemos hecho bromas.
Zen El Catastrófico- Hemos escrito diarios de cuarentena.
El Policía de las Tres Efes- Hemos jugado con los niños.
Zen El Catastrófico- Hemos dicho adiós sin poder abrazar.
El Policía de las Tres Efes- Hemos cantado.
Zen El Catastrófico- Hemos bailado.
El Policía de las Tres Efes- Hemos leído.
Zen El Catastrófico- Hemos regalado algo de comer a alguien.
El Policía de las Tres Efes- Hemos llorado por un amigo o por un ser querido, o por haber visto quebrar nuestras empresas, o solo por sentirnos solos.
Zen El Catastrófico- Hemos cuidado a otros dando la vida por esos otros, en una dimensión infinita de humildad y de solidaridad, como médicos, como bomberos, como policías, como cultivadores de la tierra.
El Policía de las Tres Efes- Hemos vuelto con el alma a los lugares donde una vez fuimos niños.
Zen El Catastrófico- Hemos visto cadáveres en las calles sin que nadie los pueda recoger.
El Policía de las Tres Efes- Hemos muerto solos en improvisadas clínicas, una asfixiante y lenta agonía lejos del calor de un hogar, del calor de un ser amado.
Zen El Catastrófico- Hemos cocinado.
El Policía de las Tres Efes- Hemos hecho aseo.
Zen El Catastrófico- Hemos reflexionado.
El Policía de las Tres Efes- Hemos ido… hemos vuelto…
Zen El Catastrófico- Volvimos a descubrir que, en medio de todo, solo nos necesitamos a nosotros.
El Policía de las Tres Efes- Ya sabemos qué hay que pedir a los gobernantes.
Zen El Catastrófico- Ya sabemos el poder de un instante.
El Policía de las Tres Efes- Qué buen tabaco.
Zen El Catastrófico- Qué buen tabaco.
El Policía de las Tres Efes- Hoy me siento demasiado mal.
Zen El Catastrófico- Hoy me siento demasiado mal.
El Policía de las Tres Efes- El mundo se detuvo.
Zen El Catastrófico- El mundo se detuvo.
El Policía de las Tres Efes- El mundo se detuvo.
Stella Lunar se acerca decididamente del sin rumbo alguno conocido donde se encontraba. Se acerca a los dos hombres con rostros puñeteados que comparten tabaco sentados en un andén. Se ubica en medio de ellos.
Pone dos huevos, sí, otros dos.
Y se queda ahí.
Sin volver a tomar rumbo alguno conocido, porque quizás piensa que está en el mejor lugar del mundo: junto a quienes lo saben administrar o al menos saben, que podrán llegar a hacerlo bien… alguna vez.
Fin