Rafael Stalin Morla de la Rosa
Personajes:
Rosario (La trans)
Sr. Smith (Doctor del Maricomio Smith)
Ricky (La loca cocainómana)
Jonás (El bisexual, esposo de Cándida)
Cándida (Mujer marimacho)
William (Bugarrón)
Gloria (Lesbiana femme)
Escena 1
(Paredes blancas, estilo manicomio, acolchado. Estética futurista. Hay un rincón con luz tenue. Un armario grande con gavetas, que representa la imagen literal del Closet, y otros elementos que serán determinados por el director. El señor Smith no es un actor en cuerpo presente, sino voz en off).
Rosario: Suficiente señor Smith. No volvamos a lo mismo.
Sr. Smith:- Eres tú quien insiste Manuel.
Rosario:- ¿Qué le digo? Si vamos a hablar de insistencia usted ha ganado el diploma de insistente. ¡Siempre la misma canción! Manuel está muerto, si fuera por mí nunca hubiera nacido. Mi nombre es Rosario.
Sr. Smith:- Está bien Manuel, vamos a jugar tu juego.
Rosario:– No es un juego, señor Smith. Es la realidad. Soy una mujer: pienso como tal, siento como tal y visto como tal. Totalmente femenina las 24 horas.
Sr. Smith:– En eso estamos de acuerdo, Manuel. Piensas como mujer, sientes como mujer, vistes como mujer, pero…
Rosario:- ¿Pero qué señor Smith?
Sr. Smith:- Tienes algo que por más femenina que puedas sentirte te aleja por completo de la femineidad.
Rosario:- Si se refiere al pedazo de carne que cuelga entre mis piernas…
Sr. Smith:– Tu pene…
Rosario:– Sí, mi pene. No me avergüenzo ni me molesta.
Sr. Smith:– Eso es una contradicción Rosario.
Rosario:– Gracias por mencionar mi nombre, ahora comenzamos a entendernos.
Sr. Smith:- Esa es una muy buena noticia.
(El cuerpo de Rosario se queda estático. El de Ricky se levanta como si fuera un robot. Está en otra área del Maricomio Smith).
Sr. Smith (Voz en off):- Cuerpo 2: de pie. Colocar armario en el centro de la habitación (Ricky, cuerpo 2, hace lo que l e ordenan):- A la derecha, no, a la izquierda, más, no, a la derecha, que no, más a la izquierda. Ajá, con que te gusta la izquierda. ¿Eres surdo? Responde sí o no con la cabeza (Responde que sí) Me lo imaginaba. Cuerpo 2: Atento. Colocarse frente al armario. Analizando cuerpo 2. Veamos.
(Se coloca frente al armario).
95 % amanerado, voz aguda, ausencia manzana de Adán, es casi una Eva. No hay músculos, flacidez absoluta. Delgado. Cintura de avispa. Hábito: masturbarse introduciendo dedo en el ano. ¿Ingestión de hormonas? Negativo. ¿Pene? Sí. ¿Ano? Lo que queda.
Categoría: Cuerpo Insulto. Proceso a seguir: Reeducación. Posterior incorporación de Cuerpo Norma. Es una loca.
(El cuerpo de Ricky se queda estático. La luz de Rosario se enciende).
Rosario:– ¿Cuál es la contradicción? No veo ninguna.
Sr. Smith:- Si eres toda una mujer no puedes tener un pene.
Rosario:- ¿Quién dijo que no?
Sr. Smith:- Las mujeres tienen vagina, los hombres tienen pene.
Rosario:– ¿Y cómo explica que yo tenga un pene, y no me sienta como un hombre, y que no tenga vagina y me sienta mujer? Estoy un poco confundida doctor. ¿Qué es lo que me hace hombre? ¿Acaso tener un pene colgando, o usar pantalón y no faldas? ¿Preferir el sexo opuesto me hace hombre? ¿Tener barba me hace hombre? ¿Ser fuerte me hace hombre? ¿Ser fanático del béisbol me hace hombre?
(Se queda estático el cuerpo de Rosario, y se enciende la luz del cuerpo de Ricky).
Sr. Smith (Voz en off):- ¡Acción! Cuerpo Insulto #2 al piso, arrástrese en el piso, bese el piso, sienta el piso, conviértase en el piso para ser pisoteado como lo que es: una basura, o científicamente hablando, un insulto. Sea cordialmente bienvenido al Maricomio Smith. Le enseñaremos todo lo que hay que saber para convertirse en Cuerpo Norma. Castigo: encerrarse en el closet hasta nuevo aviso.
(El cuerpo 2 realizó las acciones dictadas por el señor Smith y terminó encerrándose en el armario, mientras tanto, Rosario estaba estática en una pose. Se enciende luz al cuerpo de Rosario y vuelve a moverse).
Sr. Smith (Voz en off):- Cuerpo 1: Silencio.
Rosario– ¿Por qué? No me va a analizar nuevamente…
Sr. Smith:– Perfil del Cuerpo 1. Analizando: 100 % amanerado, casi mujer, no musculoso, flexibilidad. Hábito: bailar ballet. Posición: cuatro patas. Pelo largo/pelucas/extensiones. Grandes cantidades de hormonas en la sangre. ¿Tacos? Altos. ¿Pecho? Protuberante. ¿Senos? Ummm… truco de cámara, ilusión óptica, gracias a Victoria’s Secret. Ano: Desplegado. Pene: aún colgando.
Rosario:- Y ahí mismo se quedará.
Sr. Smith (Voz en off):- Cuerpo 1, se le ordenó hacer silencio. Una palabra más y serás encerrado en el closet.
Rosario:– No me da miedo, y usted lo sabe. Para sufrir en el closet hay que permitirlo. Estoy muy segura de lo que quiero. Yo soy una mujer.
Sr. Smith:- Cuerpo 1. Hemos llegado a un nivel de tu proceso de rehabilitación conductual donde podemos tomar ciertas decisiones
Rosario:– Usted conoce mi posición.
Sr. Smith:- Debes ser más receptiva.
Rosario:- ¡Cuántos debo! Me asfixia.
Sr. Smith:– Manuel, desde que llegaste al Maricomio Smith hemos llevado un proceso flexible contigo, el cual está a punto de finalizar. Debes entender que un Cuerpo Norma es macho o hembra, nunca es ambas cosas. Los cuerpo insulto, como el tuyo, Manuel, son fallas en el sistema social. Tendrás que tomar una decisión: o abandonas tu deseo de ser mujer o te operamos de forma tal que ya puedas ser una completamente.
Rosario:- Estoy cómoda con mi cuerpo.
Sr. Smith:- Te daremos un tiempo prudente para que lo medites. Pero lo tienes que meditar.
Rosario– No tengo nada que meditar.
Sr. Smith:- ¡Cuerpo 1! Silencio. Acción. Levántese. Tírese al piso. Arrástrese en el piso, bese el piso, sienta el piso, conviértase en el piso para ser pisoteado como lo que es: una basura, o científicamente hablando, un insulto.
Escena 2
(Ricky- Cuerpo2- está encerrado en el armario, y grita a través de un agujero en la puerta. Rosario se acerca).
Ricky:– Sáquenme de este agujero.
Rosario:- No grites. Es una pérdida de tiempo.
Ricky:- ¿Quién está ahí? Sácame, por favor.
Rosario:- Con imperativos y todo. ¿Quién eres tú para ordenarme?
Ricky:- Me llamo Ricky. No sé por qué estoy encerrado aquí.
Rosario:- Ricky… ummm… mucho gusto. Me llamo Rosario.
Ricky:- ¿Me puedes ayudar?
Rosario: – ¿Qué quieres?
Ricky:– Salir de aquí.
Rosario:- Hace tiempo que perdí ese deseo. Y no porque esté cómoda en este lugar.
Ricky:- No aguanto estar encerrado. Lo odio.
Rosario:- No es lo único que odiarás en el Maricomio Smith.
Ricky:- ¿Mari qué?
Rosario:- Maricomio Smith. Es el centro donde estamos encerradas. Particularmente tú estás en un closet.
Ricky:- ¿En un closet? ¿Quién diablos me metió en el closet? ¿Dónde está mi madre? Le dije que no fue culpa mía, es que ella nunca me entiende.
Rosario:– No te pongas histérica, no vas a solucionar nada.
Ricky:- ¿Por qué me hablas en femenino?
Rosario:- ¿Cuál es el problema?
Ricky:– Soy un hombre.
Rosario: – Jajajajja… disculpa, es que tu voz me confundió.
Ricky:– Ja- Ja… qué chistoso eres.
Rosario:– ¿Y por qué tú me hablas en masculino?
Ricky:– Porque eres un hombre.
Rosario:- ¿Cómo te atreves? Si de mí va a depender te quedarás encerrado para siempre.
Ricky:- No digas eso, por favor. Perdóname, no fue mi intención ofenderte. Por tu voz pensé que eras hombre… no sabía…
Rosario:- Blah blah… eres igual a todo el mundo.
Ricky:- ¿Y no tienes llave? Debe haber alguna forma de abrir la puerta.
Rosario:- Sí, hay una llave, pero la tiene el señor Smith.
Ricky:– ¿Señor Smith?
Rosario:- Es el director de este antro.
Ricky:- ¿Qué clase de antro es este? (Se desespera, comienza a golpear la puerta y a gritar):- Sáquenme de aquí. Mamá, perdóname, te juro que no volveré…
Rosario (Asustada):- Muchacha, no grites así o nos amonestarán. (Mueve el armario hacia una esquina) Aquí es seguro. Puedes hablar alto, pero no grites como lo acabas de hacer, porque si no estamos jodidas.
Ricky:– ¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué no puedo hablar alto? ¿Quién es ese Sr. Smith? ¿Por qué tiene la llave del closet?
Rosario: – Te diré. Este es un antro, yo le digo manicomio light, y caro, donde pretenden convertirte en un cuerpo-norma.
Ricky:– ¿Cuerpo Norma?
Rosario: – A ver cómo te explico. El cuerpo norma es un cuerpo domesticado, macho o hembra. Es una especie de individuo aburrido con un potencial infinito para ser dominado.
Ricky:- Mi madre está loca.
Rosario:– El mundo está loca. Jajajaj. Gracias a los astros y a la gran fuente por mandarme un rayo de luz. ¿Te confieso algo? Estoy emocionada.
Ricky:– No puedo decir lo mismo.
Rosario:- Por fin tengo compañía. A veces resulta tan aburrido estar sola, y eso que me encierro en el closet a hacer meditaciones Zen para conectarme con el cosmos. Las torturas del señor Smith vuelven y me desconectan. Pero cuéntame, ¿por qué te trajeron? ¿Por tecato, maricón o todas las anteriores?
Ricky:– Todas las anteriores y una más.
Rosario:-¿Y cuál es esa más?
Ricky:- Prefiero no hablar de eso, por si acaso las paredes escuchan.
Rosario:- No te preocupes, este es el único rincón de la habitación donde los micrófonos y las cámaras del señor Smith no llegan.
Ricky:– ¿Cámaras? ¿Micrófonos? ¿Estamos en la cárcel?
Rosario:- Muy buena definición: cárcel. Aunque me gusta más la mía: manicomio light, me hace sentir menos frustrada.
Ricky:– Está bien, te lo voy a decir. Pero no se lo cuentes a nadie.
Rosario: – Jajajajáa. No te apures. Somos las únicas en esta habitación. Los demás pacientes están encerrados en otras áreas.
(Aparece en otra rincón del escenario, encerrado en un cubículo, muy angosto, Jonás. Parece estar siendo interrogado).
Jonás:– Así mismo es. No. Estoy respondiendo. Bueno… ¿qué quiere que le diga? Ok. Estoy casado. ¿Y? ¿Qué clase de pregunta es esa? Ok. Usted hace las preguntas. No. Tal vez. Así soy yo. No veo el problema. No me gusta manejar por la misma carretera. No. No soy un carro. El punto no es lo que soy o no soy. Un momento… eso no fue… ¿qué tiene que ver el color azul con mi niñez? No. Si. ¿Qué? No entiendo esa pregunta. No me estoy haciendo el loco. Loco es usted haciendo esas preguntas. Ok. Lo voy a repetir. Pero no se meta con mi esposa. Lo que yo siento por ella no tiene absolutamente nada que ver con lo que yo hice, hago, o pueda dejar de hacer, o lo que no me da la gana de dejar de hacer. ¿Qué cosa? No venga con esa, me está manipulando. Ella me ama, que no quiera hacerme el sexo oral no quiere decir lo contrario. No me va a poner en contra de mi esposa. Bueno sí, me gustaría que ella me lo mame, pero tampoco la voy a obligar, por eso vinimos a donde usted, a buscar terapia, pero no entiendo por qué nos quiere tener encerrados aquí. ¡No me lo vuelva a preguntar! Repito: no me gusta manejar la misma carretera. ¿Ok? Ok. Doble vía. ¿Y? ¿Cuál es el problema? No. No. No. Que no. No lo haré. Por favor, pero… ¿cómo? Eso es un abuso. Pero… mi esposa lo sabe, siempre lo supo. Claro que nos comunicamos. Siempre. A ella le gusta el kick boxing. Yo me enamoré de ella cuando la vi pateando… estoy cansado. No voy a seguir. No me pueden obligar a hablar. Mi boca es mía. Yo hago con ella lo que me da la gana. Punto. Se aprovecha porque me ve y no lo veo.
(Se apaga la luz de Jonás, y se enciende la de Ricky y Rosario).
Rosario:- Somos Cuerpo- Insulto, nuestro problema es el más grave de todos los problemas. Pero dejemos los preámbulos y cuenta lo que te trajo.
Ricky:- Bueno… mi familia tiene mucho tiempo lidiando con mi mariconería, prefiero esa palabra a la que ellos usaban: condición, como si fuera una enfermedad. Al principio a toda la familia le encantaba decir: PROBLEMA. Como si el que yo me acostara con hombres fuera un problema. Todo lo contrario, es la mejor solución que existe.
Rosario– Te encantan los hombres, ¿eh?
Ricky:- ¿A ti no?
Rosario:- Sí… pero soy más de relaciones.
Ricky:- ¡Las relaciones son una mierda!
Rosario (Irónica):- Bueno…
Ricky:- Mejor te sigo contando de mi familia. Yo siempre fui la oveja negra. Además de pájaro, resulté ser un tecato, para ellos. Yo simplemente me doy los fines de semana. Pero ya puedes imaginarte el escándalo, los psiquiatras que llegaron, las charlas, la iglesia, la escuela militar, mi madre gritando: ¿qué hice mal? ¿qué dejé de hacer? ¡Mierda! Me voy a asfixiar aquí adentro.
Rosario:- Solo respira profundo.
Ricky:- Yo trato pero no puedo.
Rosario:- Saca la nariz por el agujero de la puerta.
(Ricky saca la nariz e inhala profundo).
Ricky:- ¡Ah! Ahora está mejor.
Rosario (Después que Ricky se tranquiliza):- ¿Viste? Eres una pajarita muy fuerte, amor.
Ricky:– No me digas pajarita, que yo soy un varón con un pene colgando.
Rosario: – Jejejeje… perdón que me ría… yo también tengo un pene colgando… pero soy una mujer.
Ricky:– Yo no. Yo sólo quiero salir de este maldito sitio.
Rosario:- No te apures. El señor Smith te sacará en un rato.
Ricky:– Ese desgraciado. Tú verás cuando lo tenga frente a mí.
Rosario:- A mí no me gusta bregar con drogas. No es glamouroso perder el control. Además, ser marica y tecata es muy retro. Las nuevas tendencias del milenio son la energía universal, la ecología, cuidar el planeta, yoga, paz…
Ricky:– ¿Y no hay un martillo, una piedra, una silla, algo con lo que se pueda abrir a golpes este agujero?
Rosario:- Linda, ¿acaso no escuchaste lo que te dije hace un momento? Aquí todo está bajo control, pensado y calculado para que no podamos escapar.
Ricky:– Mire ombe. A mí nadie me va a encerrar en un manicomio, ni siquiera mi madre. Encontraré la forma de salir.
Rosario:- Jajajajajajjaa.
Ricky:- ¿Por qué la risa?
Rosario: – Me caes en gracia. Yo decía los mismo cuando me trajeron.
Ricky:- Tú y yo no somos iguales.
Rosario:– Pero aquí nos enseñan que debemos serlo. .
Ricky:- Tengo ganas de comer.
Rosario– ¿Son tus únicas ganas? ¡Qué bendecida eres! Yo tengo otras que no pueden ser saciadas. Me quitaron todos mis CDs de música hindú y y cada rato traen esos videos de cirugías genitales. Asco. No te desesperes, en cualquier momento traen la comida.
Ricky:– ¿Y es buena?
Rosario:- Es comida…
Ricky:- Quiero un pase. ¡Me hace falta William!
Rosario– ¡Chacha! No pienses en eso.
Ricky:– Eres demasiado straight, no pareces maricón.
Rosario:- Soy el maricón más maricón que haya parido la perra de las mariconas… ¿qué? ¿Debo meter drogas para ser validada?
Ricky:- Ay ya… te solté. No hables tanta mierda y busca ayuda.
Rosario– ¿Y quién es William, tu novio?
Ricky:– Cuidado, novio es cualquiera. Mi ma-ri-do.
Rosario:- ¡Excúsame!
Ricky:– Yo lo amé con locura.
Rosario:- ¿Ya no lo amas?
Ricky:- Siempre lo amaré.
Rosario– ¿Por qué dijiste amé con locura? ¿Acaso…?
(De Repente aparece en otro lado del centro de rehabilitación otro de los pacientes).
Cándida:- ¿Por qué? Las cosas no tienen que ser como se suponen. Hay demasiada gente en el mundo, que algunos úteros no sean fecundados es un favor al planeta. ¿Por qué? Se equivoca. Claro que me gustan los niños, pero jamás saldría embarazada. ¡Qué asco! Me casé porque sí. Tal vez estaba aburrida. Claro que lo amo. También lo respeto, una cosa no tiene que ver con la otra. No soy celosa. Él no es mi propiedad. Quizás llegue a ser madre. Tengo 40 años. ¿Quién dijo? Adoptaré uno. Me gustan los niños, pero de seis años en adelante. Nunca me he visto cambiando pañales, limpiando mierda o vómito. ¡Qué asco!
(Se apaga la luz de Cándida y se enciende la de Ricky y Rosario).
Ricky:– Está muerto (Comienza a llorar).
Rosario– Lo siento… una muerte siempre es dolorosa.
Ricky:– Una muerte es dolorosa, cualquier muerte es dolorosa, pero la muerte de William es más que dolorosa. Cuando pienso que él ya no está, que no puedo tocar su piel, ni besar sus labios, ni mirarlo a los ojos… ni…
Rosario:- Tranquila, tranquila. Pon sensaciones en tu cuerpo. Trata de sentir tu mano mientras hablas. A mí me funciona muchísimo. Omm…
Ricky:– No importa, me gusta llorar recordando a William, siento que todavía me toca. Cuando yo estaba con William no miraba a nadie más. Me decían que me alejara de él.
Rosario:- ¿Y por qué te decían eso?
Ricky:– Porque William era un bugarrón. Yo sabía que tenía que dejarlo. Por cada lado que se analizara mi relación con William sólo se llegaba a una conclusión: desastre. Pero no, no lo iba a dejar. Una cosa es lo que dice la cabeza y otra lo que ordena el cuerpo. Eran 12 pulgadas y media. Sí, el tamaño importa, y mucho. ¿Cómo separarme de semejante pieza? Jamás. Es más, para me entiendas, Rick Donovan, mi actor porno favorito, era un gusano delante de William. ¿Quién se atrevía a decirme a mí que él no era mi marido? Teníamos un sexo de película porno, nos veíamos todos los días, hasta me pasaba a buscar en su carro. Yo lo acompañaba a trabajar.
Rosario– ¿A trabajar?
Ricky:– William no solamente era bugarrón, también vendía drogas.
Rosario– ¡Pero una ficha la William!
Ricky:– No le digas así que él era demasiado macho.
Rosario:– Sí, claro. Todos los bugarrones son machos, hasta que les sueltas varios billetes extras y una botella de cerveza, se abren como una lechuga.
Ricky:- William no era así.
Rosario:- Ay por Dios. ¡Qué tonta eres! ¿En qué mundo es que tú vives?
Ricky:- En el de Alicia en el país de las maravillas. Yo soy Alicia.
Rosario:– Sin pelo rubio y sin las maravillas, me imagino.
Ricky:– Te equivocas. Mi maravilla era William. Mi criminal, mi bad boy sacado de cualquier película gringa.
Rosario:– ¿Un bugarrón narcotraficante? Mi amor, tú mereces más que eso.
Ricky:- No me critiques. Yo también tengo derecho a enamorarme.
Rosario– Yo pensaba así. Pero un día me pasó algo que me hizo descubrir que el amor no es para maricones.
Ricky:– ¿Quién dijo eso? Yo soy maricón y estoy enamorado.
Rosario:– Los maricones se enamoran en la cabeza y en la oscuridad. Créeme, sé por qué te lo digo.
Ricky:- ¿Por qué? ¿Qué fue lo que te pasó?
Rosario:- Dejémoslo ahí… mejor sígueme contando lo tuyo. ¿Cómo fue que inició tu relación con William?
Ricky:– Nos conocimos por internet. Me habló de sus pulgadas y yo quedé boquiabierta. Luego puso su web cam y tomé la decisión: juntarnos inmediatamente.
Rosario: – Instantánea la niña.
Ricky:– Ah mi amor, es que cuando el muerto pide misa, es misa. Nos encontramos en un parque, de tarde… intercambiamos palabras… y luego…(los recuerdos la entristecen. Comienza a llorar).
Rosario:– ¿Qué pasa? ¿Estás llorando?
(En un calabozo dentro del calabozo de Cándida, está Gloria, El cuerpo insulto 0.5).
Gloria:- Cuerpo Insulto 0.5: presente. ¿Por qué no puedo tener un número entero como todos los demás cuerpos? Ni siquiera estoy en contra de que me tengas encerrada, ya me he resignado, sé que nunca podré hacerte entender. ¿Yo cambiar? Eso está muy difícil. ¿Quieres que llore? ¿Quieres que te tenga miedo? ¿Quieres que me revele? ¿Quieres que te pida perdón? ¿Quieres que me gusten los hombres? ¿Quieres que me aleje de las mujeres? ¿Quieres que yo quiera lo que quieres y que yo no quiero?
Mi respuesta es… No te daré ninguna respuesta, ¿te molesta que yo no sufra como Cándida? ¿Te gustaría que me opere? ¿Me quieres poner el pene de Rosario? ¿Por qué no debo enamorarme de las mujeres? No entiendo la lógica de tu pensamiento. ¿Que la vulva solo ha sido hecha para los hombres? ¿Según quién? ¿Dios? ¿Tú? ¿Quién te habrá dado el poder de ser tan moralista? Yo conozco tus secretos. ¿Por eso me tienes encerrada aquí? ¿Porque yo te conozco más que ningún otro cuerpo insulto que está encerrado en este lugar?
Nunca te voy a odiar. Hace tiempo te perdoné. Pero no te daré el placer de verme sufrir… Cuerpo insulto 0.5: feliz siendo mujer lesbiana, femenina, sí, femenina, ¿es tan difícil entenderlo?… Cuerpo Insulto 0.5: Línea torcida, desmembrada, descolgada… Dame otro número, o me tragaré el punto, dame otro número o me tragaré el cero, morderé el cinco y gritaré tus secretos. Soy el recuerdo eterno de tus errores, y lo sabes.
(Vuelve a la escena de Ricky y Rosario).
Ricky:– Me duele recordarlo. A mí no me gustaba salir con bugarrones, es más, yo criticaba a quienes lo hacían. Pero… estaba soltero, uno tiene ganas, tú sabes. Nadie me hacía caso, los tipos que me gustaban, machitos, me salían huyendo porque era muy loca: ¡demasiado pasiva para mi gusto!, me llegaron a decir. Y… los bugarrones siempre estaban en la esquina, se tocaban sus grandes bultos, me miraban con ojos de buitre, y bueno, los hombres somos débiles. Y si tienes dinero, ¿por qué no comprar lo que necesitas?
Rosario:– Yo no pago un chele por sexo… mejor que me paguen a mí. Comerse este monumento cuesta. Hablando así como los pájaros, no me has dicho la otra razón por la que te trajeron.
Ricky:– Me trajeron porque cometí un crimen, la policía me estaba buscando, y mi madre prefirió encerrarme en este lugar.
Rosario:-¿Y cuál fue ese crimen?
Ricky (Se queda pensando):- Un crimen, tan simple como eso.
Rosario:- Pero ¿qué clase de crimen? Ay no… yo te voy a decir una cosa, ya te pasaste de la raya. Puedo entender lo de tecata, hasta la bugarronería de tu marido, tus delirios de varón, el narcotráfico, ¿pero crimen? Yo no brego con criminales, papi, lo siento mucho.
Ricky:- Espera… yo no soy un criminal…
Rosario:- Tú dijiste que cometiste un crimen.
Ricky:– Sí, pero…
Rosario:- Crimen es crimen. ¿Mataste a alguien? Mejor ni me digas, después me vuelvo cómplice. Y escapando de la policía. Ay no… ya tengo mucho con el señor Smith, no voy a tolerar más conflicto.
Ricky:– Por favor, no me trates así, no seas como todo el mundo, tú no entiendes, es complicado, tú no estabas ahí, te juro que yo no quería hacerlo. Cuando me di cuenta era demasiado tarde. Que maldita vaina. No aguanto estar aquí. Sácame, ayúdame por favor, te lo ruego, no me dejes solo, te juro que yo no quería hacerlo.
(Suena alarma).
Sr. Smith:– Alerta. Nivel 3.1: Cuerpo Insulto #1 de pie, pecho al techo, no respire. Acérquese a la esquina. Recoja la bandeja. Debajo del plato recoger llave y abrir armario. Ahora. Cuerpo Insulto #2 salir del armario, colocarse frente al Cuerpo Insulto #1 y ambos arrodillarse frente a frente con la bandeja en medio. Cualquiera, no importa cual, total, son la misma aberración de la naturaleza, agarrar la jeringa colocada al lado del plato que contiene la comida. Inyección de testosterona: es hora de que estos cuerpos comiencen a ser machos (Se inyecta una a la otra)
ESCENA 4
Rosario:- Ricky. Te voy a hacer una pregunta. Pero tienes que ser honesta conmigo.
Ricky:- ¡Qué dramática!
Rosario– ¿Qué fue eso que hiciste?
Ricky:– No sé nada.
Rosario– No te hagas. No eres buena actriz.
Ricky:- Déjame, eso es parte del pasado. Quiero un pase.
Rosario:- De verdad, dime, no te voy a juzgar, lo prometo.
Ricky:-Hice un daño terrible. Me lo hice a mí misma. Soy débil con los bugarrones.
Rosario:- Yo también lo fui.
Ricky:– ¿Ya no?
Rosario– Aprendí a tenerles miedo, y alejarme de ellos.
Ricky:– A mí no me asustan, pero sí me hacen perder la cabeza.
Rosario:– La última vez que perdí mi cabeza por un bugarrón fue por varios bugarrones, y casi pierdo la vida.
Ricky:- William y yo teníamos una relación estable. Yo siempre le daba dinero, y él siempre me daba por detrás. Un matrimonio. Alquilé una habitación donde dormíamos juntos. Él me amaba. Me decía cosas bonitas. ¡Qué muela tenía William!
Rosario:- No solo los bugarrones. También algunos straights. Encuentran las palabras perfectas que te dejan seca. Te restriegan en la cara que son casados, que tienen hijos. Siempre tratan de demostrar lo machos que son. Parecen niños temerosos. Y yo siempre dispuesta a protegerlos.
Ricky:- Mi estilo de vida eran los bugarrones.
Rosario– El mío los políticos y los padres de familia.
Ricky:– ¿Te la buscabas?
Rosario:- Técnicamente sí. Pero solía s er cotizada. Nada de esperar en una esquina. . Moteles o mi casa. Hasta que una noche ocurrió….
Ricky:– Una noche fue que William dijo que me dejaba. Yo le grité tú no irás a ningún lado.
Rosario:- Esa fue mi última noche. ¿Te soy sincera? Yo no tenía necesidad. Vengo de una familia bien.
Ricky:- ¿Por qué lo hacías entonces?
Rosario:- Me fascina nadar contra la corriente. Mujer y sexomercial. ¿Quieres peores insultos?
Ricky:- Maricón y tecato.
Rosario:– Poco original. Cualquier maricón puede ser tecato. Pero mujer y sexomercial, hay que tener ovarios.
Ricky:- ¿Por qué aquella fue tu última noche?
Rosario:- Mi cliente y yo a punto de alcanzar el orgasmo, cuando de repente…
Ricky:– William estaba negado. Yo lo agarraba del brazo. El recogía sus cosas, estuvimos forcejeando por varios minutos. Yo sólo decía: te amo William, no me dejes, te amo William no me dejes.
Rosario– Mi madre sólo gritó Manuel tres veces y cerró la puerta, mientras lloraba como las típicas madres de maricones. ¿Sabes lo que más me molestó? Que me dijera Manuel.
Ricky:– Cansado de entrar su ropa en la maleta y de yo sacarla y tirarla al suelo, me dio aquel puñetazo que me lanzó como un saco de papas.
Rosario– Escuché el ruido de un carro y a mi madre bajando las escaleras. Eran las 10 de la noche. Ella nunca recibía visitas a esas horas.
Ricky:- Yo, desesperado, enamorado, me arrastré como una culebra a los pies de William. El me pisó.
Rosario:– Todo pasó muy pronto. Dos hombres fuertes me agarraron de los brazos, me sedaron y me sacaron de la casa.
Ricky:– ¿Qué?
Rosario:- Como lo oyes. Mi madre me internó en un centro para recibir terapias. Mi doctor era un hombre bello, inteligente, me trataba súper bien. Por primera vez en mi vida le mostré a alguien lo que siento y lo que pienso.
Ricky:– Cerró su maleta (Hace silencio. Se toca la cabeza, aturdido).
Rosario:– ¿Aja?
Ricky:- Eh… no recuerdo… nunca logro avanzar a esa parte… mi cerebro lo olvida… no sé qué más pasó, lo único que recuerdo es… (Comienza a llorar, se tapa los ojos, se golpea).
Rosario: – Mi terapeuta y yo nos enamoramos. Escondidos de mi madre iniciamos una relación. Me enseñó tantas cosas, hasta que…
Ricky:- Disparé una, dos, tres, cuatro, cinco veces. Soy un asesino.
Rosario:- ¡Mataste a William!
Ricky:- Soy un perverso, degenerado, maricón, asesino. El señor Smith tiene razón.
Rosario:– Yo debí hacer lo mismo con mi novio terapeuta.
(Rosario canta una canción referente a una decepción amorosa. Cuando termina de cantar sale del armario el fantasma de William).
William:- Yo soy bugarrón. No tengo por qué negarlo. No soy maricón.
Ricky:- Tú sí me besas. Me dijiste que soy el único pájaro con ese privilegio. ¿Lo vas a negar?
William:- No tengo por qué negarlo. Soy un macho. Soy tu macho.
Ricky:- William…
Rosario– Ya volvió la loca a ser loca. En ese armario no hay nadie. William ya murió. Tienes que aceptarlo.
Ricky:– William no está muerto, se salvó de las balas. Papi, vamos a visitar a tu hija el próximo domingo.
William:– Dame algo más, no es suficiente, soy bugarrón.
Ricky:- ¿Qué más tú quieres William? Te doy ropa, zapatos, dinero, mi cuerpo…
Rosario:- Siempre quieren más, linda. Los bugarrones son como un barril sin fondo.
William:– Tengo una hija, estoy casado, no soy maricón. Dame tu…
Ricky:- Me encantas William.
Rosario (Sacude el cuerpo de Ricky):- Ricky, reacciona, estás delirando… ¿qué es lo que pasa? Has tomado demasiadas pastillas.
William:– Llámame cuando quieras, tú sabes que estoy por ti. Dame algo más.
Ricky:- ¿Qué más quieres William? No tengo más nada que darte.
William:- Toma mi leche, pero no me beses, dame algo más, no soy maricón. Dame algo más.
Ricky:- Cállate William. No te puedo dar más.
William:- Me voy. No es suficiente.
Ricky:– No te vayas William.
William:- Tengo una hija, no soy maricón.
Ricky:– Yo te amo William, no me dejes (Agarró un revólver imaginario y trata de disparar pero no salen las balas).
William (William dice texto y desaparece):- No tengo por qué negarlo.
Ricky (Trata de disparar con el arma imaginaria):- ¿Qué es lo que pasa? No me salen las balas. Te amo William, no me dejes (sigue intentando disparar pero no puede).
Rosario:– Ricky basta, basta.
Ricky:- Mierda (Se tira al suelo, absorto, con los ojos abiertos de par en par, en obsesión):- No me salieron las balas… pero, yo lo maté… deben salir las balas… no…¿o sí? Pero… ay… no entiendo nada… ya sé… sí, eso es… ahora recuerdo… William me dio una patada, me dejó llorando y se marchó.
Rosario:– ¿No le disparaste?
Ricky:– No, no. Yo no lo hice. ¿O sí? No. Te lo juro. Ahora recuerdo. Al día siguiente llamaron a mi casa, su cuerpo apareció muerto en un intercambio de disparos con la policía. Mi mamá se volvió como loca y decidió internarme. El señor Smith me hacía muchas preguntas, y no me dejaba hablar, y las pastillas, y mi madre, no sé, todo es confuso. Pero yo no lo maté.
Rosario:- Yo sé que es una situación muy delicada, pero dime la verdad. Recuerda que puedes confiar en mí.
Ricky:– Te lo juro por lo más sagrado. Yo no lo maté.
Rosario:– Te creo. El señor Smith es un hijo de la gran puta.
Ricky:– No ofendas a su madre, no tiene la culpa de haber parido ese engendro.
Sr.Smith:– Alerta. Alerta. Cuerpos Insultos alejados del punto central. Mantienen conversación clandestina en espacio levemente vigilado.
Rosario:- Ricky, tenemos que hacer silencio, parece que el señor Smith nos descubrió.
Ricky:– ¿Cómo nos descubrió?
Rosario:- No sé cómo pero lo hizo. ¡Mierda! Nos jodimos.
Ricky:– ¿Y qué es lo peor que nos puede pasar?
Rosario:- El juego de béisbol. ¿Quieres peor castigo?
Ricky:– ¿Qué tiene de malo? Me encanta la pelota.
Rosario:- Pero eso no será todo Ricky.
Ricky:– ¿Qué otra cosa hay?
Sr.Smith:- Maricomio Smith. Proceso de rehabilitación conductual #10: Intervención sanguinaria: sadomasoquismo corporal propedéutico. Cuerpos insulto # 1 y #2 colocarse frente al armario. Hincados. Levantarse. Entrar al armario, sacar ropa militar. Vestirse inmediatamente. (Cuerpo Insulto 1 y 2 se van vistiendo de militar). ALERTA. ALERTA. Cuerpo Insulto #3: Jugar con carritos y ver revista Playboy. Alerta. Alerta. Cuerpo Insulto #4: Ponerse vestido de novia y sujetar pene plástico. Alerta. Alerta. Cuerpo Insulto 0.5 pensar en tu príncipe azul, y pensar en tener un esposo. Cuerpo Insulto #1 y #2 correr de un lado a otro. Entrar al armario, salir del armario. Vuelvan a entrar. Agarrar correa dentro del armario, uno golpee el cuerpo del otro y viceversa, insultar al otro y viceversa. Alerta. Alerta. Cuerpo Insulto # 3: Juega y conéctate con tu naturaleza masculina.
Jonás (Mientras realiza acciones):- Sr. Smith, no le veo sentido a lo que hago.
Sr. Smith:– Cuerpo Insulto # 3: Silencio. El sentido lo damos nosotros. Cuerpo Insulto #4: ¿Qué se siente ser mujer nuevamente?
Cándida (Mientras realiza acciones):- ¿Cuándo dejé de serlo?
Sr.Smith:- Cuerpo Insulto #4: Cuidar a su bebé. Sea una buena madre.
Cándida (Abraza el pene con mecánica ternura. Luego lo va a apretando paulatinamente):- No me interesa ser madre. No me gustan los bebés.
Sr.Smith:- Cuerpo Insulto #4: Sumisa. Femenina. Delicada. Madre. Bella. Tierna.
Cándida:- No me jodas. Te lo voy a meter a ti. Pendejo.
Sr. Smith:– Cuerpo Insulto #4: cantar canción de cuna a su bebé.
Cándida (Aprieta el pene gigante y lo tira al suelo):- ¿Pero por qué me tienen que obligar? No todas las mujeres tenemos que parir.
Sr. Smith:- Cuerpo Insulto #4: Aceptar tu naturaleza.
Cándida:- A la mierda la naturaleza.
Sr. Smith:– Alerta. Alerta. Cuerpo Insulto #1: ¿Qué tal el juego de béisbol Manuel?
Rosario:- Un infierno. Máteme.
Sr. Smith:- Cuerpo Insulto #2: ¿Disfrutando el juego de béisbol?
Ricky:– De hecho sí. Está buenísimo.
Sr. Smith:- Alerta. Error. Alerta. Error. Cuerpo Insulto #2 asume terapia sanguinaria como disfrute. Cambiar procedimiento. Cuerpo Insulto # 2: Encerrarse en el closet. Rezar 25 padre nuestro. Pedirle a Dios que te cure.
(Ricky se encierra en el closet).
Rosario:– De vuelta al closet, maricón. Qué fuerte.
(Cuerpo Insulto #2 entra al closet, y desde ahí grita).
Ricky:- Smith, vete a la mierda.
Sr. Smith:– Calla Cuerpo Insulto #2: Perverso. Mariquita. Asesino.
Ricky:- Mentira. Yo no maté a nadie.
Sr. Smith:- Calla. Asesino. Mataste a William. Perverso, degenerado, maricón.
Ricky:– Yo no lo maté. Eso es lo que quieres que yo crea. Desgraciado. No se te va a dar.
Sr. Smith: – Rezar 25 padre nuestros.
(Ricky comienza a rezar).
Sr. Smith:- Cuerpo Insulto 0.5, mirar vídeos de penes erectos penetrando vaginas.
Gloria:- Gran vaina, me enfoco en las vaginas.
Sr. Smith:- Cuerpo Insulto #4: Castigo. Abrir piernas.
Cándida:– ¿Qué?
Sr. Smith:- Masturbación con pene plástico oyendo canción de cuna. Es hora de que aprendas a ser una mujer.
Cándida (Siendo violada por el pene plástico):- No… no… me duele… no… no…
Jonás (Desde el punto donde está encerrado):- Déjala Smith… suéltala…
Sr. Smith (Suena canción de cuna de fondo. Cándida llora):- Llanto Femenino. Felicidades. Inyección de hormonas. Ingerir sedantes. Cuerpo Insulto #4: Buenas noches, mujer.
(Cándida se queda dormida).
Sr. Smith:– Maricomio Smith. Proceso de rehabilitación conductual #10: Intervención sanguinaria: sadomasoquismo corporal propedéutico. Finalizado. Archivando resultados.