PERSONAJES:
DUARTE: 32 años. Escritor y dramaturgo. Tiene un estilo bohemio hipster. Venezolano viviendo en algún lugar fuera de Venezuela.
RENATA: 28 años. Ilustradora y tatuadora. Tiene un estilo alternativo, con varios tatuajes. Española viviendo en el mismo lugar que Duarte. Ellos son pareja. Habla con acento español marcado.
TIEMPO: Actual.
LUGAR: Un pequeño departamento donde viven juntos Duarte y Renata.
Sobre la localidad donde se presente
La obra permite agregar particularidades de la cotidianidad del país en el que se presente. Referencia a palabras propias de la jerga local, comida, lugares, etc.
Se recomienda hacer estas adaptaciones para establecer un vínculo más cercano con el público.
Sobre el personaje de Renata
Se recomienda que la actriz sea española y meta en su discurso palabras propias españolas según crea conveniente. Si no puede ser española, el personaje tiene que haber nacido en un país que no es ni Venezuela ni el país donde se está representando la obra. Además, su migración no debe haber sido consecuencia de una crisis política o económica demasiado grave.
ESCENA 1
Estamos en el departamento donde DUARTE vive con RENATA. Específicamente en la parte donde DUARTE tiene un escritorio desde donde escribe. La decoración tiene un estilo hipster, alternativo. Destaca especialmente un cuadro de Superman.
DUARTE está sentado en la silla, frente a su laptop. Solo observa la pantalla. No escribe nada. Se escucha la voz de RENATA sin que entre a escena.
RENATA.- ¿Y la temática obligatoriamente tiene que ser de Venezuela?
DUARTE.- Sí… el patrocinio es de una ONG que apoya a los emigrantes venezolanos.
RENATA.- Pero ¿tienes que hablar del tema político? ¿Debe ser un documento histórico?
DUARTE.- No… El tema es libre, pero tiene que hablar de Venezuela de alguna manera.
Entra RENATA con dos cervezas en la mano.
RENATA.- No puede ser tan difícil, Duarte. Habla de lo que conoces… Toma… (le ofrece la cerveza)
Relájate y hablemos. A ver qué sale. ¿Cuándo lo tendrías que entregar?
DUARTE.- No es un tema de tiempo. Es que no me sale. Es como si no pudiera hablar del tema… Cualquier aproximación me parece o muy cursi, o muy superficial o demasiado íntima.
RENATA.- Lo cursi lo descartamos de plano. Lo superficial podría ser divertido, pero es tonto. Mejor si te vas por lo íntimo.
DUARTE.- ¿Y quién lo entendería?
RENATA.- ¿A qué le temes?
DUARTE.- A hablar de un lugar que quise mucho y que ya no existe.
RENATA.- Claro que existe.
DUARTE.- No… ese lugar no existe. Lo que existe es el recuerdo de todos. Pero ya no se puede ir ahí.
RENATA.- Entonces utiliza ese recuerdo para crearlo. Reconstrúyelo. Haz que todos vuelvan.
DUARTE.- Sería muy arrogante de mi parte. ¿Quién soy yo para crear ese lugar al que todos quieren volver?
RENATA.- Algo de arrogante hay siempre en la creación artística. Es como esa satisfacción que siento yo cuando alguien me pide que le tatúe algo que fue dibujado por mí.
DUARTE.- Claro. Es una muestra de aprecio al trabajo que haces.
RENATA.- Yo creo que es mucho más que eso. Es saber que algo que yo hice probablemente sea lo único permanente que tenga esa persona. Es como ser eterno para alguien.
DUARTE.- (bromeando) Para mí eres y serás eterna, mi reina.
RENATA.- No, no, Duarte. Ya definimos que lo cursi no es el camino. Por ahí no.
DUARTE.- No sabes las cursilerías que se me han ocurrido.
RENATA.- Cuéntame alguna.
DUARTE.- No, Renata. Quizá no estoy listo para hablar de esto todavía.
RENATA.- En algún momento deberías estarlo. Y este me parece el ideal para intentar ¿no crees? ¿El premio es bueno?
DUARTE.- Publicarían la obra y probablemente la produzcan para alguna muestra. Pero no me interesa tanto el premio.
RENATA.- El premio suena bien.
DUARTE.- A mí lo que me mueve es una sensación de que tengo cosas por decir. Pero está eclipsada por otra sensación de no saber cómo decirlas.
RENATA.- ¿Cómo si no hablaras el idioma?
DUARTE.- Como si debiera algo, pero no tengo cómo pagar.
RENATA.- Háblame de tu proceso creativo. ¿Qué encontraste?
DUARTE.- ¿Me prometes que no te vas a burlar de mí?
RENATA.- ¿Cómo crees que haría eso? A ver, ¿qué fue lo primero en que pensaste? ¿Cuál fue tu primera idea?
DUARTE.- Pensé en un par de amigos. Grandes amigos. Hablando por Skype. Uno viviendo en el exilio y otro que se quedó en Venezuela.
RENATA.- Ok. ¿Y qué pasa con ellos?
DUARTE.- Que el que está en el exilio le habla de lo bien que está. Que tiene trabajo. Que tiene plata. Que vive en un buen lugar. Pero que está solo, que extraña mucho a su familia y a sus amigos.
RENATA.- Se parece a ti.
DUARTE.- No, no tanto. Me lo imagino trabajando en oficina.
Con una estructura más convencional. Mientras que el que está en Venezuela le habla de lo mal que están las cosas, el tema del dinero, el trabajo, conseguir comida. Pero que está sostenido afectivamente por su familia y los amigos que se quedaron.
RENATA.- ¿Y solo son estos dos chicos hablando por Skype?
DUARTE.- El que está en el exilio quiere convencer al que se quedó en Venezuela para que se vaya con él. Mientras el otro lo está tratando de convencer de que vuelva a Venezuela. Ambos tienen lo que el otro necesita.
RENATA.- Me parece que te hace falta un conflicto mayor. Algo que mueva la historia.
DUARTE.- Lo sé. Además, es inverosímil. El internet en Venezuela es muy lento para una conversación fluida por Skype.
RENATA.- Idea descartada. A ver, cuéntame otra cosa.
DUARTE.- Quizá lo tenga que dejar pasar. La próxima convocatoria quizá.
RENATA.- No seas gilipollas, Duarte. Cuéntame una idea más.
DUARTE.- No entiendo lo útil de contarte ideas que ya descarté.
RENATA.- Son cosas que salieron de ti.
DUARTE.- Y a ti que te gusta todo lo que sale de mí…
RENATA.- Esto ya está pasando de cursi a asqueroso.
DUARTE.- Es que quiero terminar con esta tortura de hablar de mis malas ideas.
RENATA.- Algo puede salir indagando en las cosas que ya descartaste.
DUARTE.- Ok, ok. Luego pensé en una chica venezolana que vive acá hace cinco años. Ella no interactúa mucho con venezolanos, está súper integrada a la cultura local.
RENATA.- Se parece a ti.
DUARTE.- No, vale. Nada que ver… Ella es cocinera en un restaurante. Y un día llega a trabajar a la cocina un chamo venezolano que acaba de llegar desde Venezuela.
RENATA.- Mira, ahí hay algo interesante.
DUARTE.- El chamo, como acaba de llegar, no se acostumbra, extraña demasiado Venezuela y acá solo se relaciona con otros venezolanos.
RENATA.- ¿Y qué pasa entre ellos?
DUARTE.- Solo tengo conversaciones simpáticas entre ellos en las que él le habla con jerga venezolana y ella se hace la desentendida.
RENATA.- Esa es una de tus ideas superficiales, ¿cierto?
DUARTE.- Sí.
RENATA.- Pero igual no me disgusta. Creo que puede ser muy divertida la situación.
DUARTE.- Tenía interacciones interesantes. Me gustaba el contraste de ellos en la cocina. De cómo ella integró la cocina mantuana a platos típicos de la gastronomía de acá y de cómo él piensa que sin ají dulce jamás se podría hacer una buena carne mechada.
RENATA.- Quizá te estás enganchando con personajes muy normales. ¿Por qué no buscas historias extraordinarias?
DUARTE.- Pensé incluso en una historia fantástica.
RENATA.- Por ejemplo…
DUARTE.- ¿Qué pasa si un día despierta Simón Bolívar? Con la conciencia de ser Bolívar, pero reencarnado en el cuerpo de un joven inmigrante venezolano acá. ¿Qué diría?
RENATA.- ¿Y tú mismo no me has hablado de lo desprestigiada que está la imagen de Bolívar para los venezolanos?
DUARTE.- Justamente por eso. Quizá sería justo redimirlo. Hasta la cara le han cambiado al pobre hombre.
RENATA.- Tendrías que leer mucho de las cosas que escribió Bolívar para construir un personaje coherente.
DUARTE.- Sí, lo sé. Y me da ladilla.
RENATA.- Y puestos a revivir. ¿Por qué mejor no revives a alguien que te guste? Como un personaje de la cultura popular…
DUARTE.- ¿Cómo a quién? No se me ocurre nadie.
RENATA.- ¿Y este tío que hacía esas canciones tan bonitas que siempre pones?
DUARTE.- ¿Simón Díaz?
RENATA.- ¡Sí! Esa canción del lucero de la mañana, es hermosa.
DUARTE.- Caballo Viejo emigrando al exterior. ¿Cómo sería esa vaina?
RENATA.- Seguro estaría en los buses o en las plazas cantando sus serenatas.
DUARTE.- Tonadas.
RENATA.- ¿Tonadas?
DUARTE.- Sí. Eso era lo que cantaba Simón Díaz. Cantos de ordeño, sobre todo.
RENATA.- Entonces haz eso. Escribe tu obra en tonadas. Eso sería increíble.
DUARTE.- (canta un canto de ordeño)
Una mujer con dos hombres
Se le llama precavida
Cuando se apaga una vela
Una se queda encendida.
RENATA.- ¿Eso cantaba Simón?
DUARTE.- Sí
RENATA.- Un feminista de verdad. A ver, inténtalo tú… ¿Qué diría Simón si despertara en el cuerpo de un emigrante de hoy?
DUARTE.- (canta un canto de ordeño)
Yo pensé que había muerto
¿Dónde he despertado?
Me sacaron de mi huerto
Pa’ vendé arepas en el mercado
RENATA.- Me encanta.
DUARTE.- (canta un canto de ordeño)
Me monté en una buseta
Pa’ salir de donde soy
Venezuela se respeta
Aunque no sé dónde estoy
RENATA.- Pobre Simón. No sabe dónde está. ¿Qué siente?
DUARTE.- (canta un canto de ordeño)
Venezuela te dormiste
Con miseria te cubrieron
Lo que extraño ya no existe
Todo me lo destruyeron
RENATA.- ¿Por qué insistes con eso del lugar que no existe?
DUARTE.- A ver… ¿Por qué te fuiste tú de España?
RENATA.- Nunca me he preguntado mucho el por qué. No me sentía muy identificada con los españoles. Estaba fuera de contexto. Y como soy tatuadora, puedo hacer mi trabajo en cualquier lugar, simplemente me fui.
DUARTE.- Yo emigré básicamente por dos razones y creo que son las mismas que comparten la mayoría de los venezolanos que ha emigrado en los últimos años.
RENATA.- ¿Cuáles dos razones?
DUARTE.- La primera es más concreta. Tiene que ver con la situación del país. La inseguridad, la crisis, la falta de oportunidades, el hambre, etcétera.
RENATA.- Claro. Entiendo. ¿Y la otra razón?
DUARTE.- Es una idea un poco más abstracta. Y es que yo creo que Venezuela nos fue convirtiendo en extraños. Nos fue haciendo
sentir extraños en nuestro propio lugar.
RENATA.- Cuéntame más.
DUARTE.- Eso que sentiste tú. Eso de estar fuera de contexto y con la necesidad de emigrar, por lo general son excepciones. La mayoría de las personas se quedan en el lugar donde nacieron.
RENATA.- De acuerdo.
DUARTE.- Lo que pasó en Venezuela es que nos sacó de contexto a todos. Empezamos a sentirnos como unos extraños dentro de nuestro propio país.
RENATA.- ¿Entonces tú sientes que el país te expulsó?
DUARTE.- Es que yo nunca hubiera elegido irme. Pero cada vez se me hacía más difícil reconocerme en Venezuela.
RENATA.- No me imagino qué se puede sentir eso.
DUARTE.- Yo emigré para justificar esa sensación. Ser un extraño en mi país resultó ser insoportable. Si me venía para acá, era lógico ser un extraño.
RENATA.- Que fuerte, Duarte.
DUARTE.- Y por eso es distinta la experiencia. Si tú extrañas algo de tu país, vuelves y lo encuentras. En Venezuela, el proceso no se ha detenido. Cada vez se nos hace más extraño ese lugar… las cosas que extraño no existen. Los lugares que frecuentaba cerraron. Mis amigos ya no viven ahí. Todo ha cambiado…
DUARTE se queda pensativo. RENATA mira el cuadro de Superman.
RENATA.- Amor, Superman era venezolano.
DUARTE.- ¿Qué?
RENATA.- Él viene de un planeta que destruyeron.
DUARTE.- Krypton.
RENATA.- ¿Y cuál es la debilidad de Superman?
DUARTE.- La Kryptonita.
RENATA.- Un pedazo de su planeta destruido… Su debilidad es
conectarse con el lugar de donde viene porque le recuerda que lo que extraña, ya no existe.
DUARTE.- Igual que a mí. La nostalgia me anula los poderes. Por eso no puedo escribir.
RENATA.- ¿Y cómo hacemos para revertir los efectos de la Kryptonita?
DUARTE.- Supongo que haciéndolo consciente. Entendiendo cómo funciona. Eso puede servir de escudo.
RENATA.- Entonces… para algo sirvió mi insistencia, ¿no?
DUARTE.- Tengo que escribir sobre este chamo, fanático de Superman, que mientras su contexto va empeorando él va perdiendo identidad.
RENATA.- ¿Cómo va perdiendo identidad?
DUARTE.- Por ejemplo, se le va borrando el rostro. Va perdiendo poco a poco la capacidad de hablar, de oler, de ver…
RENATA.- Se parece a ti.
DUARTE.- Sí. Es igualito a mí.
RENATA.- ¿Y qué pasa con él?
DUARTE.- Que se va a otro lugar. Porque nunca pierde las piernas. Y a donde llega encuentra a una hermosa princesa extranjera que lo salva.
RENATA.- ¿Cómo lo salva?
DUARTE.- Le tatúa una nueva cara.
RENATA.- Me encantan los finales cursis.
DUARTE y RENATA se besan.
APAGÓN.