Por: Percy Jiménez
Un departamento pequeño de cuatro ambientes, en el dormitorio un catre viejo y melancólico, una cómoda bien dormida, y un ropero macizo y compacto. Un baño. Una sala, en ella el sofá cama donde duerme el hijo. Algunos muebles viejos que seguramente tuvieron tiempos glorioso llenan en resto del ambiente. La cocina muy limpia y bien instalada. El patio, pequeño, empedrado, rodeado por paredes de cemento planchado muy altas. Una de ellas ha sido tomada por la humedad. El musgo ha instalado allí su imperio. Tres alambres cruzan todo el largo del patio, de ellos cuelgan algunos trapos de cocina que aún siguen húmedos. Una mecedora muy ruidosa con ambiciones longevas, un banco pequeño y macizo, y un arbolito de navidad pobremente decorado titilante ilumina el espacio, a sus pies un pequeño nacimiento.
Noche, tarde. La acción se desarrolla en el patio.
Ella : (Hincada frente al nacimiento. Pequeña pero fibrosa, de frente amplia y piel de pergamino. Pocos dientes muy amarillos y algunos pelos que peina cuidadosamente. Está siempre vestida de luto) Jesusito de mi alma, niño de mi vida, no nos desampares ni de noche ni de día… Morochita preferentemente, y de huesos fuertes, nada de esas flacuchas que he visto en la calle. No, necesita de alguien fuerte, tu sabes Niñito, que lo cuide… Jesusito carita blanca, niñito de mi esperanza, vela por tus siervos aunque sean unos cuervos… Inteligente tienen que ser, pero de eso yo me encargo. Tiene que ser rápida con las cuentas, el dinerito, hay que cuidarlo… Las buenas épocas han pasado. No es que yo me queje, no, pero… primero hija, luego esposa y ahora madre. ¿Qué ?-esta vieja todas las noches con la misma perorata- debes estar pensando. Yo ya estoy vieja, cualquier rato estiró la pata… ¿Y ? ¡No puedo dejarlo así ! ¡No tengo alternativa ! Este nunca va ha conseguir alguien… Jesusito pies de nube, bálsamo de mi existir, haz que por un instante felices podamos vivir… (Ruido de llaves) Amen…
(Entra el hijo, viene de la calle. Ella se santigua).
Ella. : ¿Porqué tan tarde ?
Él: Sí, perdón Madre.
Ella : ¡Tenías plata para los taxis!
Él: Sí, perdón Madre. Todo estaba trancado, manifestaciones por todos lados, no había por donde escapar.
Ella : Pobrecita niña… ¿Y bien ?
Él: La traje, fue simple, todo salió a pedir de boca, me reconoció.
Ella : No te entiendo nada. ¿Le diste el preparado ?
Él: Sí le di el preparado ese…
Ella : Le diste la medida justa…
Él: Sí, bueno… sí.
Ella : ¡Exageraste !.
Él: No no…
(Ella hace un ruido extraño, él se estremece)
Ella : (Contenida) ¿Nadie te vio ? ¿ No hablaste con nadie además de los necesarios ?.
Él: No.
Ella : ¿Utilizaste la peluca ?
Él: ¿Qué? La peluca, no.
(Ella enojada y emite otra vez el extraño sonido)
Él: (Estremeciendose nuevamente) Pero nadie me vio, tuve mucho cuidado como dijo… además era ridícula madre, eso se utilizaba en sus tiempo…
Ella : (Ella se agita más todavía, él se tensa) Bruto, no era para ti era para la Niña… Por lo menos te vestiste como te dije ?
Él: Eso sí , tal como me lo pedio, bien planchado, es decir…
Ella : ¿Qué hiciste con la ropa ?
Él: La quemé.
Ella: ¿Y el preparado?
Él: También.
Ella: Bien, sigue.
Él: Tomé varios taxis como me lo indicó, tres como me dijo, primero uno hasta Miraflores, luego otros hasta el zoológico y luego otro hasta el cementerio central. Finalmente caminamos hasta aquí… es decir caminé… por la trancadera, usted sabe…
(Ella observa minuciosamente a la niña)
Él: Hicimos diez cuadras… es decir hice… interminables… (piensa, pausa larga).
Ella: ¿No hiciste ninguna tontería, no ?
Él: No no, solo los nervios de rato en rato… ¿cualquiera se pondría nervioso, no ? es decir cualquiera en esta situación. Incluso usted, ¿no?…
Ella: Bien, bien, buen hijo… Todo salió a pedir de boca. Es una linda niña la que trajiste, voy a criarla como si fuera yo misma, no notarás la diferencia… Cierra esa boca, párate recto (Le golpea la espalda)… ¡Ah! Serán marido y mujer, como lo manda el señor. Tu madre se encargara de eso, ya lo veras. (Pausa) Aprovecha para rezar, eso te sentará bien. Agradece al Ñiño Jesús.
Él: Primero comida.
Ella: Primero rezas.
El: Las tripas me cantan.
Ella: Mejor se reza cuando el estómago no pesa… (Mutis, él queda solo).
Él: ¿Se habrá dado cuenta, ya ? …Jesús ! (Se persigna). Debe estar como loca, ¡Ja ! verse sin su hija, pero se lo merecía, mala mujer, no cualquiera es buena madre y no cualquiera es buen hijo… Eso decía mi hermano -el mayor- que Dios lo tenga en su gloria. Yo intento ser buen hijo, aunque madre no lo cree, piensa que no puedo yo solo, ¡ja ! Todos cometen errores y no por eso son tontos. Incluso Madre, por que si hubiera hecho bien todo, no estaría en estas condiciones ahora y seguro tendría el hijo que sueña y no yo, o tal vez yo pero de otra manera, igualito pero mejor… Dice que no podré nunca tener mujer, porque me pongo muy nervioso y las manos me sudan, y que así las mujeres se escapan… Pero que puedo hacer, no puedo controlarlo, no se que decir, me quedo callado… Ellas miran con esos ojos grandotes que tienen, miran como diciendo (IMITANDO) ¿no vas a decir nada? Y como no digo nada se cansan y se van o sino comienzan a hablar. Mil palabras por segundo que te dejan aturdido. Yo intento escuchar, pero no se puede. Hablan y hablan hasta que así como empezaron se callan, eso es lo peor, por que quiere decir que me toca. Entonces busco en mi cabeza algo que decir, pero nada se me ocurre, ahí comienzo a ponerme nervioso, mis manos comienzan a sudar. El silencio se hace cada vez más pesado, así que intento y digo algo como: “que bonito esta el cielo”. Luego intento otra cosa como: “¿y usted que hace?” Pero para ese momento ya se han aburrido y me han dado la espalda… Yo no sé, no me preocupa, pero Madre dice que es importante tener a alguien al lado… Ahora ya está vieja y no se le puede decir que no, ni se le puede discutir, prefiero callarme y listo. Es mi madre y a la madre hay que respetarla. Tu sabes bien a qué me refiero… Si te pega, pues agachar la cabeza y listo, si te pide hacer algo, pues hacerlo y listo, si algo le hace falta, pues conseguirlo y listo. La madre es santa. Honra a tu madre y a tu padre, dicen los mandamientos… Padre ya no me queda, así que bueno… ¿No hay pecado no es cierto? ¿No hay pecado verdad? La otra puede tener más hijos, es joven. Y… Pobre Madre, si hubiera tenido más suerte, si por lo menos pudiera descansar en paz… Madre quiere a la niña para enseñarle a cocinar los platos que a mi me gustan, a tender la cama bien tirante, a calentar el baño para mi ducha y también le va ha enseñar a enjabonarme y todo eso, ¡Ja! Y lo mejor de todo es que no voy a tener que decir nada,¡Ja! A mí me gusta la idea, pero no sé… Prefiero estar solo… (Sonríe maliciosamente)
Ella: (Desde la sala) ¿A qué hora le diste el preparado?
Él: Amén. Como a las tres o cuatro…
Ella: A las cuatro…
Él: Ya puedo comer Madre, las tripas me crujen, no comí nada en todo el día…
Ella : (Entrando) Las tripas pueden esperar…
Él: Si usted lo dice…
Ella : Antes que nada, quiero que recuerdes cuánto de ese preparado le diste de tomar a la niña.
Él: Lo recordaría mejor con la huata llena, usted sabe lo que dicen, huata llena corazón contento…
Ella: No estoy para jueguitos.
Él: Pero no estoy jugando Madre es verdad, como quiere que me concentre con todo este ruido dentro de mi…
(Ella entra a la cocina, al cabo vuelve con un plato de comida, se lo entrega. Lo mira comer)
Ella : Vamos hijo, has el esfuerzo, dime cuanto le diste, es importante que lo sepa.
Él: (Se mete tres cucharas colmadas a la boca y reflexiona) Como la mitad del frasco…
Ella: ¿Qué?
Él: No no no, como una cuarta parte, un tanto así (Hace un gesto con la mano)
Ella: ¿Estás seguro?
Él: Sí Madre, acaso yo le mentiría a usted ?
Ella: (Susurrando) Dios santo… (Silencio)
(Ella se persigna, reza. El, deja de comer)
Él: ¿Qué pasa Madre…? ¿Hice algo mal?
(Ella sigue rezando)
Él: Si no le gusta, puedo devolverla…
(Ella en silencio absoluto, abre los ojos y luego los vuelve a cerrar)
Él: No necesito de mujeres en mi vida…
(Ella no responde y sigue rezando)
Él: Así como estamos somos felices, para que más…
(Ella sigue en su oración)
Él: Como usted dice, la mujer es como las cosquillas, primero hace reír, luego mear, ¡Ja!
(Ella ágilmente toma su bastón y le da un golpe en la cabeza. Él se repliega a su silla)
Él: Devolvamosla Madre, la dejamos en la puerta, tocamos el timbre y salimos corriendo…
Ella: Calla… (Silencio)
Él: Qué sucede, dígame, hábleme…
Ella : Calla te digo, necesito pensar…
Él: Pensar en que Madre, ya está todo hecho…
Ella : ¡No me señales así !
Él: No le estoy señalando, así es como muevo las manos al hablar, si no las muevo, no hablo.
Ella: Pues entonces no hables.
Él: Váyase al diablo… (se tapa la boca arrepentido)
(Ella vuelve a emitir el extraño sonido. Él se acurruca en su silla)
Ella: Eso es pecado, 23 Ave Marías…
Él: Discúlpeme Madre, yo no quise…
Ella: No hagas más problema, ya suficientes problemas has dado.
Él: Qué dice madre…
Ella : 23 Ave Marías y 40 Padre Nuestros.
Él: Eso es injusto madre…
Ella: Un rosario entero… (Lo golpea con el bastón)
Él: ¡Me pasaré todo el día rezando !
Ella: Bruto, tengo un hijo bruto…
Él: ¡Madre me ofende!
Ella: Has matado a la niña. Le diste mucho del preparado ese, ¿la mataste entiendes? ¿Entiendes?
Él: ¿Yo? (Vuelve a golpearlo)
Ella: ¿Porqué Jesús?, ¿porqué tengo un hijo así? ¿Qué pecado he cometido? ¿Acaso no he aceptado tus designios con resignación? ¿acaso no he sido buena cristiana?…
(Él levanta los hombros)
Ella: ¡Quien entonces ! quien mato a esa niña…
Él: Yo hice lo que usted me dijo.
Ella: Debías haber muerto tú en vez de tu hermano…
Él: No diga eso Madre, Jesús la va a castigar…
Ella: (Golpeándolo varias veces) Qué peor castigo que tu, eres un engendro del diablo… traes la mala suerte a todos… Desde que naciste el mal agüero, desde que naciste las penas, desde que naciste mi vejez… Cuando vas a aprender hacer las cosas bien…
(Ella descontrolada. Él escapa, entra en el departamento. Ella se toma el pecho. Silencio).
Él: (Trae la niña en brazos) Mañana la entierro Madre, volveremos a estar los dos. Asi esta bien. Como usted dice, más vale solos que mal acompañado.
(Ella llora)
Él: ¿Madre soy buen hijo ?
(Ella no contesta)
Él: ¿Soy buen hijo ?
Ella: Sí, sí eres buen hijo…
Él: Entonces no hay problema, estamos en la gloria del señor.
Ella: Jesús te oiga hijo, Jesús te oiga.