VV.AA.
En esta breve selección poética del MFA de Escritura Creativa en Español de la Universidad de Iowa, encontramos autores/as potentes de diversas sensibilidades. Sin embargo, sus textos parecerían tener algo en común: cada uno se ve atravesado por el cambio. En el caso de Mariana Mazer y Natalia Hernández se trata de la migración y, de forma similar, los poemas de Elisa Ferrer se relacionan con la experiencia del tránsito; Javier Hernández logra que la luz dé cuenta de las transformaciones emocionales, mientras que José Covo permite que las cualidades de las cosas aparezcan y desaparezcan como en un truco de magia. En los poemas de Laura Garzón, podemos ver que es el cuerpo quien reclama un cambio de condición, tema que es retomado por Melanie Márquez, pero con un tono más oscuro: allí, aparece el horror ante lo irreversible.
Queremos agradecer a Luis Muñoz, profesor asociado del Departamento de Español y Portugués de la Universidad de Iowa, por ayudarnos a descubrir las interesantísimas voces que conforman esta muestra.
NATALIA HERNÁNDEZ
[Nicaragua]
TIEMPO ESTIMADO DE LLEGADA
A veces
estoy atrapada,
en un país,
en la fila del autobanco,
en una pelea eterna
o en un viaje de ácido.
Se sabe,
que la vida es agridulce,
que los días en verano son más largos,
que el aluminio causa cáncer
y los celulares alienan.
Cómo saber,
de quién enamorarte,
qué libro escribir,
en qué país vivir
y si las profecías de Baba Vanga se cumplirán.
FUDGE PACÍFICA
Seguiré la receta
de un dulce para tomar con té caliente.
Te buscaré en mi futuro,
en el mapa del sur.
El cielo se pondrá morado por la noche.
La Compañera* explicará temblores
y pronosticará lluvias.
Vos y yo siempre quietas,
sin mensajes codificados,
sin selfies llamándonos.
Los husos horarios
me confunden.
La larga distancia
no.
Pero lo mío es,
un espacio prudente en medio de la cama,
puerta cerrada o abierta,
depende del gato.
¿Mañana?
Quisiera aterrizar en un caribe sin huracanes
pero con mucho coco.
Con vos preferiblemente,
aunque me conformaré.
MELANIE MÁRQUEZ ADAMS
[Ecuador | Estados Unidos]
(FIN)
La canasta susurra
el mimbre se vuelve ceniza
mis pies mis manos vencen
la oscuridad
mi cuerpo espera
sobre una cama
en la casa del bosque
dentro de ella
un nido un cuchillo un
cazador
la puerta abierta
MIGAJAS
Nos sentimos seguras en el bosque
pero hemos olvidado a nuestras hermanas debemos volver por ellas
recoger sus vestidos rasgados por las zarzas llorar junto a sus zapatos abandonados
fue un error pensarlas como niñas perdidas
algo más que no podemos salvar
MARIANA MAZER
[Argentina]
(1) Acaba de empezar a nevar. Y nieva como en los cuentos, el silencio que descansa en los árboles, los copos que zigzaguean, como si flotaran en el aire, como si la gravedad perdiera fuerza. Quizá sea eso lo que me gusta de la nieve, que ver los copos caer es una meditación sin mantras, sin yapa y sin oriente. El desafío a la gravedad, los copos que descienden a la velocidad que quieren. Como si le dijeran a la tierra, al campo magnético, ¿pensabas que me ibas a atraer? Bueno, yo lo haré a mi manera, al ritmo que me plazca. Y si piensas que caeré en un lugar te equivocas, porque iré de acá para allá, haré piruetas, aterrizaré donde quiera.
(2) Madison será el lago Monona, un muelle, una plaza junto a las coloridas casas de madera. Niños en los juegos, el batido de las olas en la orilla, el rugido de los barcos a lo lejos. El agua que refresca, que enfría la piel en este domingo de tanto calor que adormece. Que da refugio, como si envolviera, como si rodeara con sus brazos, y dijera, sí, bienvenida, puedes quedarte aquí todo el tiempo que quieras.
(3) Erizos en la garganta, mañanas de silencio, promesas que se acurrucan en el hueco de la mano. El polen en la ventana y un pájaro que se queja. Una mañana que se pasa con prisa, un verano que va demasiado rápido. Quizá de eso se queja el pájaro, quizá debería alzar mi voz y piarle al verano que se detenga.
(4) Una noche de adjetivos y la música que suena. Renombrar las mañanas futuras, los copos de nieve, la primera estrella. Y en la mano la víspera de un latido que despierta.
LAURA GARZÓN
[Colombia]
VANITAS
tengo sal en la boca
sal que baja por mi esófago
preserva la carne que se cansa
limpia dicen que
limpia pero
rasga y pesa en el fondo
del estómago
sale de ahí la raíz
dicen pon tus manos
un poco más abajo
entre pelvis y costillas
hay que respirar hondo
dejar que seque
dicen que seca
las malas hierbas
dicen que hay que ponerla en medio
entre pelvis y costillas
borra la mancha
lo mismo que el paso del tiempo baja
la sal de tu boca
seca
como el mar que hubo aquí
en la mitad de los campos donde
te planté una mata de menta
riégala dos veces al día
todos los días
y mantén lejos tu saliva
el agua mar que traes contigo
pon tus manos sobre
la tierra
entre pelvis y costillas
y deja que tu cuerpo digiera
la menta que cae en el fondo
del estómago
tragas sus hojas pides
que te deje limpiarte
pero cómo
la menta resiste tu fatiga
baja por el medio de mi esófago
flota
entre mis costillas y mi pelvis
tiene la promesa
de la cura
pero tú ya lo has quemado todo
ORACIÓN A CINDY SHERMAN
escribe un rostro sobre mi rostro
dame un rostro que no sea mío
concédeme el don de tu impermanencia
la clave cifrada para reconocerte
guárdame en todas mis resurrecciones
arrástrame hasta saber que no hay origen
imagen multiplicada de tu ojo divino
nomíname como mejor actriz principal de esta comedia
y dentro de tus llagas hazme un lugar
en este gran teatro del mundo
JOSÉ COVO
[Colombia]
CESTO NEGRO
sin pedal
ascenso
sacrificial
genuflecto
y no sé
si importa más
mi ofrenda
en su oralidad
oscura
o su milagro
de vida
zumbante
un pequeño afuera
junto a la pared
una pequeña corrupción
pocos artefactos
ofrecen la posibilidad
de meter las manos
en la nada
y traer sombras
a la luz del ser
pocos monolitos
tuvieron tal uso
como el que adoro
con tanto método
una adoración genuina
en tanto necesaria
como los nombres propios
o la luz que no llega
a ninguna retina
PUNTO DE PINTURA DESCASCARADA
esta tarde no soy
mañana tal vez
llegue a mí mismo
pero no creo
como herida
seca
pide ser
raspada
imagen
oculta
psique
pintura hueso
se abre
fractura
de ojo
detrás de la pared
estoy
tarde siempre
JAVIER HERNÁNDEZ FERIS
[Colombia]
ALNITAK
La primera luz fue blanca
como las hojas que llenábamos con palabras
cada día en el periódico.
Tú en locales:
muertos,
corrupción
y las nuevas formas de engaño
a los turistas en la playa.
Yo con crónicas:
cuentos que no decían ninguna mentira.
Bajo esa blancura
se improvisó la primera cita.
Odiamos la música del bar oscuro,
tan violenta para un miércoles.
Me acerqué fingiendo no escucharte
y te robé un beso.
Yo no te atraía,
no era tu tipo,
dijiste
mucho tiempo después.
La segunda luz fue naranja,
oxidada
y vieja
como el centro y sus callecitas
por donde caminamos
bajo una lluvia indecisa.
Yo sostenía tu sombrilla,
mi brazo y pierna derecha, mojados.
Tú,
toda seca.
La tercera luz iluminaba a las murallas
y fue dorada
como el oro que protegieron hace años
cuando en sus almenas había cañones
y no dos pelaos llenos de ganas
que tuvieron que asustarse con una rata
para decidir irse
a un lugar sin tanta historia,
un poco menos sucio
y más oscuro.
En el camino hubo luces rojas
que no duraban lo suficiente.
Y verdes
que no queríamos ver.
Entre ellas
el GPS habló.
Dijo el nombre del lugar que ni tú ni yo
nos atrevíamos a decir.
Sentí miedo,
duda,
busqué desaprobación en tu cara
pero no la hallé.
La luz se puso verde
y el carro aceleró.
Al llegar vi la última luz.
Irradiaba de un reflector solitario
en la esquina del cuarto,
cual gigante azul en una galaxia
recién descubierta.
Perdí la noción de las proporciones.
Parece falso,
te dije pensando en halagarte.
Con media sonrisa,
la misma del periódico tras mis malos chistes,
la del bar oscuro tras mi beso,
me llamaste sinvergüenza.
Al pasar los meses
cada despedida al final de una cita
me dejaba más empañado.
Como ventana de avión
al recostar la cabeza y respirar
pegado a ella.
Sabía que las luces cambiarían,
que los faroles no alumbrarían calles viejas,
rotas
y calientes
sino pavimento que a veces tendría
hojas,
hielo,
nieve.
En Iowa no hay moteles como esos
y tampoco estás tú.
ELISA FERRER
[España]
BLABLACAR. BILBAO-MADRID
Dos pares de ojos idénticos en el retrovisor una termina la frase que empieza la otra
algunas palabras en inglés perfecta dicción el mismo tono de voz el asiento confortable
cálido estar en casa el consumo es poder el coche híbrido comprar verduras y frutas
orgánicas sin bolsas fantasean con moverse en bicicleta por el centro de Nueva York sus
piernas de setenta y dos años sus piernas delgadas arrugadas fuertes por la Quinta
Avenida profesoras de arte en la Universidad de Columbia como sus maridos
viven en Madrid en Nueva York en Bilbao pero nunca unas raíces como las
que crecieron en Oaxaca se guiñan el ojo y desde el asiento de atrás veo brotar la
ayahuasca la libertad las ganas allá por los años setenta me preguntan qué quiero
quiero irme a Iowa City a escribir un libro pero es imposible una siempre tiene que
hacer lo que le dé la gana nosotras jamás usamos esa palabra no nunca
VUELO FR 1062. MADRID-VARSOVIA
Abrocharme el cinturón antes de despegar abrochar el viaje abrir el libro viajar dentro
del viaje pero no en silencio se sienta me dice tienes belleza polaca ojos claros la piel
blanca ella es violeta tan delgada que desaparece poco a poco sus brazos ramas
de árbol plateadas como las que un día vio pero ahora no tiene trabajo no tiene novio
depresivo que viva en una base militar en Texas donde vio los árboles de ramas de
plata que se entrelazan donde sin bajar del coche vas al banco a la farmacia nadie
compra libros quiero vender apartamentos la gente compra apartamentos cómo
hablarle de los agentes inmobiliarios si se quiebra con las turbulencias con las risas
del asiento de atrás cómo decirle que gritan al teléfono que no te miran que pisan
fuerte cómo decirle que el cemento asesina la costa que la burbuja la corrupción si se
rompe a cada rato si es de Varsovia y no le gustan los agujeros de bala no le gusta el
arte vanguardista no le gustan los edificios soviéticos mejor Cracovia y llora porque
nadie entra en las librerías prefiere vender apartamentos sus brazos ramas plateadas
que antes estaban llenas de libros
*Vicepresidenta de Nicaragua, también conocida como “La Compañera”.