Si bien el efecto de la pandemia es global, las maneras con las que nos enfrentamos al virus desde distintos territorios y contextos son distintas, así como distintas pueden ser las aproximaciones desde las palabras.
El dossier de poesía que presentamos en esta nueva edición temática de la revista Temporales reúne maneras de abordar el tema desde sus múltiples aristas. En el texto de la boliviana Nicole Vera Comboni, la voz poética conversa con el vacío y se pregunta por la divinidad en medio de un abril que sangra. Por su parte, el poema de Maritza Cino, escritora ecuatoriana, nos remite al cerco desde donde sólo es posible contemplar la fragilidad del afuera. Es en el poema de nuestro tercer autor, el chileno Joaquín Miranda Puentes, que a través de una voz irónica, nos acercamos a la incoherencia de los discursos de los gobiernos en momentos de crisis.
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NICOLE VERA
¿Pero qué es lo que he perdido en esta cuarentena?
He perdido el fulgor caníbal del sol
resecándome la frente
mientras conduzco mis 30 kilómetros diarios
He perdido el gozo de la sobremesa
La intimidad con el viento
El ruido
He ganado los silencios de la tarde que respiran en mis hombros
El vacío se sienta a mi lado
me enciende un cigarrillo y pregunta si dios existe
le respondo que mientras me hundo en su voz blanca
Bruce Dickinson es dios
Si vibro insomne tras palabras entonces dios es Mijail
que el mundo está lleno de dioses
ansiosos tras de sus ventanas
viendo cómo sangra abril
El vacío asiente.
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MARITZA CINO
CERCADA
Estoy aún aquí
mirando el circular de una peste
que nos llega
como los fuegos de dioses implacables/
nos sorprende y nos penetra
aniquilando el último respiro/
arrasa un mundo de cartón
lo rompe, lo resquebraja, lo diluye/
se cruzan las historias
el encuentro es cada vez menos cercano
como nunca los abrazos ya no existen
encerrada/ acorazada
para que ni las superficies ni el aire nos alcancen
para que el latido de Dios se expanda y nos cobije
estamos aquí / no estamos
Es otro tiempo el que punza
la ficción.
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JOAQUÍN MIRANDA PUENTES
DONALD TRUMP
No temamos a este virus
estratégico de China.
¡Somos norteamericanos,
esa es nuestra medicina!
Compren desinfectante
y una jeringa,
¡y directo a la vena,
salvación gringa!
Salvación gringa, ¡oh yes!,
al comunismo
que los chinos nos meten
al organismo.
De almuerzo: agua y jabón,
¡la sanación!