Por Ethel Barja
QUE EXPLICA EN UNA GLOSA LA FRUSTRADA ENCARNACIÓN DEL ALMA
Mira cómo el alma misma
aun teme, en su sér exento,
que quiera el dolor violar
la inmunidad de lo eterno
ven contempla este desvelo
despejado de arcos plenos
la espesura del anhelo
la garganta de los truenos
blanco cuenco, nudo cero
la tarde va hacia sí misma
los matices de otros días
busca y es cada prenda un prisma
mira son y no son mías
Mira cómo el alma misma
si su memoria es herida
con sembríos de distancia,
su fruto ansía la huida
se torna costilla rancia,
tras los escombros de vida
extiende cada momento
va en fantasmal cosecha
y el alma se hace son lento
mece la risa deshecha
aun teme, en su sér exento,
pues era ilesa abstracción
de palmas al aire y trino
ritmo universal, construcción
contra todo remolino
y oleaje de seducción
y podía controlar
los corales venenosos
sólo con su voz polar
no oyó de dones riesgosos
que quiera el dolor violar
y en lo etéreo vio su piel
cada vena y su sonrisa
su tendón enloquecido
murió su superficie lisa
pero el tacto que ha venido
en respuesta al ser externo
se va con él en el mismo
barco y le llega el invierno
al alma y rompe ese abismo
la inmunidad de lo eterno.
«NEUTRA EL ALMA» MURMURA SOR JUANA MIENTRAS BRILLA LO POSIBLE EN EL DIAFRAGMA
despierta
y hasta qué punto
se descansa la vista
en lo opaco
mientras el álgido
idea arterial en concierto
desplúmase y arde
en los manglares
de mi extensa
cuando rumor cuadrante
centella en remolino
pliegue de la marea
solar en las garras inflexivas
del tiempo libre de mi adverba
DE CORRESPONDENCIAS Y CORRESPONDENCIAS
la prensa sin permiso exhibe hoy
mi entendimiento muchedumbre
torpe monóculo de la ciencia sola
la cocina espera y tiemble Aristóteles
en su entimema y su basalto
dibujo un horizonte en el que nadie calla
e ignoran menos mis huesos a esta hora
apague la luz y salga
si es incómoda esta brasa
inclinación a las aguas, sus torrentes
trae de mi misma los canales
enemigo interior su paradoja
valle donde pastan mis criaturas