EN ESTA EXTRAÑA SALA
En esta extraña sala no hay siquiera un murmullo.
¿Está deshabitada? No veo, no siento,
no palpo las distancias ni olores en el aire,
es un recinto extraño de techos sin columnas
y todo es blanco, blanco, muy blanco, blanco.
Yo no sé si estoy ciego cuando veo invisibles
figuras más que cuerpos rodando o caminando
con un compás de cera, con aliento sin aliento.
Resulta extraño: no solo es una sala sin murmullos
sino un sitio donde estoy sin saber si lo habito.
INVOCACIÓN A LA LLUVIA
Que llueva,
Dios del querubín,
que llueva en abril.
Dios del serafín,
que llueva sin fin.
Dios del semillero,
que llueva en enero.
Dios de la montaña,
que llueva en España.
Dios del grave Trono,
que llueva en el ozono.
Dios del angelito, que llueva
como si nunca
hubiera llovido,
como si el desierto
casi muerto
fuese mi garganta.
Llueva,
llueva,
llueva
sobre la luna nueva,
belleza del cielo,
llueva sobre el hielo,
llueva sobre el hombre
y que no tenga nombre
la lluvia,
que llueva sobre el río,
que llueva sobre el frío
glacial de las montañas,
que llueva en las entrañas
del ser para la muerte.
Que llueva fuerte,
fuerte, un aguacero
noble,
verdadero.
ABULIA
Como en la vieja imagen de Zenón me pareciera
que no completaré siquiera un metro
en la rubia tarde de verano.
La fatiga se impone como un niño
hambriento, inconsciente de su soledad.
Calmo y sentado y sin pasión por nada
atribuyo a la abulia unos versos desbastados
que salen de esta pluma
rodeada del bochorno de una sauna
natural y moliente, como una noria.
Ah si viviese en un antiguo fiordo
rodeado de colinas, donde la brisa
rompiese el impulso negativo de Zenón de Elea.
LA ESPERANZA
Mi madre, mujer alegre y joven
cantaba, dicen, como un ángel.
El muchacho que la amaba era mi padre
siempre dado a contar historias propias
que inventaba tan sólo por contarlas.
Quisiera verlos caminar por esas calles,
ella con pena de que todos la miraran,
él orgulloso de tenerla tan cercana.
Son tan grises ahora los cabellos
de esos niños de amor de la distancia
que quisiera devolverlos en el tiempo
aunque yo vuelva a ser sólo la esperanza.