DOS POEMAS
VIMOS AL SALMÓN MIGRAR, LUCHAR CONTRA CORRIENTE, MORIR EN EL DESOVE.
VENIMOS DE LA NOCHE Y HACIA LA NOCHE VAMOS.
i.He visto morir al salmón en cada empuje contracorriente: su lucha suicida contra el río obseso hasta que sus ovarios se hinchan, y su pecho que siente el magma generado por la presión acuífera… Hemos de llamarle lo natural, lo natural, lo natural es el concepto con poca capacidad de decisión.
Hemos de llamarle naturaleza al instinto que me ha llevado a desear a la mujer del prójimo, tengo ganas de decir “abuelo” y escupir en mis ancestros mi malicia, tengo necesidad de decir “hogar”, “brújula”, “rumbo fijo”.
El instinto empuja al cuerpo boca arriba por la montaña, es la penetración que nos asfixia por una muerte lenta, el padre-salmón fecunda a la amante y se llena de transgénicos, el suicidio que propicia el desove.
Es la supremacía, la necesidad de vernos reflejados… reflejados entre fango donde reposarán nuestros hijos infértiles. Cada ciclo de carne es lo mismo: deseo, reproducción, desove.
VELOCIDAD LAS AVES SABEN CUÁNTO LOS PERROS SON TRASLADO
Y DORMISTE ENTRE HORMIGAS, ARAÑAS Y ESCORPIONES.
EN BOCA CERRADA NO ENTRAN MOSCAS. LAS MOSCAS NO ENTRAN EN UNA BOCA CERRADA. ES UN DICHO QUE HE ESCUCHADO DESDE QUE ERA NIÑA.
PASAPORTE
vii.
Hemos de llamarle lo natural, pero mi abuelo abandonó su hogar por buscar la casa chica y mi abuela nunca volvió a decir palabra alguna. Mi abuelo abandonó a sus cuatro hijas por irse con su amante y empezar de nuevo una familia, una migración, un viaje. Quisiera que mi Tita dijera “cachalote”, “arándano” o “ahuehuete”. Tengo ganas de decir “abuela” como tengo ganas de decir “navío”, pero he heredado lo mudo y frívolo. El viento es seco. Los migrantes llegan pidiendo comida. Ahora, mi abuela les habla con el lenguaje del sazón. La lengua migra, pero la comunicación se mantiene.
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