Captura de cortometraje: Louise Belmonte
de mi boca salen palabras en una lengua hermana
en la que aprendí a tropezar los últimos años
le pregunto a Juliana cuántos minutos tendremos
tres, me dice – quizá tres minutos y medio
tres minutos para una llegada a nueva York un colapso una separación
una vuelta a brasil un fracasar y por primera vez entender el desierto
solo para después cruzar novamente el océano aprender a regresar
aceptar los raros encuentros y al mismo tiempo tan sola que finalmente
puedo escuchar mis pensamientos
que miran y dicen
todos vivimos un poco em ese armario
donde escondemos una lenguagen que desaprendimos
un recuerdo terrible junto al nombre de alguien
un gesto interrumpido y los días en que también fuimos monstruos
y monstruosos evitamos
al espejo
sé que escribo y leo para eso
en busca de abrir cajones
y así alcanzar con palabras torpes
seres invertebrados feos malformados
que me hablan desde la parte de tras de mi cabeza
cuando todo calla y la casa silenciosa
vulgariza la mañana
pero solo tenemos tres minutos.
lo que, si lo piensas bien,
no es poco cuando una mensaje tarda a llegar
un perro entiende que fue abandonado
una pizza empieza a hornearse
un cometa toma la curva
una bala atraviesa el aire
una célula completa su primera división
una gota de lluvia cae al suelo
un niño cae al suelo
o un rayo de luz atraviesa la sala oscura
en tu dirección
tres minutos: el tiempo necesario
para tomar las decisiones importantes de una vida
esas que el cuerpo ya sabe antes de que llegue la palabra
y el corazón, llorando adrenalina, aumenta su ritmo
a preparar el lanzamiento
tres minutos, normalmente,
el tiempo en que miramos demasiado
dentro de los ojos de alguien – y yo pienso en los tuyos
y cruzamos la línea sin retorno
que sinaliza: aquí he me perdido
y de aquí no salgo la misma
y portanto he me salvado
un poco
es para eso que escribimos
es para eso que leemos
para que, con el pasar del tiempo
y de tres en tres minutos, me parezce bien
posamos decidir una y otra vez
escapar la dureza de los años y seguir eligiendo
vivir a través del deseo y no del miedo
como cuando éramos adolescentes y parecia
por algunos instantes en la noche abierta
haber algo mayor esa espécie de eletricidad
que nos guardaba
Texto autoeditado.
Louise Belmonte (Brasil, 1995). Louise se graduó en Cine en el Instituto Armando Alvares Penteado, de São Paulo, Brasil. Desde entonces ha trabajado con la literatura, el teatro y el cine. En el cine, es directora y guionista del cortometraje “La Mer”, que se exhibió en el Festival de Cinema de Ouro Preto. En el teatro, es autora de la pieza teatral “Fuga”, que tiene su estrena prevista para junio de 2025. Louise es productora, coordinadora y educadora en el “Instituto Frestas”, escuela nómada que ya ha llegado a los 26 estados de Brasil, difundiendo el conocimiento, el arte y la cultura. En 2022, publicó su primera novela “Primera Piel”, y en 2023 su primero libro de poesia “Incesantemente No Saber”, ambos por la Editora Quelonio. Por fin, actualmente está haciendo una formación en psicoanálisis en el Centro de Estudos Psicanalíticos de São Paulo y cursando el MFA de “Escritura Creativa En Español”, en la Universidad de Nueva York, en el cual escribe su segunda novela.