Las malas, por Camila Sosa Villada, Tusquets Editores S. A., 2019. 240 páginas.
La búsqueda de una identidad femenina negada por el medio hegemónico, las calles de una ciudad que parece siempre hundida en las tinieblas de la noche, el constante traqueteo de las mujeres que construyen un mundo propio dentro uno ajeno y las anécdotas de dolor, sobrevivencia y descubrimiento, son algunos de los ejes en torno a los cuales gira Las malas (2019) de Camila Sosa Villada. Una novela que transita hacia el testimonio, el diario íntimo, y en la que se exponen, no solo los miedos y avatares de la protagonista, sino también el dolor de una vida incomprendida, señalada, aislada. Una vida que, desde la amargura que en ocasiones surge en la periferia, pero también desde la esperanza, se convierte en un lugar necesario para la representación de la comunidad Queer, no solo de Argentina, sino de toda Latinoamérica.
Las novelas con personajes que forman parte de la comunidad LGBT+ y, en especial, con personajes transgénero y transexuales, pertenecen a una tradición con exponentes tan valiosos como El beso de la mujer araña (1976) de Manuel Puig, El lugar sin límites (1966) de José Donoso, Salón de belleza (1996) de Mario Bellatin o Temporada de huracanes (2017) de Fernanda Melchor. Sin embargo, aún quedan por sondear muchas posibilidades de estas experiencias e identidades, existen lagunas y puntos oscuros, parte de la sociedad continúa ocultando la verdad de su presencia y propiciando discriminación y odio. El libro de Camila Sosa Villada es, por lo tanto, un texto urgente, que explora, desde el lenguaje, la posibilidad de la carne que se modifica, la capacidad de nombrar y señalar el dolor. Parafraseando a la autora: la protagonista destruye, enferma, confunde, incomoda, despedaza y hace renacer al lenguaje como una forma de reclamar un territorio propio desde el que se lucha para que el desconsuelo, la ira, la tristeza y el daño se manifiesten con todas sus letras.
Camila Sosa Villada (1982), además de haber sido actriz en numerosas series, películas y obras teatrales, ha publicado tres libros más. El volumen de poemas La novia de Sandro (2015) y las novelas El viaje inútil (2018) y Tesis sobre la domesticación (2019). Con Las malas ganó en 2020 el Premio Sor Juana Inés de la Cruz, galardón otorgado por la FIL Guadalajara. En sus cuatro obras se trasluce una búsqueda por la reivindicación de la identidad y un posicionamiento cimentado que pone de manifiesto la violencia y la doble moral de la sociedad contemporánea.
En este sentido, Sosa Villada escribe desde la disidencia, entendida como un espacio que diverge de las opiniones normativas impuestas por la sociedad, como un lugar desde el que se permite cuestionar, señalar y exigir, con justo derecho, sobre el ocultamiento de las comunidades transgénero y la violencia a la que essometida. La novela es una ficción autobiográfica que oscila de manera armónica entre lo poético y lo abyecto, entre lo hostil y lo maravilloso. En ella, se cuenta la historia de un grupo de travestis que se reúnen en el Parque Sarmiento para ejercer la prostitución. A partir de este punto el lector sigue las vivencias de la protagonista, y también narradora, en un ambiente adverso y cada vez más peligroso; al mismo tiempo que conoce a la Tía Encarna, una especie de matriarca en torno a la que habitan, dentro de una vieja casona, una pléyade de personajes nocturnos que la quieren y respetan. Porque Tía Encarna protege a sus compañeras con el arrojo de quien pertenece a una hermandad construida a partir de la mutua comprensión. Ambas historias enmarcan una serie de situaciones que la autora relata sin ambages ni ocultamientos. En sus páginas, la deformación corporal debida a los peligros de la prostitución parece invadir paulatinamente a los personajes y los lleva a nuevas formas de existencia.
Así pues, el cuerpo forma parte importante de los temas que aparecen en la novela. Paul Preciado y Judith Butler consideran que el cuerpo es un espacio simbólico desde el cual se construye el género. Es decir, que el género es una serie de características, masculinas o femeninas, asignadas a partir de una expectativa cultural que, a su vez, moldea y construye a los individuos sexuados; en palabras de Preciado: “las performatividades normativas han sido inscritas en los cuerpos como verdades biológicas”. En Las malas, las constantes referencias a la transformación del cuerpo del varón por el de la mujer, la narración prolija en detalles en torno a la violencia como una parte más de la vida nocturna y de la sexualidad como único medio por el cual los personajes pueden alcanzar un cambio físico y la aparición de transformaciones fantásticas son tan solo algunos de los elementos desde los cuales el cuerpo se manifiesta como un lienzo susceptible de ser reelaborado y modificado. Pero también como un lugar donde lo terrible y lo hermoso puede suceder, un espacio donde transita el dolor y el placer. En palabras de la protagonista: “el cuerpo se adapta. Es como un líquido capaz de adaptarse a cualquier forma. Los músculos se endurecen o se engorda, se blinda. El blindaje es total”. Y también: “Nuestro cuerpo es nuestra patria”, es la frontera individual siempre en constante transformación, una dimensión que en la novela adquiere matices de valentía, porque en una sociedad acostumbrada a las reglas, quienes las desafían son condenados a la periferia.
Las malas es un atisbo, apenas un trozo de vida, a un complejo mundo interior y a la galería de personajes que lo rodean, es una trinchera que muestra la aspereza de la prostitución, la brutalidad ejercida por un machismo cruel; es una confesión que indaga en “el desconcierto del travestismo”, que habla en torno al “desprecio manifiesto, la desfachatez de mirarnos y no avergonzarse por ello”, que cuestiona la supuesta moral de los así llamados bien pensantes. Camila Sosa Villada ha escrito un libro que encuentra una verdad humana en las experiencias que ocurren en el Parque Sarmiento. Una verdad que explora lo ominoso de una sociedad insensible, pero que también se interna en la ternura, el afecto, la empatía y el sentido de comunidad que nace y prolifera entre iguales. Ante esta verdad, aquello que permanece, aún después de terminado el libro, es la sobrecogedora imagen de quienes no debieran ser olvidadas.