Escena 7 – Éxodo (Gn 19:26)
A pasitos de la entrada a Zoar, todo es destrucción. Pequeña comitiva de Lot, Nena y Edith que cargan con lo que pudieron rescatar. El coro toma los escombros, sigue muriendo y la Sodomai sigue explotando. A siniestra, el Ángel contempla la destrucción que ha creado.
Edith – Muerta la Sodomai toda.
Nena – Toda no.
(la Nena se detiene)
Edith – Nos perdimos, Lot.
Nena – Sodomaitas somos.
Coro (de lejos, más allá de las marcaciones, el coro seguirá repitiendo esto durante toda la escena como un murmullo a veces audible) – Edith.
Lot – La Sodomai se ha perdido. Lo que éramos ya no somos.
Coro (de lejos) – Edith.
Edith – La Sodomai somos nosotros y la llevamos donde vamos. Nos obligan que la llevemos y no nos dejan mirarla, despedirnos tan siquiera.
(entra Ángel)
Coro (de lejos) – Edith.
Ángel – No mirés, Edith. Es detritus en retrete, tirá la cadena y ya.
Coro (de lejos) – Edith.
Lot – Eso digo yo, ¿qué tanto escarbar mierda?
Coro (de lejos) – Edith.
Edith – ¿Cómo no voy a mirar? También hemos sido eso. Que el hombre no se pueda mirar su propio rosquete no quiere decir que atrás no lo tenga. No seas ñandú, Lot. No escondás el cogote porque, aunque no veas, te queda el orto mirando al norte y te empernan. No hay nadie más embambinado que Lot en toda la tierra. Tenés soldada a fuego una chota en la tripa. Estás más cogido que la Nena, Lot. Tan cogido que ni la sentiste, ni te enteraste que por no mirar perdiste el esfínter de la Nena, la casa y la patria toda. Mirá, Lot, hacete hombre y mirá.
(Lot se detiene, duda)
Lot – Yo ya decidí, Edith. No voy a mirar la muerte propia.
Edith – Quiero verla yo misma. Que no me la cuenten. Voy a hacer justicia con el que de afuera me viene a decir que ya no hay la Sodomai. Vienen como extranjeros y actúan como jueces. Nena, no te olvides. La sangre y la tierra con nada se conforman y venganza piden.
(Edith toma el palo de amasar, mira hacia atrás, Ángel le arroja sal, Edith se queda dura)
Lot – Se queda dura. Es pura lágrima salada. Una estatua de sal se diría.
Ángel – Ojo, Lot, no seas pelotudo. ¿Justo ahora vas a mirar? Para lo que hay que ver…
Lot – Nos vamos, vieja. Cuando te pongas bien, venite. Te daría un besote, pero no llego. Te quedaste atrás, Edith. Yo hice bien. La victoria es del que vive y sobrevive.
Ángel (Ángel revisa una Biblia de bolsillo, Nena repite como un eco)– Vivísimo quedaste, Lot. No hay más vivos que vos. Te advertiría lo que viene, pero, ¿qué diferencia haría? Si al futuro no hay con qué darle y acá siempre vuelven todos. La Nena te va a empernar a vos y a hacerse hacer un hijo con tu leche putrefacta. Y así sigue y sigue, tu semilla que todo lo pudre va a seguir haciendo sodomaitas donde no los hay y los hijos de tus hijos van a seguir culeando lo que puedan. Porque al final ni el fuego purifica, mirá lo que te digo, Lot. Ni el fuego purifica.
Nena – Ni el fuego purifica.
(Nena, prendida de la pija de Lot, se lo lleva a Zoar bailando, muertos resucitan, historia que vuelve a empezar en danza final, Ángel cierra Biblia)