Frente a los rieles del tren espero
escucho, se arrastran las ruedas, acaricia el cepillo
un plato de metal.
El hijo con fiebre en casa me mira de lejos. Algo
algo debe hablarme.
El reflejo en la ventana del vagón muestra el escote hoy más pronunciado
que cubro. Abrigo el pecho niño con fiebre tren a la universidad.
Falta una pista, la pieza que engrana todo esto no está
raspo la superficie, subterránea, un poco más
¿qué estoy dejando de mirar?
Ayer dijo tenerme miedo, sentí hundimiento plexo solar
por culpa del fantasma y esta manera de ser,
emocional.
Dijo señalando con sus deditos hacia mis pupilas Siento miedo
a estos círculos negros
en cada ojo.
Todos, respondí aliviada por la mancha que compartimos,
Todos tenemos. Yo sería incapaz
de dañarte, añadí, y era un rezo. Siento miedo yo también
pensé, la contención es el tema.
Niño con fiebre escote
tren a la universidad en la ciudad de Nueva York.
Despecho que cubro hoy.
Algo
una clave un mensaje.
Henry dijo que se llamaba el hombre con cuatro
e insistió cuatro días de hambre
cuando lo vi pasar tras mi imagen en el vidrio,
tal vez fue antes o después de cubrirme las tetas que de nuevo en el vagón
Henry pasó repitiendo gracias, gracias,
gracias
gracias.
Todo lo hace o lo dice cuatro veces Henry.
Será la inanición, estará confundido
o se repite por temor ante la precariedad
del público asistente, errante.
Insiste por si alguien le escucha al fin
el tema.
En Washington Square me duelen siempre
los hijos que en el momento no estoy cuidando;
tantos coches tanto parque despelleja.
Un cinturón de seguridad protege a la anciana en silla de ruedas
de su inminente derrame en plena calle;
cruza en la pizzería y se pierde.
La imagen descontrolada estalla, hago memoria inmediata,
la correa de seguridad
que recién miré, hebilla de acero rectangular, cinta negra poliéster,
proviene de un asiento de avión. Cuánto apocalipsis.
Lo único claro de todo esto es que estoy muriendo,
en la plaza donde espero una señal
el fluir me lleva improvisando como polen como
cable de electricidad.
Que me importe lo que importa
mantener los ojos, los oídos bien dispuestos
es lo único que pido cuando pido algo a la corriente que me ha traído hasta acá.
El brillo me atraviesa
niño enfermo ojo y miedo, fiebre tema plaza universidad
avión que se estrella
pecho despecho en el roce de la batería que me anestesia.
Algo
algo me anuncia que ahora mismo, no te miento,
ahora mismo lo siento
desde la médula, un desmayo compungido
en este instante mis células están muriendo
ahora mismo te aseguro
mis células, yo
estamos muriendo encandiladas.