como miel que cae
hacia arriba
esperamos
nuestro castigo
paciente
mente
dentro del nombre
el ruiseñor se vuelve cuervo
abre las alas
lleva el nido a cuestas
la noche
es una criatura impaciente
las rodillas desnudas
miran la niebla errar
como una mujer sin afectos
frente al muelle
la derrota cierra su polvera
y coge el autobús de vuelta a casa
el arco rojo de la boca
envilece la memoria
la quietud
es la extinción del deseo
la capa blanca
que cubre el río
imita la costra
sobre la herida
la corriente lenta
bombea sangre añeja
y el tiempo es una araña
de siete patas
el mañana existirá
con el mismo desacierto
en otros amantes
otros daños
otras aguas
vueltas hielo
(Del libro “La carencia”)