A Vargas Vila le basta con dos notas de pie de página para demostrar la mordacidad de su obra. Algunos jóvenes se suicidaron después de leer sus novelas, y se fundaron “ligas de señoras” para censurarlo. Lo cuenta aquí.
(1) Recientemente, una distinguida Escritora argentina, hizo en una reunión, y publicó en un periódico, de Buenos Aires, una especie de llamada a las madres de familia, para hacer una liga contra los libros de Vargas Vila, porque ellos entusiasman la juventud, y comienzan a extraviarla…
tiene razón la ilustre Escritora: yo descretinizo la juventud, la liberto del prejuicio, y un Hombre Libre, es un animal tan raro, que no conviene a las mujeres, ni aun siquiera a aquellas que son feministas ¿y qué puedo hacer yo, contra estas amables y acaso bellas adversarias?
inclinarme ante esta liga de Señoras, que he encontrado en mi camino, y resignarme a que las Señoras hagan ligas contra mis libros, ya que yo, no he de hacer libros contra las ligas de las Señoras.
(2) Cuando hace poco, dos jóvenes agentes de Policía, se suicidaron en un parque de Panamá, dejando escrito: «las razones de nuestro suicidio, búsquense en la página 229 de Ibis, de Vargas Vila» se gritó en todos los tonos contra mí, contra esa fatal sugestión a distancia; y se me preguntó, si no sentía yo remordimiento de tanta víctima como hacían mis libros…
¿qué es el Remordimiento? lo contrario del Orgullo, una flaqueza;
¿por qué, he de sentir Remordimiento, de ver abrirse rojas de sangre las flores que yo siembro?: destruir es más glorioso que crear.