Ilustración: Katsiaryna Dubovik
En las serranías del bosque, detrás de los troncos de árboles frondosos…
Periodista: ¿Qué haces? ¡Güey…!
Fotógrafo: No, no nos vieron…
Periodista: (susurrando) ¡Shhh!
Fotógrafo: ¿Ahora lo dices?
Periodista: ¿Puedes ver algo?
Fotógrafo: Son cinco, cinco polis. Lo están. Los van a destrozar.
Periodista: Ya no la libramos.
Fotógrafo: Espérate tantito (saca su cámara) No, nos ven ¿Huele a mota, no…?
Periodista: ¡Qué sé yo! ¿Qué importa? No, no huele. Guárdala.
Fotógrafo: Le están metiendo las manos en su bolsa. Se va a quedar con la lana del chavo, no con su celular, lo atan, ¡Ay sus manitas!
(Sonidos de gritos y golpes)
Fotógrafo: Mierda.
Periodista: Dios. No puedo ver.
Fotógrafo: No existe. Dios, no existe. Espera, hay que esperar. Están levantando a los otros, los cargan, los dejan en el galpón. Parece que se van. No, se quedan, se meten ahí.
Periodista: Guarda la cámara. Vámonos.
Fotógrafo: ¿Escuchas? ¿Qué dicen? Se están peleando, dos de ellos. No mames ¿Puedes creerlo? Es que no pueden levantarlo.
(Se oye un disparo al aire. Silencio)
Periodista: Corramos “Kudelka”, ¿Puedes correr con esa barriga chelera?
Fotógrafo: No, no me muevo.
Periodista: Vamos a terminar como los de Narvarte, o como el de Veracruz.
Fotógrafo: No se supo cómo fue con ese.
Periodista: Sí, cuando no se sabe se sabe. Corramos.
Fotógrafo: (deteniéndolo) ¡Chingada Madre!
El periodista se mueve tantito. Se alejan unos pasos de donde están ocurriendo los hechos. El periodista se esconde detrás de otro árbol y el fotógrafo lo sigue.
Periodista: (susurrando) Chin, se me cayeron mis lentes, ahí ¿Los ves?
Fotógrafo: (más bajito y tomándolo del brazo) Cálmate. Piensa en otra cosa, en la nota publicada. Respira. Di, larga vida. Di (silencio). Vamos, conmigo, larga vida al, al trabajador. (silencio) Sé positivo. No vamos a terminar como el de Veracruz, tranquilo.
Periodista: Ya estamos terminando como él, y como Buendía. Si tenemos suerte como Margarito. No puedo ver….
Fotógrafo: ¿Qué? ¿Qué haces?
Periodista: Shh, déjame, me estoy despidiendo de todo, de mis chavos…
Fotógrafo: Pero si ya luego- luego nos vamos a echar unos taquitos y publicar tu nota.
Periodista: No voy a publicar nada. No tendríamos que haber venido.
Fotógrafo: ¡Ten! (le pasa sus lentes de ver)
Periodista: Nos pasará como a Armado que nos hacen pedazos, nos descuartizan y luego ácido…
Fotógrafo: ¡Cállate!
Periodista: (silencio) ¿Oyes? ´Revoltoso´ ¿Escuchas?
Fotógrafo: No. (mirando la pantalla del celular) Se me fue la señal, mierda la batería también. Ya sí valió. ¿Qué Margarito? ¿Cuál Margarito?
Periodista: El cuate del Sumario Zeta, el de Tijuana …
Fotógrafo: (le tapa la boca) Confía en tu Dios. Mira, ve son niños, ni barba, ni bigotes tienen ¿Estás mirando? (cambiando el lente de su cámara) Espera, necesito esa foto. Chingada madre. Se apareció una monja. Te juro, sí. Dios no existe, pero tu ¿La invocaste? (ríe) Te lo juro cabrón, ahí hay una monja, con más huevos que tú y yo…
(Ambos miran a través del tronco del árbol)
Fotógrafo: Anota Flores. Se está hincando, se hinca. Reza el padre nuestro. Mira…
Periodista: (Se hace pis encima y mancha sus pantalones) No puedo ver ¿La monja? ¿Qué hace?
Fotógrafo: Es una belleza, abre las manos, mira, las extiende, sus palmas apuntan al cielo como dos palomas de la paz, tienes que verla es un halcón, toma vuelo como un halcón, crece, su cabeza es negra y su cuerpo blanco (enfoca su cámara a punto de disparar….)
Periodista: ¡No dispares! No podemos tener evidencia ¡Nos van chingar!
(fotógrafo baja la cámara)
(Se hace silencio)
Periodista: Los halcones tiene cabeza blanca y cuerpo negro. Tú sigue haciéndote el guey,, ve a tu bola, pinche héroe de comic, ¿Para qué? ¡Eh!
Fotógrafo: Shhh…. Es muy bello, muy bello.
Periodista: (autoritario) Bájala. Hay que vivir primero. Ya vimos. Se acabó. Es ahora. Vámonos. Bueno yo me voy, tú haz lo que quieras, y que Dios y esa monja con huevos los protejan.
Fotógrafo: (lo jala) No, no te muevas, no respires, o sí somos Margarito (bajan la voz)
(Ruidos de pisadas que se acercan. Los dos aguantan la respiración y quedan como estatuas escondidas detrás del árbol. El sonido de pis de un guarda que tose y rie cae sobre las hojas, luego las pisadas se alejan)
Fotógrafo: (se percata del pis en los pantalones del periodista) ¡Güey no podías esperar! ¿Para qué me seguiste acá?
Periodista: Yo qué sabía, era temprano y no soporto llegar a casa. No la aguanto…
Fotógrafo: Pensé que te cocinaba rico…
Periodista: Vuelvo por mis niños…
Fotógrafo: Pero si llegas tarde, cuando ya duermen…
Periodista: A veces les alcanzo a leer un cuento…
Fotógrafo: No me voy sin la foto. Teníamos un fotón. Nos dan la espalda. Hay solo dos tipos ahora ahí prendiendo una fogata, ¿Se van a echar unos taquitos?
Periodista: No, son tres. Mira ese que llegó. Da órdenes, ¿No es? Sí, sí, es él…El General, cabrón…
Fotógrafo: No puede ser, ¿Estás seguro?
Periodista: Por mis chavos, mira se le ve el parche ese, y la marca del cuello…
Fotógrafo: Chin…Ahora sí ves…Mmm de la verga…
Periodista: Lo sabías y no me dijiste nada, ¡Tú lo sabías! Me trajiste igual…
Fotógrafo: ¿Qué dices? No ¿Da ordenes?
Periodista: ¿Qué otra cosa hacen los generales?
Fotógrafo: Bueno no debería a la policía, ¿O sí?
Periodista. Al poli también. ¿Y la monja? ¿Estos se chingaron a la monja?
Fotógrafo: ¡Quién sabe! Están todos adentro, quedó uno solo en la puerta, y un perro… ¿Qué, qué, dime…?
Periodista: Nada…
Fotógrafo: ¿Nada?
Fotógrafo: Bueno había un güey que escribió que los árboles mueren de pie… Fotógrafo: ¿Y?
Periodista: No, que no lo leí, pero me acordé de eso, si lo hubiera leído, sabría….
Fotógrafo: Yo siento rico, con la adrenalina, me siento vivo, de pie, acá detrás de este tronco y del árbol esperando la foto, así para mí la vida así tiene sentido…
Periodista: No seas idiota…Pensamientos de bar, para tenerlos frente a tu chelita helada junto a unos cacahuates picosos, ¡Huele! No huele a bar, no hay chelas, no hay cacahuatitos…Solo este pinche mosco que me zumba al oido…¡Qué bicho gigante,si no me acaban estos este me devora…!
Fotógrafo: Pero que dices ¿Nos tocó o lo elegimos? Podrías estar con tu chelita, pero estas acá…
Periodista: Es chamba, tengo que sacar la quincena…
Fotógrafo: ¡Pero si éste sueldo no alcanza para la quincena…! Podrías estar del otro lado chambeando para ellos, ahí sí que te alcanzaría…¿O no? Vamos, por qué no dejas este árbol sales y te presentas, ahí los tienes. Ve y ofrécete para chambear, pruébate una quincena…Y no les digas que estoy acá…
Periodista: ¡Qué baboso eres!
Fotógrafo: ¿Por qué no se van ya? Se hace tarde, empieza a bajar la luz ¿Qué piensas?
Periodista: Sin palabras
Fotógrafo: Sin palabras
Periodista: Eso, tanta escritura, y ahora sin palabras. Te apuesto a que no deben haber terminado la prepa. Eso pienso, son analfabetos. Analfabetos dueños del silencio, pinche mosco!
Fotógrafo: Esos sí son pensamiento, para unas cervecitas. Chelas frías con cacahuatitos en un bar.
Periodistas: Olvídalo ¡Dormiremos de pie…!
Fotógrafo: Y sí, que es mejor que los árboles tuyos que mueren de pie. Cuando baje la luz nos vamos, publicamos y te invito la chela.
Periodista: ¿Y qué escribo? Un día de calor, con bastante tráfico en las carreteras de Guerrero, un embotellamiento …
Fotógrafo: No, óyeme, vas a publicar esto mismo, yo tengo que conseguir una gran foto. Será glorioso…
El perro empieza a ladrar cada vez con más desenfreno.
Sus sonidos se van acercando a ellos.
El periodista y el fotógrafo, sin dudarlo se trepan apresurados y se cuelgan de la rama.
El fotógrafo le pasa al periodista su cámara para que se la sostenga.
Jadeante busca algo en su bolsa, encuentra un pedazo de sándwich comido.
Intenta distraer al furioso animal y tira con fuerza hacia lo lejos, el sándwich.
Los sonidos del animal se alejan. Reacciona suspirando agradecido.
La voz de un poli llama al animal…
Poli: -¡Lucio…! ¡Lucio ven!
Periodista: (ríe)
Fotógrafo: (ríe)
Periodista: No, si siempre dije que la realidad supera la ficción…
Fotógrafo: Yo también si tuviera un perro así de gruñón le pondría Lucio….
Periodista: Había una vez, en las sierras de Guerrero un pobre perro gruñón llamado Lucio a quien unos polis domesticaron…
Fotógrafo: Se va la luz, tú vas a poder escribir todas tus palabras pomposas, melosas, rimbombantes, coloridas: `con brutalidad torpe, una infamia descarnada, un horror macabro, y esas jaladas que te gustan, pero yo nada. No tengo nada para describir lo que no capturé. Qué imbécil, no merezco esta profesión. Pásamela…
Periodista: No. Me están matando los moscos. Vamos.
Fotógrafo: Estas meado, no deberían picarte. Dámela.
Periodista: Me pican…
Fotógrafo: Te faltan…
Periodista: (interrumpiendo) Me sobran. Yo no escribo “horror macabro”, nunca escribiría “ brutalidad torpe”…
Fotógrafo: “Infamia descarnada” escribiste ayer. Olvídalo. Va a llover…
Periodista: ¿Neta? Ahora eres meteorólogo también.
Fotógrafo: Tenemos suerte. Esto en Julio sería un aguacero, pero ahorita solo lloverá tantito. Periodista: Pues que llueva ¿Dónde irá el ´Kudleka’ empapado?
Fotógrafo: Sería mejor ser Capa
Periodista: ¿Capa? (escondiéndole su cámara) ¿Capa sin su espada…?
Fotógrafo: Qué imbécil. Nadie puede llegarle a la Capa, hay que tener muchos. Menos acá en Guerrero. Habría que ser como ella. No tengo ese coraje. Era mujer sabes, como la monja, así terminan, de seguro esos se chingaron a la monja. Dame mi cámara. Si uno sale y se queda quieto justo debajo de ese farol …
Periodista: Tu soledad requiere coraje. Te la envidio, aprovecha, aprovecha que estás solo. Si mira, se larga la lluvia y nos salvamos.
Fotógrafo: Suenas a un anuncio. “Aprovecha, México sin fronteras, por todo el territorio” Ya sabes, eso no es verdad ¿Sigues sin señal tu? “México sin fronteras” ¡Qué mamada!
Periodista: Es una hipérbole.
Fotógrafo: Lo que digas (mirando a su celular sin batería esperando algún milagro) ¿Tienes? Periodista: No. (sonido de cumbia desde el galpón) ¿Se van a enfiestar?
Fotógrafo: Mira el cuerpo ese ahí sigue sangrando, ese junto al muerto, lo ves debe estar vivo. El poli se fue, dejó a Lucio ¡Dame mi cámara!
Periodista: ¡Vámonos! Es ahora.
Fotógrafo: Dámela, mira, el muerto se mueve. Se levantó. Ese muerto se hacía el muerto el cabrón es un chingón, y esto es un fotón. El muerto está levantando al que sangra, te lo juro. Hay que ir…Hay que ayudar. Se lo carga al hombro, se arrastra lento, se lo lleva, pone todo de sí. Es un fotón, es glorioso…¡Pásamela cabrón!
(El periodista arroja la cámara contra el suelo con fuerza)
Periodista: (Lo jala) No, nos vamos ya…
Fotógrafo: (Furioso levanta su cámara destrozada y se abalanza sobre el periodista, este lo esquiva) Ya, hay que ayudarlos al menos (empieza a avanzar hacia la escena de la que eran testigos)
Periodista: Es ahora cabrón. Vamos
Un gran trueno estalla y unas primeras gotas de lluvia caer
Ambos se paralizan debajo del tronco.
El periodista y el fotógrafo se miran en un largo silencio.
Luego, cada uno se voltea y se hecha a correr en dirección contraria: El periodista alejándose de los hechos y el fotógrafo para adentrarse en ellos
En medio de la escena el tronco de árbol queda solo y sigue de pie, unas hojas caen empujadas por el viento de la tormenta, la fuerte lluvia se avecina.
Telón.
Florencia Davidzon nació en Buenos Aires en 1972 bajo el nombre de Florencia Davidzon. Estudió Ciencia Política y se especializó en Opinión Pública y Comunicación. El teatro, el cine y la escritura han sido siempre sus grandes amores y refugios. En el 2002, desterrada por los vaivenes de la economía Argentina, se volvió nómade, lanzándose al abismo de una existencia entre tres lenguas, de pocos interlocutores y sin relatos compartidos. Adquirió la ciudadanía mexicana y más tarde la estadounidense y se transformó finalmente en una paria más del mundo globalizado. El desarraigo ha impactado en el singular camino de esta artista independiente que busca crear puente entre culturas. Hoy, se siente una sobreviviente que respira y transpira gracias al cobijo del drama y la comedia. Recientemente, la pandemia y la claustrofobia virtual le han inyectado una voraz verborragia afición por la no ficción y las artes escénicas. Agradecida con los compañeros y maestros que han soportado su constante inconformidad y preguntas, esta errante amante de las artes construye historias para múltiples formatos siempre fiel de una gran certeza: la vulnerabilidad es la única fortaleza.