Por: Alejandra Matus
En 1973, en el momento en que Allende se prepara para suicidarse en La Moneda, un agente infiltrado de la KGB le inyecta un suero experimental que lo hace inmortal (DORIAN1). Lo saca en secreto y lo lleva a un asilo de ancianos ubicado en el Cayo Tavernier, cerca de Miami.
En 2006, cuando agoniza, Pinochet recibe el suero, que se ha perfeccionado por un acuerdo entre Moscú y la CIA, tras la caída del muro de Berlín (DORIAN2) y es llevado al mismo asilo. La coexistencia pacífica que han logrado los residentes se ve interrumpida por la llegada de una inesperada paciente.
PRIMER ACTO
Sala común en asilo. Paredes color pastel (Miami style). De fondo, hay un televisor plasma en que un grupo de ancianos sentados en un sillón (de espalda al público) mira el show de la Doctora Polo. Primer plano, ALLENDE, con chaqueta de tweed y lentes de marco negro, juega una partida de ajedrez solo, sentado ante una pequeña mesa en la que cabe solo el tablero, y murmura mientras ensaya jugadas. En una esquina lo observan tres agentes vestidos con atuendos de médicos: BORIS (KGB), HELEN (CIA) y SOTO (DINE).
BORIS
¡Qué pena que el camarada recibiera la primera versión del suero! Ahora es inmortal, pero no recuerda nada.
SOTO
No me venga con huevadas, poh colega. Si se acordara, ni su jefe Putin estaría a salvo. Acuérdese de que a este marxista le gustaban las elecciones y la prensa libre. No se me ponga sentimental.
BORIS
Por eso no le hemos actualizado la dosis, con el DORIAN2 que le dimos a tu jefe. De todos modos, te digo aquí y lo desmiento luego: Me da no se qué verlo jugando ajedrez con el dictador.
HELEN
Oh, the Russians, tan sentimentals. My dear, tu President ALLENDE parece que se lleva bien con el bruto ese. Tenemos que estar todos happy, porque los tenemos controlados y nadie sabe que están here.
SOTO
El problema es la vieja.
BORIS
¿Cuál vieja?
HELEN
¡No empieces con tus surprises, SOTO!
Por la puerta que conduce al resto del asilo (al fondo a un costado de la tele), entran 5 vedettes con plumas, como de los años 70, acompañadas por PINOCHET, que viene entremedio abrazando a dos por las caderas. Son maduras, en buen estado físico. Una de las que abraza a PINOCHET es de baja estatura y morena, acepta que la llamen FRESIA. Otra, alta, teñida de rubio y tetona se hace llamar MAGGIE LAY. Se acercan bailando “Corazón de melón”, a ALLENDE.
ALLENDE
(poniéndose de pie)
¡Augu!
(Hablando a la morena, bajita)
¡Fresia Soto!
PINOCHET
No poh Salva… No es la FRESIA SOTO. Esta es una enfermera que me aguantó el salto, pero dile FRESIA no más. Como sé que estai de cumpleaños, te traje el Bim ban Bum de regalo.
FRESIA
(Acercando su cuerpo a Allende, que la mira lascivo y le pone la mano en la cadera)
¿Le gustó la sorpresa, Presidente?
PINOCHET
(Haciendo gestos a la vedette para que se quede callada, la atrae hacia sí)
¡Schhhhht! No le digai así. Si este huevón recobra la memoria, soy hombre muerto.
El resto de las vedettes sientan a ALLENDE y lo rodean bailando seductoramente.
FRESIA
No le pongai color. Cuántas veces te tengo que decir que a él le pusimos el DORIAN1. Lo salvamos de la muerte, no del Alzheimer.
PINOCHET
El que me pusieron a mí no era mucho mejor tampoco. Me sacaron del cajón, pero este niño (apuntándose los genitales) sigue envejeciendo y no sirve pa ná.
FRESIA
No te quejí tanto. Te he visto pelándote pastillitas azules pa’ responderle a la Maggie Lay.
PINOCHET
Muere de vieja, no por sapa.
ALLENDE
¿Maggie Lay? De esa chiquilla me acuerdo. ¿También vino a saludarme?
MAGGIE LAY
Soy yo don Salva, pero no se entusiasme mucho, que este caballero (apuntando a Pinochet) es re-celoso.
PINOCHET
¡Pero hoy día no la voy a celar mijita, porque el cumpleaños de este caballero hay que celebrarlo en grande! Chica, hazle el show al hombre aquí, para que se ponga contento.
FRESIA
(Acercándose a Pinochet)
Puta que estai generoso hoy día. Cualquiera diría que te bajó el cargo de conciencia.
PINOCHET
A veces pienso que este huevón tiene más suerte que yo. Hay tantas cosas que quisiera olvidar.
Sube música corazón de melón. FRESIA baila seductoramente a ALLENDE. El resto de las chicas hacen una rueda y la doble de Maggie Lay se besuquea con PINOCHET. Por el mismo pasillo por donde entraron las vedettes, aparece una enfermera (SONIA) empujando un carrito con medicinas.
SONIA
A ver, a ver ¿Qué pasa aquí? ¿Don Augusto, de nuevo haciendo desorden? ¿Y ustedes (a las enfermeras-vedettes)? ¡Vayan a ponerse el uniforme, mejor será! (Las mujeres salen rápidamente de la escena. Se apaga la música)
PINOCHET
Pucha que es mala onda usted ¿No ve que el señor está de cumpleaños? Le estábamos haciendo una fiestecita.
SONIA
Qué va a saber don Salva de cumpleaños. Para él, todos los días son iguales… No se haga el leso. Yo le tengo sacada la foto. La fiesta era para usted, no para él.
PINOCHET
¿Cómo se atreve a dudar de mis motivos? Para que sepa, yo a este gallo le tengo mucho cariño.
SONIA
No sé, ni me interesa lo que pasó entre ustedes en el pasado, pero acuérdese que yo estaba aquí cuando usted llegó. Yo lo vi, con estos ojos que han a comer los gusanos. Usted le tenía miedo a don Salva. Pasaba escondido, hasta que se dio cuenta de que no se acordaba de usted.
PINOCHET
No se pase películas, SONIA. Yo me escondía de los comunistas infiltrados en este asilo, no del Salva, con quien tuve la dicha de trabajar y de quien guardo los mejores recuerdos.
SONIA
Sí, claro. Sópleme este ojo. Corte la cháchara mejor, que le tocan los remedios de las siete y a don Salva lo esperan en la sala de ejercicios.
SONIA
Le pasa los remedios y un vaso de agua a cada uno.
ALLENDE
¡Augusto! ¡Qué bueno que viniste! ¿Juguemos una partidita de ajedrez?
PINOCHET
(A la enfermera)
¿Puedo?
SONIA
Ok, pero una sola partida… Y no le haga trampa. Ah, y mañana se me levantan temprano los dos, porque nos va a llegar una nueva paciente. Se va a instalar en la suite que dejó el Príncipe.
PINOCHET
¡Chuta! ¿Y qué paciente es esa? Debe tener plata para que le den la mejor habitación.
SONIA
Usted de puro cagao no se la arrienda. Pero para hacer fiestecitas sí que tiene plata.
PINOCHET
Mish, parece que se me puso celosa.
SONIA
No hable tonteras, ¿quiere?… Don Salva. Aquí lo dejo con este caballero. En 10 minutos lo vengo a buscar. No se le ocurra apostar plata, porque don Augusto se la va a quitar.
ALLENDE
No levante injurias a mi amigo, señorita. Tal vez no lo conoce bien, pero yo sé que es muy recto.
Enfermera hace un gesto a Pinochet, como diciéndole que va a estar observándolo y sale de la sala. Pinochet se sienta junto a Allende y ordena las piezas de ajedrez.
PINOCHET
¿Quién será la paciente que llega mañana?
ALLENDE
¿Viene alguien?
PINOCHET
Pa qué te pregunto a voh.
Bajan las luces. Escenario a oscuras por unos instantes y vuelve a encenderse. Es la mañana siguiente. Las vedettes del día anterior ahora lucen uniformes de enfermeras y distribuyen el desayuno junto a SONIA, entre los ancianos repartidos en el comedor. En la televisión, pasan un noticiario de Univisión. Trump dice que las elecciones han sido fraudulentas y que pronto estará disponible la vacuna que acabará con el virus chino. La imagen es traducida por una voz en off con acento caribeño. Frente a un gran ventanal, ALLENDE, sentado en una silla sencilla mira a lontananza. Entran y se congregan en el centro BORIS, HELEN y SOTO.
HELEN
At what time llega la senora?
SOTO
Viene en camino. La comandancia tuvo que hacer un operativo especial. Se informó a la prensa que venía a Miami de compras, pero que el jet privado en que viajaba se perdió en el triángulo de las Bermudas.
BORIS
No me gusta ¿Qué pasa si alguien investiga? No hay cuerpo que mostrar.
SOTO
No se preocupe colega. No hay nadie en Chile que la busque, ni menos que quiera encontrarla. Créame. Fue la mejor solución, dadas las circunstancias. Amenazaba con ir a la prensa y contar que su marido no había muerto, sino que estaba en un asilo controlado por nuestros servicios de inteligencia. ¿Se imagina el escándalo? No nos quedó más que ceder.
BORIS
Da, ¿y no se les ocurrió inyectarle otra cosa? En Moscú lo hubiéramos resuelto de otra manera.
SOTO
Dices eso porque no la conoces. Esta señora ya tenía fama de inmortal. Era más riesgoso ponerle veneno y que sobreviviera.
HELEN
¿Qué versión le pusieron?
SOTO
El DORIAN3.
BORIS
(Furioso)
¡Pero cómo! ¿O sea, que además de inmortal, ahora es joven?
SOTO
Cuarenta años más joven, pero como tenía tantos años, joven-joven no quedó. Por eso acordamos traerla a aquí para ponerle el DORIAN4. Dice que no se va a quedar conforme hasta que vuelva a los 17.
HELEN
Estoy de acuerdo con BORIS. Esta misión es altamente riesgosa. Ustedes los chilenos son crazy. Siempre hacen las cosas wrong.
SOTO
Más respeto señora, que no tendríamos este problema, si no fuera por ustedes.
HELEN
Pasado, pisado, I say. And remember que les daremos un porcentaje por la venta de la fórmula. Con ese 5 por ciento, Chile se va a convertir en una potencia mundial.
SOTO
¿Chile? No poh, mijita. Aquí somos los que somos y los demás, palomo. El porcentaje es para nuestro servicio y los hombres del Ejército jamás vencido… No se preocupen por la iñora. La tenemos controlada. Ha firmado un contrato secreto que la obliga al anonimato a cambio de la juventud eterna y bueno, un veinte por ciento de la platita que ustedes nos van a dar.
HELEN
(Riéndose)
¡Ustedes sí que son giles! (Dice “giles” como si lo pronunciada en inglés, gailes)
SOTO
Ríase no más, mijita. Si la tuvieran a ella en vez de la Melania, ¡te la encargo!
BORIS
¡Davolna! Ya está acordado. Respetaremos ese acuerdo que tienen con ella, pero si la mujer se pone complicada, aplicamos el método Putin.
HELEN
Yes, Sir!
SOTO
Por nosotros, no hay problema, pero les advierto. No saben la chichita con que se están curando.
Los agentes salen del escenario. Entra un escolta fornido, de terno y lentes oscuros, revisando las instalaciones, levantando cojines y escrutando a los ancianos. Cuando parece estar todo en orden, habla por el botón de la manga al resto.
ESCOLTA 1
Ku Te Hache asegurado. 10-4
Rodeada de cuatro escoltas vestidos igualmente de negro, con lentes oscuros y bigote discreto, entra LUCÍA HIRIART, de unos 50 años, cuerpo grueso y curvilíneo, vestida con un buzo plateado, brillante y ajustado, peluca rubia y lentes de sol anchos (a lo Rafaella Carrá). Los hombres traen varias maletas gruesas y pesadas.
ESCOLTA 1
El lugar es seguro, señora. Nuestra misión termina aquí. Por razones de seguridad, debemos abandonar el recinto. Nos han informado que los directivos de la residencia Tavernier se presentarán dentro de poco para mostrarle sus aposentos. Que tenga una buena estadía.
LUCÍA
Pero Ramírez, no me puede dejar aquí sola con estos vejestorios ¿Augusto sabe que llegué?
ESCOLTA 1
No me han informado los detalles, señora. No corresponde.
LUCÍA
¡Entonces no se va hasta que venga alguien a recibirme!
Los ESCOLTAS se miran entre sí con cara de fastidio. El alboroto ha llamado la atención de ALLENDE, quien se levanta de su silla y se acerca al grupo.
ALLENDE
Disculpe la interrupción, dama. Si gusta, yo puedo hacerle compañía.
LUCÍA
Muy amable de su parte, pero prefiero esperar a la comitiva oficial… Usted me parece conocido ¿Cómo se llama?
ALLENDE
(Dudando un momento)
Salvador… Allende. Sí, así me llamo yo.
LUCÍA
¿Salvador Allende? No puede ser. Ese gallo está muerto.
ALLENDE
Me debe estar confundiendo con otra persona. Hay muchas cosas que no recuerdo, pero estoy casi seguro de que estoy vivo.
LUCÍA
Espero que estos huevones no le hayan dado el suero también a… No puede ser. La CIA no se lo daría a un marxista.
Entra SOTO, quien despide a los ESCOLTAS con un gesto de mando, y toma del brazo a Lucía Hiriart, quien todavía escruta la cara del confundido Allende.
LUCÍA
Qué bueno que se dignó a aparecer, Soto. Estaba a punto de darme media vuelta e ir a buscar a un periodista del Miami Herald.
SOTO
No me asuste, señora Lucía. Es que usted llegó un poco adelantada, pero no se preocupe. Todo está como lo pidió: la cama cubierta de pétalos de rosas; la tina, llena hasta el tope con agua Evian, entibiada a 37.5 grados celcius.
LUCÍA
Este hombre dice que se llama Salvador Allende y si no fuera por el extraordinario parecido con el finado, diría que está loco.
SOTO
Se lo puedo explicar.
LUCÍA
No, ¿en serio? ¿Me va a decir que la CIA salvó también a este marxista-leninista?
SOTO
Todo tiene una explicación.
LUCÍA
No ¡Sáqueme inmediatamente de aquí! ¡Me devuelvo a mi país! ¡Espere a que se entere El Mercurio! ¡Augusto, Augusto!
SOTO
Señora Lucía, cálmese. Se lo ruego. Déjeme explicarle y si después quiere irse, yo mismo me encargo. Ahora necesita bajar la voz, pues está llamando la atención de los otros ancianos. Aquí hay muy pocos con el suero. De Chile, sólo usted, mi general y este caballero.
LUCÍA
Este caballero, como le dice usted, es un enemigo de la Patria ¡Augusto!
ALLENDE
¿Enemigo de qué Patria?
SOTO
No recuerda nada, pierda cuidado. Por favor, señora Lucía, se lo suplico. Escúcheme. Su marido vendrá en cualquier momento. Si me da un minuto, podrá entender…
LUCÍA
Que sea rápido, porque me importa un soberano pico dejar a Augusto aquí. La verdad es que no me imagino cómo ha aguantado que lo tengan al lado de este demonio come guaguas….
SOTO
ALLENDE recibió la primera versión del suero.
LUCÍA
¡Por qué! ¿Están locos?
SOTO
La verdad es que este suero lo inventaron los soviéticos. Y la KGB se lo dio a él, en La Moneda, justo antes de que se suicidara. Los resultados no fueron tan buenos. Es inmortal, pero tiene Alzheimer. Por eso está aquí. Fondearlo con otros ancianos que no saben ni dónde están parados fue una idea brillante, si me permite, aunque se le haya ocurrido a los rusos.
LUCÍA
¿Y a Augusto también se lo dio la KGB? ¿Se hizo comunista? ¡Lo que faltaba!
SOTO
No, cómo se le ocurre. A él le dimos el DORIAN2, perfeccionado por la CIA. Los gringos hicieron un joint venture con los rusos después de la caída del Muro de Berlín.
LUCÍA
¿Join qué? ¿Qué muro de Berlín?
SOTO
No la quiero marear con información técnica. Lo importante es que sepa que don Augusto está bien de la cabeza, pero su cuerpo no rejuveneció como el suyo. Como podrá imaginarse, los experimentos han ido mejorando la fórmula, pero a él le tocó una más o menos no más. Es un inmortal viejo.
LUCÍA
Bueno, de eso me alegro. Si rejuvenecen a ese conchesumadre dejaría preñadas a todas las maracas que se le crucen por delante.
SOTO
Señora Lucía, entiendo que esté contrariada, pero mientras permanece aquí, le pido que mantenga un perfil bajo. Es bastante notorio que es más joven que todos en este lugar…
LUCÍA
¿Usted haya? Me encantó poder ponerme este trajecito. Lo compré en España, cuando fuimos al funeral de Franco, pero nunca tuve cuerpo para lucirlo, hasta ahora.
SOTO
Sé que le va a costar, pero por razones de seguridad, le ruego que intente aparentar una edad mayor.
LUCÍA
De acuerdo, pero sólo hasta que me den el DORIAN4. Quiero volver a la edad que tenía cuando conocí a este milico inútil, para volver a empezar. Ni cagando me volvería a casar con él.
SOTO
Por favor, no se le vaya a salir con mi general que hay nuevas versiones. La KGB y la CIA están de acuerdo en que, por razones geopolíticas, no convendría rejuvenecerlo.
LUCÍA
¡Cómo se te ocurre SOTO! ¡Ni cagando! Tú dame lo que me prometiste no más y yo me voy con viento fresco de aquí y no me verás nunca más. El Augusto se puede quedar contigo y los comunistas por el reeesto de su vida.
SOTO
Después hablamos de eso, señora Lucía. Por ahora, por favor prométame que se va a comportar. Estamos siendo vigilados a toda hora por la CIA y la KGB y cualquier error nos puede costar caro.
LUCÍA
No te preocupes Sotito. Mientras me cumplas, yo callambín bombín. Ahora llámame a Augusto. Quiero humillarlo con mi nueva facha.
SOTO
De inmediato, pero por favor tome en cuenta que el suero es inestable. No sabemos si mi general podría tener algún efecto adverso si experimenta un estrés extremo. Es la razón por la cual, a pesar de los avances, el suero no se ha podido comercializar todavía. Por ahí anda el cantante JUAN GABRIEL. A él se lo vendieron solo porque aceptó los riesgos y porque no quiere que nadie sepa que está vivo.
LUCÍA
Que se estrese no más ¡Se va a llegar a recagar cuando me vea así de rica!
SOTO sale por el pasillo. Allende que ha estado observando la escena a alguna distancia, se acerca a LUCÍA
ALLENDE
Sé que le dieron la habitación del Príncipe. Augu estaba muy intrigado ayer. Cree que usted debe tener mucho dinero. Él también tiene, porque siempre me gana las partidas de ajedrez. No sé cómo lo hace, porque yo encuentro que es un jugador de regular a malo. En fin, que la pensión se me va en pagarle las apuestas, pero es un buen hombre. ¿Lo conoce?
LUCÍA
Es mi marido.
ALLENDE
Vaya, vaya. El Augu no me había contado que era casado. O tal vez lo hizo y se me olvidó. Es que tengo la cabeza un poco malita.
LUCÍA lo mira de pies a cabeza y se da vuelta dándole la espalda. Por el pasillo, aparecen PINOCHET acompañado de la enfermera FRESIA y de SOTO contando chistes. A primera vista, no reconoce a su mujer. Cuando está cerca, la mira de arriba abajo, con gestos de aprobación. De pronto, cae en cuenta de quién es.
PINOCHET
¿Lucy? ¿Pero cómo? ¿Qué te hiciste?
LUCÍA
Que te explique SotIto. Por ahora, toma las maletas y llévalas a mis aposentos. Tú y yo tenemos un par de asuntos que arreglar. Eso sí, no pienses que vas a pasar la noche conmigo.
Lucía camina altiva por el pasillo. La siguen PINOCHET y SOTO que cargan sus maletas. PINOCHET se da vuelta y se despide con cara de angustiado de ALLENDE, quien solo atina a encogerse de hombros.
SEGUNDO ACTO
En el escenario a oscuras, se ilumina una puerta por la que entra en forma sigilosa, SOTO. De manera similar, ingresan luego HELEN y BORIS, todos vistiendo delantales blancos. Se reúnen en una esquina y susurran.
SOTO
Me soplaron que ya está listo el DORIAN4.
[…]
HELEN
¿No que todo lo sabía? ¿Le falló su método etílico?… No le vamos a poner el suero a la lady. Too risky.
SOTO
¿Cómo que no? ¡Me va a volver loco si no lo hacemos! A mi general también le hace gracia la idea de que se vaya pronto.
BORIS
Tranquilo. Se va a ir, pero con los pies para delante. Le vamos a aplicar el método Putin.
SOTO
¿El plan es seguro? Ya les he dicho que la señora es peligrosa y si se da cuenta…
BORIS
Da Tavarich!
Los agentes se dispersan y salen sigilosamente por la misma puerta que entraron. Se encienden paulatinamente las luces y los ancianos comienzan a llegar […]. En la televisión, se exhibe un documental sobre JUAN GABRIEL y habla el primo que insiste en que está vivo […] ALLENDE viene caminando con parsimonia, saludando a los presentes con la mano en alto, en un típico gesto presidencial. PINOCHET que viene más atrás, se acerca a la enfermera SONIA.
[….]
PINOCHET
¿Y por qué saludai así, huevón?
ALLENDE
¿Cómo así? Así se hace, pues hombre.
PINOCHET
Es que parecí Presidente
[….]
La enfermera SONIA le hace un gesto a PINOCHET, como diciéndole que no se aproveche de ALLENDE. PINOCHET se encoge de hombros. PINOCHET Y ALLENDE avanzan hacia la mesita donde juegan. LUCIA entra con un nuevo traje ajustado, brillante y violeta, del brazo de JUAN GABRIEL.
LUCÍA
Juanga, no sabes lo contenta que estoy.
JUAN GABRIEL
¿Por qué mi reina?
LUCÍA
Hoy día me van a poner la última versión del suero y me voy a largar de esta pocilga.
JUAN GABRIEL
¿Qué suero, querida?
LUCÍA
El mismo que te dieron a ti, pero mejor ¡Voy a volver a los 17!
JUAN GABRIEL
¿A los 17? Quién quiere tener 17 años, preciosa. Actualízate. A los 25 se pasa mejor, pero cuéntame más ¿Lo puedo pedir yo también?
LUCÍA
No, querido. Es un secreto. No debí decirte nada. Es que me cuesta tanto dejar pasar una oportunidad para presumir… Me caes bien, lo sabes, pero tampoco te lo voy a compartir.
JUAN GABRIEL
No seas cabrona, Lucy… Yo también lo quiero.
[…]
LUCÍA
Entonces escúchame… Esta tarde, cuando me lleven a la enfermería, irás conmigo. Le voy a pedir a SOTO que te ponga unas gotitas del suero, para probar sus efectos y que después me lo pongan a mí. Así, tú rejuvenecerás un poco y yo no tendré que volver a los 17. Lo he pensado bien y creo que tienes razón. Una es muy huevona a los 17.
JUAN GABRIEL
¡Eres una genia!
TERCER ACTO
El escenario cambia y se transforma en un sector secreto del asilo, con letreros de advertencia Stop, Solo Personal Autorizado y Materiales Radioactivos. Hay una camilla y sillas en el centro del escenario y en la pared, anaqueles con insumos médicos. SOTO, BORIS y HELEN están mirando dos frascos, uno contiene un líquido verde y el otro, rosado.
BORIS
(a sus cómplices)
Listo el plan Putin, ¿Da?
SOTO
Necesito un repaso. Anoche tuvimos carrete en la pieza de mi general, con la Fresia Soto y la Maggie Lay. Tengo el medio hachazo. Todavía me duele la cabeza.
HELEN
C’mon Soto! Los chilenos me sacan las choras del canasto con su poca disciplina ¿No se da cuenta que está en juego la seguridad del mundo? Si la gente se entera de que estamos trabajando juntos en estos experiments…
(a BORIS)
No debimos incluir a los tercermundistas en esto.
BORIS
¿Y de dónde sacamos conejillos de indias, camarada? Los africanos ya no aguantan que probemos con ellos.
SOTO
(a HELEN)
No se queje tanto oiga, mire que el golpecito que le hicimos no salió tan julero ¿ah?
HELEN
¿Qué no? ¡Así estamos! Todavía tratando de tapar your shit.
BORIS
¡Davolna! Lo vamos a repasar todas las veces que sea necesario, para que el compañero SOTO cumpla una misión impecable. ROSADO=PUTIN. VERDE=SUERO.
SOTO
Con todo respeto colega, no me diga compañero, que me descompenso.
BORIS
…Usted le va a dar elegir a la señora qué color quiere. Nuestros sicólogos dicen que en un 99,9 por ciento las mujeres se inclinan por el rosado, porque es más lindo. Y porque el verde siempre ha sido sinónimo de veneno.
SOTO
Sus sicólogos no conocen a esta vieja ¿Qué pasa si elige el verde?
BORIS
Aplicamos plan B
SOTO
¿Y cuál es el PLAN B?
HELEN
Soto, concéntrate en lo que te toca y deja de preguntar so much.
SOTO
Ya, pero si las cosas salen mal, después no me echen la culpa a mí… Ahora retírense no más, antes que llegue la iñora… ROSADO=SUERO, VERDE=VENENO
BORIS
¡Niet Soto! Al revés. Cómo quieres que confiemos en ti.
SOTO
No te pongai pesao. Fue un lapsus no más. Si lo tengo claro: ROSADO=VENENO. VERDE=SUERO.
HELEN
I just quiero que no meta la pata this man. Hay too much en juego.
BORIS
No se preocupe camarada. Lo estaré vigilando.
Los agentes salen y llega la enfermera FRESIA acompañando a LUCIA, quien luce un traje ajustado de animal print. Vienen también JUAN GABRIEL y ALLENDE.
SOTO
¡Suboficial!, digo, ¡Enfermera! ¿Por qué trae a estos huevones? Le dije que solo la señora Lucía podía entrar.
LUCÍA
(Interrumpiendo y llevando a SOTO a un costado)
Le pedí a mi amigo que me acompañara. Quiero que pruebe el suero primero con él, por razones de seguridad.
SOTO
Pero cómo va a desconfiar de nosotros, señora Lucía. Usted nos conoce.
LUCÍA
¡Por eso mismo!
SOTO
(Señalando a Allende y acercándose a su oído, para que solo lo escuche ella. En tanto, JUAN GABRIEL coquetea con ALLENDE y FRESIA busca en el anaquel la jeringa y los materiales para inyectar a Lucía)
Está bien, le compro ¿Pero y este otro huevón? ¿Cómo se le ocurre traer al mismísimo Allende, por la chucha?
LUCÍA
(susurrando)
No me lo pude sacar de encima. El jote insiste en que está enamorado de mí. Me sigue a todos lados pidiéndome una oportunidad para demostrarme su amor. Le dije a Augusto que venía a vacunarme del COVID y este saco de huevas estaba con él, jugando ajedrez, pa’ variar. Insistió en acompañarme y el pelota del Augusto le avivó la cueca. En todo caso, es más peligroso este otro (se refiere a JUAN GABRIEL), que tiene la memoria güena.
SOTO
Usted no se preocupe de nada. Nosotros nos encargamos del daño colateral.
[…]
SOTO
No, no, no, por favor, señora Lucía. Dígame no más cómo quiere proceder.
LUCÍA
Es simple. Le pones unas gotitas del suero al colita y si no se muere, me pones el resto a mí.
SOTO
Si no le doy la dosis completa, el suero va a perder potencia.
LUCÍA
Por eso te digo, mierda: unas gotitas no más. Arriesgaré unos años de juventud, pero tengo que asegurarme.
[…]
SOTO se pone nervioso con el cambio de planes. Se saca los frascos del bolsillo y se da vuelta rápidamente, pero Lucía se alcanza a dar cuenta. Le pide a FRESIA que le acerque una jeringa, se guarda el frasco rosado en el bolsillo, y extrae las gotas del frasco verde que le inyectará a JUAN GABRIEL. Se voltea nuevamente y le pide a JUAN GABRIEL y a LUCIA que tomen asiento. Fresia los ayuda a descubrirse un hombro. Le inyecta las gotitas a JUAN GABRIEL y cuando se voltea para extraer el suero rosado con otra jeringa, interviene LUCÍA.
LUCÍA
Yo quiero de ese mismo.
SOTO
¿El mismo qué?
LUCÍA
¿Voh creí que soy hueona? ¿Que no me di cuenta de que tení dos frascos ahí?
SOTO
¡Cómo se le ocurre, señora!
LUCÍA
¡No te hagai el de las chacras! Te vi. Dame del mismo frasco que le pusiste al colita, porque hasta dónde veo, no ha parado la chala.
JUAN GABRIEL
¿A quién le dices colita, pinche güera?
SOTO
Señora LUCÍA… El suero que le acabo de poner al señor es el mismo que le voy a dar a usted. ¡Mírelo! ¿No lo ve más joven? No se pase películas.
LUCÍA
¿Y voh creí que yo soy hija de la vieja huevona, ah? Seguro que me querí matar ¡El Augusto te mandó!
SOTO
Le juro que le digo la verdad, por nuestra Santa patrona la Virgen del Carmen ¿Cómo se le ocurre que voy a hacer algo en contra suyo?
LUCÍA
SÍ, conchetumadre, milico de mierda. Yo soy huevona hasta las 12 no más. Pasa pa cá los dos frascos. Los voy a probar contigo y con este saco de hueva (por ALLENDE). Ya JUANGA, párate y ayúdame a controlar a este pelao pata hedionda (abalanzándose sobre SOTO).
Mientras JUAN GABRIEL lo contiene, LUCÍA le saca del bolsillo del delantal los dos frascos.
LUCÍA
¿Viste Conchetumadre? ¡Ahora te vai a ir al infierno por jurar en vano!
SOTO
Señora Lucía, confieso, es verdad ¡Perdóneme! Los rusos me dieron el frasco rosado con veneno para que se lo inyectara, pero yo no puedo levantar mi mano en contra suya.
[…]
(SOTO forcejea. JUAN GABRIEL lo contiene mientras Lucía saca las sábanas de la camilla, las muerde con los dientes y las raja para hacer tiras con qué amarrar al militar).
SOTO
Por favor, doña Lucía. ¡Jamás nuestro Ejército a dominio extranjero se ha sometido y esta no será la ocasión de hacerlo! El verde es el bueno. Se lo juro. Le di unas gotitas a su amigo. Déjeme salvarla y nos vamos juntos a esa isla del Caribe que le teníamos reservada.
LUCÍA
Cállate mierda. Además, pégate el alcachofazo. Yo no me voy a ninguna isla. Saliendo de aquí me tomo un avión a Chile y te denuncio a ti, a Augusto y a todos tus compinches por traición a la Patria. La Eva Perón va a ser una alpargata al lado mío ¡Del Río Bravo a la Patagonia, todos van a adorarme!
SOTO
Mi general es inocente. Créame por favor (llorando)
ALLENDE
(Quien ha estado sentado absorto en su mundo, mientras FRESIA, de pie a su lado ha estado escribiendo mensajes en su celular, se pone súbitamente de pie)
¿Qué pasa mi Dulcinea? ¿Este hombre ha intentado propasarse con usted? ¡Voy en su auxilio!
LUCÍA
Si querí ayudar, conchetumare, siéntate en esa silla y quédate callado.
ALLENDE obedece algo desconcertado y se sienta mientras LUCIA y JUAN GABRIEL terminan de amarrar y a amordazar a SOTO.
LUCÍA
(agitada, observando a JUAN GABRIEL de cerca)
¿Cómo te sientes?
JUAN GABRIEL
¡Divinamente! Tengo ganas de cantarle a SALVA… (Canta) Queridaaaa, ven a mí que estoy muriendo….
LUCÍA
(Mostrándole los dos frascos)
¿Viste de cual te pusieron a ti?
JUAN GABRIEL
Sí, del rosado.
LUCÍA
¿Seguro? A mí me pareció que era el verde.
JUAN GABRIEL
Seguro, seguro. Te lo juro por la tumba de mi madre. Si me dejas otro poquito, te doy los derechos del primer concierto que dé cuando salga de aquí. Me aburrí de la vida anónima.
[…]
LUCÍA hace que JUAN GABRIEL extraiga la mitad del frasco rosado con la jeringa, se sienta y se descubre el hombro para que él la inyecte. Fresia ha salido sin que los demás se percaten.
ALLENDE
¿No quiere que se la ponga yo, mijita?
LUCÍA
¡Cállate viejo verde!
JUAN GABRIEL
(Mientras le pone el suero rosado)
¡Relájate niña! Al pobre hombre no le da para hablarte en albur. ¿No ves que está loquito por ti?
LUCÍA
¡Cállate voh también! Y pónle lo que hay en el frasco verde a este viejo culiao y a SOTO.
JUANGA
A sus órdenes, mi reina.
JUAN GABRIEL le inyecta el suero Verde a ALLENDE, mientras se ve que LUCÍA comienza a doblarse, con dolor de estómago. Transpira. Se siente mal.
LUCÍA
¡JUANGA! Te equivocaste, huevón. ¡Me estoy muriendo!
JUAN GABRIEL
No me equivoqué, querida. ¿Crees que no me di cuenta de que me estabas usando como tu conejillo, ah? Trajiste a este pobre señor para matarlo también. Apenas llegaste, te guglié ¡Eres pérfida, traidora, vieja culiá!
LUCÍA
(gritando)
¡Maricón culiao! ¡ALLENDE, ven a salvarme!
ALLENDE se levanta a tomar la mano y a asistir a LUCÍA. De pronto el suero comienza a hacerle efecto y recupera la memoria. La suelta espantado. Mientras, JUAN GABRIEL inyecta lo que queda de veneno rosado a SOTO.
ALLENDE
¡Lucía Hiriart de Pinochet! ¿Cómo es posible? ¿Entonces el Augu es…?
JUAN GABRIEL
(Con voz profunda)
Sí, querido, pero no te preocupes, el asilo contra la opresión está contigo.
Aparecen MAGGIE LAY y FRESIA, vestidas de verde, con metralletas. Le pasan una a Allende, y una a JUAN GABRIEL. PINOCHET abre la puerta de improviso.
PINOCHET
¿Por qué tanto alboroto?
Pinochet mira la escena y a LUCÍA, que se desploma en el suelo. También se desploma SOTO. Se ríe de felicidad, pero luego se da cuenta de que JUAN GABRIEL, ALLENDE y las enfermeras lo miran en forma hostil.
PINOCHET
¿Qué pasa Salvita?
ALLENDE
¡Traidor! ¡Ahora vas a pagar!
ALLENDE y las enfermeras corren tras él. Con los fusiles en alto. JUAN GABRIEL los sigue, pero caminando de espalda y cantando….
Perdona si te hago llorar
Perdona si te hago sufrir
Pero es que no esta en mis manos…
BORIS y HELEN entran al escenario, mientras de fondo, se escucha a Allende, a las enfermeras y a JUAN GABRIEL gritando. “El pueblo unido jamás será vencido… El pueblo unido jamás será vencido” y disparos.
BORIS
Falló la operación Putin, camarada.
HELEN
Don´t worry Boris. Aún tenemos Plan B.
BORIS y HELEN se besan apasionadamente. Se sacan los delantales blancos y quedan vestidos de guerrilleros. Se van marchando en dirección al bullicio, con el puño en alto y gritando: El pueblo unido, jamás será vencido…
FIN