Hace algunos meses, en el marco de la celebración por el Año Internacional de las Lenguas Originarias, la Revista Temporales preparó un primer dossier de poesía en quechua y kichwa, de Bolivia, Ecuador y Perú. Conscientes de la importancia de visibilizar la creación literaria en lenguas originarias de nuestro continente, hemos preparado un segundo dossier que reúne una muestra de la obra de poetas que escriben en guaraní, provenientes de Argentina y Bolivia, así como de una poeta mexicana que escribe en náhuatl.
Los textos de la argentina Dolo Trenzadora (seudónimo de Alicia Aquino), que combinan el idioma guaraní y el castellano, evocan la palabra y la lengua como raíz, como memoria, pero también como poder de creación. Por su parte, la selección de poesía del escritor, sociólogo y antropólogo guaraní Elías Caurey (Ipitakuape, Bolivia, 1977) nos acerca a la cosmovisión guaraní, a los cantos y colores de la naturaleza y los espíritus que en ella habitan. El dossier incluye también poemas de Judith Santopietro (Estado de Veracruz, México, 1983), cuya decisión de escribir en náhuatl como una manera de honrar a sus ancestras se refleja en estos textos que escriben desde el cuerpo y sobre los cuerpos de las mujeres.
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DOLO TRENZADORA
I – Timidez
Otīva gua’u ha’e / Otīva gua’u ha’e
agacha la cabeza
aún sosteniendo la mirada
en el quehacer
Ha otīva gua’u ha’e
otīva gua’u ha’e
tensa tanto
la intención
que de su empeño
nacen ramas
Y no hay más vergüenza.
Otīva gua’u ha’e / Otīva gua’u ha’e
agacha la cabeza
aún sosteniendo la mirada
en el quehacer
Ha otīva gua’u ha’e
otīva gua’u ha’e
tensa tanto
la intención
que de su empeño
nacen ramas
Y no hay más vergüenza.
III – En mi casa de paraguas
“¡Ekiriri, tuja tavy!”
Que se calle -le dice-
viejo ignorante -le grita
mi mamá a Macri-
Él está en la tele
desde algún país.
En mi casa de paraguas
decir “paragua” era insulto,
Decir Kurepí
(piel de chancho,
argentino)
es decir, simplemente, la verdad.
En mi casa de paraguas,
en los noventa,
mamá hablaba jopara (mezcla)
y también preparaba jopara (mezcla, guiso).
“En esa época casi casi casi
volvemos a Paraguay”, suspira mamá.
Todavía en jopara,
todavía en mezcla.
En mi casa de paraguas
yo no soy mi nombre, soy:
“Che memby kuña”, “che rajy”
“Hija mía, “m’hija”.
En mi casa de paraguayos,
los fines de semana había
guitarra, gancia, asado, cerveza, canto
y mi mamá decía:
“Che memby, anike reho kuimba’e atyra ndive”,
(“Hija mía, no vayas ahí donde están los hombres”).
Ella no quería que me acercara a los hombres,
siempre me pidió desconfiar de los hombres,
no sé qué le habrá pasado a ella,
yo le agradezco el gesto.
En mi casa de paraguayos hay secretos,
como en cualquier casa,
tenemos un lenguaje propio,
y sabemos odiar al que no lo respeta,
como en cualquier casa,
no hemos comido mandarinas en público,
porque preferimos las naranjas,
somos una casa de locos,
como todas las casas
Y, cierto es, teníamos un solo paraguas.
En mi casa de paraguayos,
decir “paragua” era insulto,
pero decir Kurepa
(argentino, piel de chancho)
es decir, lisa y llanamente, la verdad.
VII – Deseo
Eco grite
y
Narciso levante
la vista.
Levante la vista.
Aipota
ñe’ëpotypaite mundope.
Deseo
poesía entera al mundo.
Deseo desborde
la atención indicada
y la palabra justa.
Aipota opa
ojejapo ha rovamoköi
Deseo termine
engreimiento e hipocresía.
Deseo en sentido contrario
siempre.
Aipota
/Deseo/
Py’apotï
/inocente/
Aguereko arandu
/poseer sabiduría/
Ko mba’epota renondépe
/ante este deseo/.
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ELIAS CAUREY
ÑANDESI TENONDEGUA VAE
Mbaeti mbae! Ara pitümimbi oï!
Tüpa retaño Guiu! Guiu! Guiu! Oveve reta
korokochi rami.
Tüpa iñee iyivitegui oyapo Ñandesi tenondete vae,
oñemoëta ipiape.
Arakuaa omboesape ara chupe jare oñemoëta
yandesi iñäkape.
Mburukuyapoti rami Ñandesi tenondete vae,
Oyapiraaye iyapoa reta!
Omopiakañi Tüpa reta.
Aguara Tüpa jare Tatu Tüpa oñomoata reta jese.
Ñandesi oyangarekoä jeivae vae oiko, ara rami.
Guiramoiño! Ñandesi ipurua paravete,
chaguakiri yoapi.
Oyangarekoä vae jeko pegua
oikuaä këreiko oasa vae.
Metei Aguara Tüpa tai ïru Tatu Tüpa tai.
Ojo oguata kaa rupi!, oeka oiko imembi reta tu.
Okañi-kañi peñoi oguata oiko.
Guiramoiño! Ojo oväe yagua reta jëtape;
Joko pe, ara opa chupe, yagua pochi reta vae oyuka.
Yagua tïarö guinoe jiegui imembi reta, jou vaerä;
ërei, jouä, ombokuakuaa viari.
Tuicha katuma chaguakiri reta yave,
yagua tïarö omombeu chupe reta
mbaeko oasa ichi ndive.
Oväe ara oyepi vaerä ichi imanore,
ombotavi guiraja reta yagua, oiti iguasupe,
oyuka reta.
Chaguakiri reta ojo arape,
jokogui omae vaerä ivi ipo retare:
Kuarai oyangareko arape jare Yasi pïtu rupi.
Madre Primigenia
¡Sólo existe la nada!
¡El universo está en penumbra!
Los dioses ¡Guiu! ¡Guiu! ¡Guiu!
Revolotean en el espacio, como luciérnagas.
El Dios Tüpa desde el núcleo de su palabra crea
a nuestra Madre Primigenia, quedando
un pedazo de él a morar en su sentimiento.
El Dios Arakuaa le iluminó el día a nuestra
Madre Primigenia y un pedazo de él
se quedó a morar en su razón.
Nuestra Madre primigenia
se parecía a la flor del pachío.
Belleza deslumbrante,
superaba la perfección de sus creadores.
Los dioses estaban rendidos ante ella, encandilados.
El Dios Zorro y el Dios Armadillo libraron
un duelo por quién la conquistaba primero.
La Madre Primigenia era ajena a aquella batalla,
estaba tranquila como el tiempo.
¡De pronto! La Madre Primigenia está embarazada
y, para colmo, de mellizos.
A causa de su tranquilidad
no supo cómo quedó fecundada.
Un hijo era del Dios Armadillo
y el otro del Dios Zorro.
Emprendió viaje por la selva,
en busca de los padres de sus hijos.
Por algún tiempo anduvo a la deriva por el bosque.
¡De pronto! Llegó a la casa de los jaguares;
ahí encontró fin a sus penurias,
asesinada por los tigres malos.
La abuela tigresa reclamó comer a los hijos
que encontraron en el vientre;
pero no los comió, los adoptó
y los crió a escondidas.
Ya adolescentes los mellizos,
la abuela tigresa tuvo que contarles
qué había sucedido con su madre.
Llegó el día de cobrar venganza
por la muerte de su madre,
con engaños fueron llevados los tigres,
al pasar el mar fueron echados al agua
y se ahogaron.
Los mellizos se fueron a morar al firmamento,
desde donde nos observan.
Sol nos cuida en el día
y Luna lo hace por las noches.
ARAMBITE
Ara oyepea oï.
Amapïtu reta oñemi oï.
Ivitu kïriri ngatu oï.
Kuarai oyemboi! Kïriri! Arambite ramo.
Teyu paravete reta, osiii ojo ikua koti oike!
Tïaro reta oeni jamariro reta ou vaerä oike oope.
Yaimba paravete reta jesai-sai omae ñana koti.
Ñanaroki reta omanoecha oï, arambite ramo.
Kuaraiä reta mbaeti ikuaraiä.
Mbae iä reta oë oguata.
Jáeramo ndechi reta oipotaä michia reta oë oguata,
ani vaerä iä michi opita ïru arape.
Ara oyepoepi oï! Echa, arambite oï!
Mediodía
El cielo está despejado.
Las nubes están ocultas.
El viento ha dejado de soplar, está callado.
¡El sol detiene sus pasos! Está inmóvil,
¡Es mediodía!
Las lagartijas, corren con todas sus fuerzas
para refugiarse en sus guaridas.
Las abuelas llaman a sus nietos
para que entren a la casa.
Los perros entre lágrimas observan el monte.
Las hojas de los árboles
aparentan estar marchitas,
¡Es mediodía!
Las sombras están sin sombra.
Los espíritus de las cosas salen a caminar.
Es por eso que los abuelos recomiendan
que los niños no caminen en ese tiempo-espacio,
para que sus espíritus no queden atrapados
en el otro tiempo
¡Los tiempos están pasándose la posta!
¡Es mediodía!
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JUDITTH SANTOPIETRO
ya xoxoctizquia ica xihuitl tlen cuatitlamitl
Ce hueltah ce cihuatl quitemicqui ica elhuicatl huan huey atl, noque ya itztoya nechca ce ameyalli. Neca, ni cihuatl quichiyatoya ipipi miac cahuitl pampa ya motemacac quihuicaz pan altepetl. Crescencia xoxoctizquia ica xihuitl tlen cuatitlamitl, huacca ya eliyaya cihuapil huan ayiccanah ya quiezzotiyaya icoton. Nechca ameyalli, ica nochi itlaman quinahuatoc pan ce morral, Crescencia quiittac queniuhqui inemiliz xeliuhtiyohuiyaya. Quemman ya atlacuito pan ipilaltepetzin Boca del Monte, ya itztoya yoltoc huan yolpactoc; zampampa namantzin oncayaya ce ohmaxalli. Ipipi quihuicayaya pan altepetl huan ya axquemman cuapazquia.
enverdecida por las plantas del bosque
Había una vez una mujer que soñaba con el cielo y el mar mientras estaba cerca de un pozo. Allí, esta mujer había esperado a su hermana mayor por muchas horas porque le había prometido llevarla a la ciudad. Crescencia se había enverdecido por las plantas del bosque, pero entonces era sólo una niña y todavía no ensangrentaba su ropa. Cerca del pozo, con todas sus cosas cargadas en un morral, Crescencia miró cómo su vida se iba separando. Cuando fue a traer agua en su pueblo Boca del Monte, estaba viva y feliz. Pero un camino se partía en dos. Su hermana se la llevaba a la ciudad para nunca regresar.
Cihuatepatihquetl
Ce cihuatl motehtemiqui pan cuatlapazolcuatitlamitl
itemiquiliz tepalcatlatomoni
tlen tlitetl atiyatilia tlachihualiztli comalli
Pan pahtemiquiliztli malhuilxochimeh camahuia huan quiillia
tlacayolizlti temitoc ica tlachihuanih.
Mujer curandera
Una mujer se sueña una y otra vez en una tupida selva
sus visiones son truenos de cristales
de la piedra lumbre que derrite la maldad en el comal.
En los sueños de la curación las plantas sagradas le anuncian
que el cuerpo está plagado de animales invisibles.
Xopantlan
Nimocehuihtoc xochitlan
ni tzintlayohua campa tlahuilli patlanih tlahtlayohua
nicnehnehuilia tlaahuetziliztli quiixhualtia pilteoxihuitztitzin
nouhquiya nitemiqui huanya nonanan:
inahnahualiz axnechmaca
huan poctli quentzin totonic tlen nechtlahtlania ma nicpopochhui itlacayo.
Zan cequin tonatiuh tlen cueciuhtoc ohtli
pan nochipan tzopelic huan yeccaquiztiliztli xochitlahtolli
totohuicaliztli tlen zanoc quichichilihuiltia elhuicatl:
cahuitl quemman tlahuilli calaqui tlen ni tlaltepactli.
Tiempo de lluvia
Sentada entre las flores
en este lugar oscuro donde las luces vuelan cada noche
pienso en la lluvia que empuja los pequeños brotes sagrados
sueño también con ellos y mi madre:
su abrazo que no existe
y el humo tibio que me pide esparza por su cuerpo.
Sólo algunos días de batallas tristes
en que habita la poesía dulce y sonora,
el canto de los pájaros apenas enrojeciendo el cosmos:
es la hora cuando la luz se agota de esta tierra.
*Revisión en lengua nahuatl, variante de la Huasteca de Veracruz: Sabina Cruz De la Cruz