el miedo de los pájaros
I
antes apuntaban telescopios a la luna
para así contar los pájaros migratorios
que eclipsaban trocitos de la superficie blanca
que alguna vez pisó Armstrong
pero la luna insistía en bailar dentro
y fuera de la lente
los números eran frágiles
y algunos científicos cerraban los ojos
para intuir con asombro
la multitud alada
que se movía en las sombras
II
después llegó el radar
que llenó de preguntas
ojos extáticos y militares
poco antes de Hiroshima
batallones enteros puestos en alerta
y aviones de guerra convocados
para la cacería de las incógnitas
que pulsaban en la pantalla
vayan por los ángeles, alguien
debe haber ordenado
y ellos partieron obedientes
y cargando municiones
tras los gansos salvajes
que hasta entonces
sólo huían del invierno
III
después Gauthreaux pensó
en juntar radares y luna para saber
cuántos pájaros cruzaban el Golfo de México
en su intento por llegar a lugares tibios
años mirando cielos y pantallas
sintiendo sobre su cabeza
el paso de los viajeros
supo que volaban a favor del viento
que iban tan alto como los aviones
IV
Gauthreaux se cansó de manchas y destellos
y fue hasta el medio del Atlántico
a una plataforma petrolera
allí vio aves que caían al mar
agotadas
justo antes de alcanzar las rampas
vio pechos de pájaro
cortantes como dientes
toda la carne consumida en el vuelo
se preguntó entonces
por los motivos imperiosos
por el miedo de los pájaros
¿por qué migrar sobre el océano?
¿sobre un mar sin ramas
sin nidos
sin vientres en el suelo?
Gauthreaux no supo qué contestarse
nadie ha sabido
V
miro la luna
no hay telescopio pero sí ventana
veo los dibujos con que los aviones
firman el cielo y calculo
en este trozo de noche he visto seis aviones
cada uno debe llevar 300 pasajeros
es decir:
por mi ventana han pasado
cerca de 1.800 personas
la mayoría debe ir o venir de casa
dónde sea que esta quede
después de las matemáticas pienso
en los motivos imperiosos
en el miedo de los pájaros
me quedo un rato frente al espejo
marsh wren (o troglodita pantanera)
I
antes del viaje vivía en los pantanos
sobre las pajitas torcidas
que caían unas sobre otras
tejiendo un suelo falso sobre el agua
fue allí que la encontró el primer viento
allí también la primera mañana de sol frío
la luz en el aire como un silbido
que viene de todas partes
la escarcha entre las garras
fue la señal definitiva
II
voló noches enteras
sintió a su lado el calor de los viajes ajenos
escuchó alas
cuerpos que se consumían en el aire
aprendió a oír su propio cansancio
III
un día las nubes fueron más altas
más anchas que el cielo
bajó junto a los otros
en medio del mar un campo de acero
allí se acurrucó a esperar el fin de la lluvia
IV
el científico anota que en medio de la tormenta
cientos de pájaros descienden sobre la plataforma
le parece curioso que cada especie se detenga
en versiones aceradas de su hábitat natural
las aves que viven entre las ramas se acomodan
en las tuberías más altas
las que prefieren arbustos profusos se pierden
entre cables enredados como nidos
las de campo abierto
se toman las cubiertas amplias
por donde pasan hombres de casco
y chaquetas naranjas
y también está ella
descansando sobre varitas metálicas
que caen unas sobre otras
tejiendo un suelo falso sobre el agua
apozada en el pasillo
Estos dos poemas pertenecen al libro “En la noche los pájaros”, publicado en 2013, en Chile por editorial La Calabaza del Diablo.
Imágenes por Daniel Santiago Salguero