ELVIRA:
Tenía las maletas hechas. Llenas de todo lo que iba a necesitar.
Pero no eran necesarias. Nada de lo que pensaba llevar era
necesario. No se puede mirar hacia atrás. Lo hice, y no me
convertí en sal. Me convertí en una muñeca de porcelana.
Irlanda está lejos y es un viaje largo por el mar. Te pido que
me envuelvas bien. El me espera allá, en Irlanda. Es un viaje
largo, y no quiero llegar trizada. Envuélveme en telas a tercio-
peladas y esponjosas. No quiero sufrir fisuras en la travesía.
Es un viaje por el mar y voy sola. Llévame esta noche a
orillas del mar. Empuja suavemente mi espalda que estará
ligada a la barcaza. No miraré nuevamente hacia atrás. El
tacto de tu mano en mi espalda será lo ultimo que sienta de
estas tierras. Él me espera. Él está en Irlanda. Él me dará
lo que aquí nunca pude encontrar. Te dejé mis fotografías,
mis ropas, la casa que nunca tuve. Él me espera allá. Lejos.
Me está construyendo una casa de madera. Viviremos en un
bosque, y lejos del mar, para que así ya nunca tenga deseos
de viajar. Irlanda está lejos, y a este lugar ya no podré regresar.
Antes de mi partida, si quieres nos podemos sentar uno al
lado del otro. Nos podemos mirar por mucho tiempo. El
suficiente para quedarme en tu retina. Así no me extrañarás.
Yo no. Yo no extraño a nadie. Esta tierra me ha hecho mucho
daño. Si quieres me puedes besar, me puedes tocar, por última
vez. No esperes risas, no esperes lágrimas. Ya te dije que me
convertí en una muñeca de porcelana. No siento nada.
Este viaje será largo. La temperatura es fría en el mar. Pero él
allá me espera. Me está haciendo una casa de madera Y la
madera es tibia. El viaje tiene que ser esta noche, para que la
mañana me encuentre en medio del mar. Arrópame bien,
envuélveme como si fuera una reliquia. Empuja mi espalda
y deja que la barcaza se vaya por el mar.
Si por alguna razón regreso, ¿prometes que reunirás los pedazos?