El cuerpo como medida.
El cuerpo y el proceso creativo;
nos sentamos, nos encorvamos, elevamos la mano para asestar el primer trazo.
El cuerpo ciudad;
la que divide y agrupa, la que colapsa y se recrea.
Cuerpo es la poesía de Fabre,
llena de “bocas y culos”,
“entradas y salidas cuyo sentido y función son intercambiables e inestables”.
Cuerpo es esa mano que sale de un cuarto oscuro,
la que dice vamos bien, la que inicia un soneto de temblores.
Cuerpo es la piedra que se empuña,
o el alma que teme, o la mente que se rebela.
Cuerpo, cuerpo migrante, cuerpo desterrado,
cuerpo que busca su casa,
que
busca
su
cuerpo.
Cuerpo como diario,
especulamos fechas en sus marcas,
la tinta se derrama siempre sobre la piel en blanco.
Cuerpo de mil géneros,
cuerpo camaleón, sin color, siempre con voz.
Cuerpo cyborg, que habita en el tiempo sin tiempo,
en lo surreal de dos entes que se buscan en medio del caos.
Cuerpo siamés
que se multiplica
no somos más dos brazos,
no,
tenemos tres bocas para contar tres versiones distintas,
adivinen quién miente menos.