Foto por macroe
Qué alucinantes, por improbables, resultan esos puntos clave del planeta donde se encuentran dos territorios opuestos: el desierto y el mar. Sin embargo, basta con mirar las huellas que deja el viento en la superficie, una de arena y la otra de agua, para entender que ambos guardan secretos compartidos. Con la extrañeza de un desierto costero, aquí se encuentran y dialogan dos series poéticas de motivos en apariencia dispares: Desiertos, de Angela Gentile, y Acuáticos, de Jhonny Jiménez. ¿Cuál será la distancia al mar?, lanza Gentile en voz de los errantes en el desierto, y en el trayecto se dibuja con sombras un territorio propicio para la ensoñación, la memoria y la soledad. Los cuerpos de agua de Jiménez, por su parte, son abismos llenos de vida en los que, no obstante, allá en el fondo, la muerte afila la sonrisa. Si el mar y el desierto terminan por tocarse en Sonora o Copiapó, aquí el territorio de encuentro es la exploración de la naturaleza humana a través de la poesía que es, entre otras cosas, eso: un territorio de encuentros improbables.
DESIERTOS
ÁNGELA GENTILE
Desierto
Tú tienes el reloj, yo el tiempo.
*
Alguna vez sentimos la impureza del río, la huella de luz de la que habló Celán antes de llevar sus propios rumores al Sena.
Hay aguas de las que no beberemos.
Los errantes del desierto preguntan: — ¿Cuál será la distancia hasta el mar?
**
Allí las sombras se adelantan a los cuerpos.
A lo lejos, la ciudad se desvanece y con ella los hombres.
Una poeta escribe: — Regresa la poesía al final de la noche…[1]
Todo vuelve a nosotros: el viento las dunas el silencio.
***
Si estás a solas en aquel silencio, oyes el latido de tu corazón
Hemos aprendido, como el mirlo a entonar melodías.
Estamos vivos porque alguna vez seguimos huellas de dromedarios.
No hay lluvias ni lágrimas en este solitario confín del mundo.
Lo bello tiene forma de espejismo de memoria.
****
El desierto en su lenguaje desnuda los sueños.
Sin duda el cielo es otra imperfección que nos derrota con su huida.
Tiempo
*
Pero ahora, desde aquí abajo, me deslumbran las cartografías.
El insistente dibujo que borran y alimentan.
Es el desierto son las voces.
**
Arrastran las caravanas su error en el viaje.
Van hasta la próxima noche y olvidan que la música es aquello que bendice[2]
[1] Sa´diyya Mufarreh
[2] Mercedes Roffé
ACUÁTICOS
JHONNY JIMÉNEZ
La pesca
Amé a un hombre que se colgó de un perchero.
Yo imagino un pez en donde antes hubo solo un anzuelo.
Bajo sus piernas, el mar.
Una caña perfora su húmeda soledad.
Sobre todas mis alturas, un gancho lo sostiene.
¿A dónde van los peces cuando mueren?
En el fondo,
una perla preciosa como toda promesa:
te veré, así sea otro día de pesca.
Los acuarios
Supongamos que nunca vi a un hombre ahogarse en un riachuelo
sino que todos los hombres caminan erguidos
con los huesos firmes como raíces.
Digamos, solo por fantasía del sueño,
que por las mañanas todo está en su lugar preciso,
y que el reloj es cariñoso con todo itinerario.
Las hojas no se acumulan y los mensajes
no son un mismo rollo infinito
de compromisos líquidos.
Soñemos, como capricho nuestro,
que los peces de todos los acuarios
renuncian suicidas a su cruel encierro cotidiano
y se ahogan sin una gota de agua como hombres
que se lanzan a un río.
Imaginemos que los acuarios no existen
y los peces se rozan por gusto
en una profundidad sin centímetros.
Confiemos, no hay acuarios
tan grandes para albergar a todos los peces
ni ríos suficientes para tantos hombres encorvados.
Ultramarina
Creo que nunca me entero de nada.
A veces escucho voces,
eco ultramarino del océano al que no entro.
Dentro de mi propia burbuja
no caben las noticias, los comentarios,
los largos pliegos cibernéticos:
hoy por hoy, las cifras son menores
pero mañana, con un tronar de dedos,
serán gigantes como un aguacero
y sentiremos el pánico como raíces
profundas en las columnas
en las que nos recostamos
confiados porque estamos bien,
porque tenemos voz,
porque nadie nos dice que no.
Yo nunca me entero de nada.
Me perdí de la muerte del hombre que amaba
por leer a Flaubert, por sentir morir a Madame Bovary.
Por jugar en ese último suspiro
la sequedad de mi amor más profundo.
Llorar sin tener ni una sola lágrima para poder decir que lloré
porque me rompí por dentro como una columna quebrada por raíces.
Ahora los días son un dedo fantasma
y hacen líneas que no noto,
porque son un secreto
y tú nunca te enteras de nada.
Avíspate, la vida está en otro lugar.
Cae como las frutas que giran hasta su putrefacción
y se hunden en la tierra como una arruga,
de la que nadie sabe que ahí estuvo la vida:
lo que podría ser y aún no es,
enterrado como una semilla
que un dedo metió sin saber que sembraba.
Ángela Gentile (Berisso, Argentina · 1952) profesora de lengua y literatura española e italiana. Especialista en Políticas educativas y en la Enseñanza de la literatura. Becaria Universidad de la Perugia. Integró el centro de estudios italianos (UNLP) Premio Nacional de Literatura –Ministerio de Educación y justicia de La Nación (bienal 1985-1987);”Pregonero” Feria Internacional del libro 2009;Asociación Nikos Katzantzakis, Suiza, 2020;Dámaso Alonso 2020-Madrid. Publicó: Escenografías, Cantos de la Etruria, Los pies de Ulises (Ocelotos,Grecia) Voces Olvidadas (Del Árbol, Auspició- UNESCO; Lo sguardo di Demetra (Casa Bermeja-Mago Ediciones); Bizancio (Vinciguerra) Pensar la lengua y la literatura (Editorial Llongseller) Palabras originarias (Mandioca); Desde el origen (Editorial del Árbol); Palabras, la voz de las mujeres indígenas (Editorial Hudson, 2020).Incluida en la colección Juan Gelman de poesía argentina Ministerio de Nación. Ocho Centurias (Universidad de Salamanca 2018). Madrás en portugués (Labirinto, Lisboa; Madrás en francés París, ed. L´Hammartan, 2021) Hierbas anestésicas en la Literatura Clásica.
Jhonny Jiménez Rodríguez (Sibaté, Colombia · 1998) literato con Opción en Escritura Creativa de la Universidad de los Andes, Bogotá. En la actualidad hace su maestría en Literatura en la misma Universidad. Está vinculado con el colectivo Casa Barullo desde el 2016, en donde ha publicado de manera consecutiva hasta la fecha, además de incentivar y promover la edición en formato fanzine. En paralelo, hace parte de otras iniciativas editoriales como la revista de estudiantes de la Facultad de Artes y Humanidades de la Universidad de los Andes y de la revista virtual e interna del Departamento de Literatura, La Discreta.