O eres mi hermano o te mato.
Nicolas Chamfort
1.
Un hogar. Un hombre y una mujer sentados en un sofá. Suena el timbre. Pausa.
HOMBRE 1.– ¿Quién es mi vecino?
Suena el timbre. Alguien intenta abrir desde fuera con llave, pero no lo consigue. Pausa. Suena el timbre de nuevo. Hombre pretende levantarse, pero Mujer le pide con un gesto que no abra. Suena el timbre de nuevo. Pausa. Hombre 1 se levanta y abre. Detrás de la puerta está Hombre 2, que entra, inquieto.
HOMBRE 1.– Lo siento. (Pausa larga) La llave de mi casa también abre la vuestra. (Pausa larga) Me he equivocado de piso. Lo siento. (Pausa larga) Habría querido… (Pausa) No me encuentro del todo bien. (Pausa) Por un momento… (Pausa) Me hubiera gustado… (Pausa) Ser como vosotros. (Pausa breve) Y no ser yo. (Pausa larga)
HOMBRE 2.– Hace mucho rato que intento entrar.
Pausa.
HOMBRE 1.– Todo va bien.
Pausa.
HOMBRE 2.– ¿Dónde están las niñas?
Pausa.
HOMBRE 1.– Están bien, arriba. Jugando.
HOMBRE 2 se dirige específicamente a MUJER.
HOMBRE 2.– ¿Dónde están las niñas?
Silencio.
HOMBRE 1.– Están bien, créame. Están arriba, jugando. (Pausa) Sus hijas son extraordinarias. Me hubiera encantado que…
Pausa.
HOMBRE 2.– ¿Que qué?
HOMBRE 1.– Nada. (Pausa) Que fueran mías.
HOMBRE 2.– ¿Qué está pasando aquí? (Pausa. HOMBRE 2 se dirige específicamente a MUJER) ¿Qué está pasando aquí? (Pausa)
HOMBRE 1.– Lo que le he contado. Nada más. Me he confundido. Quizá he subido con el ascensor a un piso que no me correspondía. Quizá. Creo que he tocado un botón que no era el de mi piso. No lo sé. O simplemente he abierto una puerta que no era la mía. A veces las llaves son muy parecidas. No sé ni cómo, pero la puerta se ha abierto. Cuando he entrado todo era como en mi casa, pero también era nuevo. Se parecía a mi casa, tenía una distribución parecida, pero los muebles, los azulejos, la decoración… Todo era distinto. Era mi casa, pero renovada, diferente. Parecía mejor. Mejor por diferente.
HOMBRE 2.– Es mejor, pero es mía.
HOMBRE 1.– Seguramente, pero…
HOMBRE 2.– “Seguramente” no, es mi casa.
HOMBRE 1.– Ya le he dicho que estaba confundido. He encendido el televisor y daban lo mismo, he abierto la nevera y he echado un trago a una botella. Todo se parecía tanto. Entonces me he sentado en el sofá y me he dormido. Supongo que era la confusión.
HOMBRE 2.– (Se dirige a MUJER) ¿Hasta cuándo he de soportar esto?
HOMBRE 1.– Discúlpeme. Era una sensación muy… Placentera.
HOMBRE 2.– ¿”Muy placentera”, dice?
HOMBRE 1.– El calor que venía de la chimenea también / era…
HOMBRE 2.– ¿El calor?
HOMBRE 1.– He encendido la chimenea. Era tan cálida, tan acogedora.
HOMBRE 2.– (Se dirige a MUJER) ¿Y tú no has hecho nada?
HOMBRE 1.– Me ha despertado. Cuando ha entrado con las niñas. Ya se lo he dicho. Son encantadoras. He jugado un rato con ellas.
Pausa.
HOMBRE 2.– Pues nada, a casa. Se ha acabado la broma.
HOMBRE 1.– (Mira a MUJER) Sí.
HOMBRE 2.– Seguro que su familia le estará añorando. Usted tiene un niño pequeño y su mujer trabaja en el mercado. Ya deben estar en casa a esta hora.
HOMBRE 1.– Mientras estaba aquí, ha llamado su madre.
HOMBRE 2.– No debería haber cogido el teléfono.
HOMBRE 1.– Está en una residencia. Tiene Alzheimer. ¿Lo sabe?
HOMBRE 2.– Por supuesto que lo sé.
HOMBRE 1.– Dice que hacía mucho tiempo que no la llamaba.
HOMBRE 2.– No es cierto. / Está perdiendo…
HOMBRE 1.– Me ha dicho tan amorosamente que me quería, que me he emocionado.
HOMBRE 2.– Basta.
HOMBRE 1.– Le he dicho que iré a visitarla.
HOMBRE 2.– Se acabó.
HOMBRE 1.– No le importa, ¿verdad?
HOMBRE 2.– Váyase a su casa.
Pausa.
HOMBRE 1.– Cuando ha llegado su mujer, me ha encontrado durmiendo.
HOMBRE 2.– Ya me lo ha dicho. Y le ha despertado.
HOMBRE 1.– Exactamente. Pero, ¿sabe cómo me ha despertado?
HOMBRE 2.– ¿Qué pretende? (Se dirige a su mujer) ¿Se puede saber qué estáis haciendo?
HOMBRE 1.– Cuando me ha despertado estaba aquí en el sofá. Sentada en el sofá. He puesto la cabeza encima de su regazo.
HOMBRE 2.– ¿Ah, sí?
HOMBRE 1.– Y me acariciaba el pelo.
HOMBRE 2.– ¿El pelo?
HOMBRE 1.– Como si fuera un niño.
HOMBRE 2.– “Como si fuera un niño”…
HOMBRE 1.– ¿Y sabe qué es muy diferente también de mi casa?
HOMBRE 2.– ¿La manera de gritar de mi mujer cuando folla?
HOMBRE 1.– ¿Qué?
Pausa. HOMBRE 2 mira a MUJER. HOMBRE 1 también lo hace.
HOMBRE 2.– Seguro que ahora me dirá que sus gritos son muy diferentes de los de la suya. De hecho, la mía simplemente abre la boca, como si estuviera a punto de hacer un grito, pero nunca lo hace. En cambio la suya dicen que grita muchísimo. Me sorprende que no sepa que lo dice todo el mundo en la escalera.
Pausa. HOMBRE 2 no saca su mirada de MUJER.
De hecho, seguro que se lo han montado aquí mismo mientras las niñas les miraban desde la puerta, y que a ella no le importaba, que seguía tan callada como ahora mismo.
HOMBRE 1.– Esto no es cierto. Es una broma de muy mal gusto.
HOMBRE 2.– “Una broma”, dice… Quiero que salga ahora mismo de mi casa.
HOMBRE 1.– No es cierto.
HOMBRE 2.– Fuera de aquí.
HOMBRE 1.– En este momento usted y yo estamos igual de confundidos.
HOMBRE 2.– Qué risa… “Confundidos”…
HOMBRE 1.– Es comprensible… Lo que parecía cierto y seguro, quizá no lo es tanto.
HOMBRE 2.– Llamaré a la policía.
HOMBRE 1.– No hace falta.
HOMBRE 2.– Hace falta lo que yo diga.
HOMBRE 1.– No tiene nada que decirles. ¿De verdad cree que su mujer se acaba de follar un vecino delante de sus hijas?
HOMBRE 2.– (Mirando a MUJER) ¿Es eso lo que ha pasado entonces? ¿Por qué callas?
HOMBRE 1.– Su mujer me ha dejado quedarme.
HOMBRE 2.– (De nuevo a MUJER) ¿Se puede saber por qué no dices nada?
HOMBRE 1.– Ella también se siente confundida.
HOMBRE 2.– Te voy a pegar un puñetazo y vas a ver lo confuso que te quedas.
HOMBRE 1.– No le ocurre nada que no me haya pasado antes a mí o que te pueda pasar a ti ahora. Me ha visto en su casa, dormido en su sofá, como si viviera con algún otro. Se ha visto en perspectiva / ante una situación cotidiana y le ha llevado a…
HOMBRE 2.– ¿Por qué no te callas de una puta vez?
HOMBRE 1.– ¿Ha leído alguna vez a Chesterton? Es típico de él describir una chimenea como si fuera un útero.
HOMBRE 2.– ¿Un qué? ¿”Un útero”, ha dicho?
HOMBRE 2 se va poniendo muy nervioso.
HOMBRE 1.– Cuando acabamos de nacer es como si nos tiraran por la chimenea de una casa y hemos de adaptarnos a los extraños que nos encontramos allí. Cuando ya estaba aquí dentro y he comprendido nuestra situación –la de todos–, durante un instante he pensado que quizá éste era mi papel. Ayudarles, a ella, a usted, por el simple hecho de / quedarme y…
HOMBRE 2 intenta golpear a HOMBRE 1, pero éste se aparta a tiempo.
HOMBRE 2.– Maldito cabrón.
HOMBRE 1.– Tranquilícese, sería mejor que…
MUJER indica la puerta a HOMBRE 2. Pausa.
HOMBRE 2.– ¿Qué?
Pausa.
HOMBRE 1.– Quiere que se vaya.
HOMBRE 2.– Esto es mi casa… Mi casa… (Se dirige a MUJER) ¿Pero qué está pasando? No puede ser que un vecino entre accidentalmente en casa y te trastornes.
HOMBRE 1.– Sólo quería ayudarles con / el simple hecho de quedarme.
HOMBRE 2.– (A MUJER) ¿Qué te he hecho? ¿Cuánto hace que os conocéis?
HOMBRE 1.– Menos de una hora.
HOMBRE 2.– (Sigue hablando a MUJER) ¿Qué te pasa? ¿Por qué me quieres fuera? ¿Por qué me pides que me vaya?
HOMBRE 1.– Le quiere fuera y ya está. Ahora mismo.
HOMBRE 2.– ¿Qué he hecho mal?
HOMBRE 1.– No ha hecho nada mal.
HOMBRE 2.– ¿Y las niñas? ¿Y las cosas?
HOMBRE 1.– En otro momento.
HOMBRE 2.– Pero, ¿qué coño pasa?
HOMBRE 1.– Márchese, por favor.
Airado y abatido, HOMBRE 2 se va, aunque se gira en el último momento.
HOMBRE 2.– No entiendo nada, de verdad. ¿No me lo puedes explicar, por favor?
Silencio. HOMBRE 2 se va. HOMBRE 1 habla desde la puerta.
HOMBRE 1.– En este edificio, en algún piso u otro, puede encontrar otra familia con los que quizá se pueda entender si pone un poco de voluntad y amor. (Pausa) Por un rato o para siempre.
HOMBRE 1 cierra la puerta y vuelve al sofá, al lado de MUJER, donde se sienta. Pausa. Desde fuera, HOMBRE 2 llama a la puerta. Suena el timbre. HOMBRE 1 pone la cabeza encima del regazo de MUJER, que le acaricia.
Oscuro.