Ilustración: Gabriela Mayorga
La cama, una probeta
embadurnada en aceite
–me insertaba a la fuerza–.
Me rom-pí los huesos,
me par-tí el cuello
caminé sobre las rodillas
me doblé / por el medio.
Destruí las suficientes fibras
para no quebrar el cristal
Me escurrí hasta la cocina
i g n o r a n d o e l r a s t r o d e s a l
Te la tragaste
(como el hábito de omitir la vida).
Sigo pensando
P
o
r
q
u
é
n
o
s
a
l
t
é
a
q
u
e
l
d
í
a
si aún no hablo
Aspiré el dolor pulverizado
Me intoxiqué
Hasta quedar reducida
al plan
a la imagen
a la expectativa.
Ignoré, olvidé, busqué.
En la probeta una parte de mí almacené.
Viví de medio lado.
Sentí media existencia.
Quise arrastrar la otra mitad de la mano,
( ) pero ya tenía las esposas puestas ( )