Ahora que la Maestría en Escritura Creativa en Español que ofrece la Universidad de Nueva York cumple diez años de vida, nos reunimos los que están y los que hemos estado para celebrar. Y como nuestra materia son las letras, las palabras y los sentidos que éstas forman cuando se acomodan una tras de otra, me gustaría detenerme un momento en la palabra celebración, para que nos dure. La etimología latina de celeber, significa de acuerdo con el diccionario de J. Corominas “frecuentado, concurrido”, que no es distinto a lo que hacen las redes y medios con las visitadísimas y concurridísimas “celebridades”. Pero ese, por fortuna, no es nuestro asunto. Nuestra celebración es de otro carácter, en el que celeber sigue siendo el antónimo de desertus (desierto, abandonado).
Cuando pienso en la celebración de la Maestría, la pienso también en el sentido de que ha promovido a lo largo de estos diez años que la escritura sea una celebración; es decir, algo concurrido y frecuentado.
Después de los dos años que pasé en el programa, después del intercambio rico y constante con profesosres y compañeros, cada vez se fue aclarando más y más para mí algo que ya sospechaba, y es que no hay lenguaje, ni poesía ni escritura sin los demás.
Pienso y agradezco que el programa haya enfatizado la importancia de la comunidad en la creación y que hiciera del ejercicio del lenguaje una congregación a la que acudimos en gran número. De sobra sabemos los que pasamos por aquí que hay pocos privilegios tan grandes como reunirse en un taller con gente que comparte no sólo el amor por las palabras, si no también por la misma lengua. Siendo extranjero en esta ciudad, la lengua y aquellos con los que la compartes se convierten en tu casa. Y eso es este programa: una casa. Ahora que vivo en otro país, en otra ciudad, llevo con cariño y gratitud los nombres y gestos de los que me acompañaron; Lila, Rubén, Mariela, Sergio, Antonio, Francisco, Gloria, Giuse, Juan Jo, Salvador, Raúl, Ana Margarita, Ezequiel, Nuria, Marta, Lissy, Osdany, Enrique, Elvira, Jorge, Karina, Ana, Sara, Paula, David, Kadiri, Mariana. Estoy seguro de que todos los libros y todos los textos que han salido de esta celebración que ha durado diez años, han sido escritos con las palabras de todos.
Que vengan diez años y que ésta celebración sea también festejo.
Imagen: Juan José Richards