Por Luis Román Nieto
El sexenio presidencial del infame Enrique Peña Nieto inició en diciembre de 2012, año anotado por la cultura maya como el del fin del mundo. En ese lapso ocurrió una especie de boom de la escritura femenina y levantó al firmamento y las librerías a las rockstars mexicanas: la joven Valeria Luiselli y una consagrada Cristina Rivera Garza, quien apadrinaba a las emergentes poetas y narradoras: Sara Uribe, Verónica Gerber y Fernanda Melchor.
Fernanda Melchor, en un contexto de brutalidad, consigue sacar a la luz dos libros: su primera novela, Falsa Liebre, en 2013, y las crónicas recopiladas en Aquí no es Miami. Volumen que, tras el éxito de Temporada de huracanes, es publicado por la editorial Random House, en una versión revisitada y aumentada.
Originaria del puerto de Veracruz, Fernanda Melchor (1984), escribe sobre y desde la ciudad. No exhibe un Veracruz exótico o histórico que se aprecia en algunas novelas de Luis Arturo Ramos o en el costumbrismo de la obra de Sergio Galindo. El sitio descrito por Melchor es de un calor asfixiante y descarnado. Un paraíso oscuro donde la violencia y el crimen impusieron su régimen y nació un sitio tropical y salvaje. Una ciudad que ya no ofrece nada a sus lugareños, que encarna las palabras del el geógrafo francés Pierre Gourou: los trópicos son lugares primitivos, lugares de caos sin ley.
Aquí no es Miami (2018) está integrado por doce textos, uno más que en la versión original y otro reescrito desde una nueva perspectiva, que narran la degradación del estado veracruzano en todos sus estratos. Un testimonio del cinismo de la violencia que se impuso en el entorno y a Veracruz, el gran protagonista del libro. La mayoría de los relatos se suceden a través de testimonios de víctimas y victimarios, pero también son abordados desde la experiencia de la autora. Sus recuerdos obedecen al imaginario de una época en la que un avistamiento de ovnis en la playa sacude al pueblo. Después se sabría que era una avioneta de narcotraficantes. La narrativa se convierte en memoria colectiva donde converge uno de los elementos clave del imaginario veracruzano: la convergencia del mundo esotérico y el terrenal, tópico en la narrativa de Melchor.
A la creación de éste libro le antecede una investigación de campo de una década. Sin embargo, llamarlos “crónicas” o “no ficción” son etiquetas que no abarcan la amplitud del trabajo. Podría presumirse en el ámbito del periodismo narrativo, pero estrictamente no lo es. Los textos no incluyen cifras ni imágenes, tampoco señalan culpables. La autora se abstiene de topar lo que no conoce; recopila voces y escarba en las palabras. Su labor es encontrar las venas de un testimonio para que el lector saque conclusiones. Pocas veces la ficción busca serle fiel a la realidad sin convertirse en “una verdad”. Podría decirse que la intención principal de la autora es estructurarla , y que la hondura suceda en el uso del lenguaje.
Los tres apartados en los que está dividido Aquí no es Miami (“Luces”, “Fuego” y “Sombras”) funcionan como una propuesta de recorrido al territorio, en temáticas y periodos, tanto de hechos alarmantes como de las edades de la propia escritora. No por nada inicia cuando Melchor tiene nueve años y culmina cuando es una reportera de la nota roja; pasando por la relación con sus padres, la escuela, el trabajo y las parejas que conoció en una fiesta. En ese sentido, Aquí no es Miami es un ejercicio de estilo o un “mapa-piloto” al universo melchoriano y las historias que le interesan. Prueba de ello son “La casa del Estero” y “Reina, esclava o mujer”, que ya vislumbraban el paraíso de oscurantismo, barbarie y amor abatido que preceden al fatídico trópico de Falsa liebre y, por supuesto, llegan a su cumbre con la trama de Temporada de huracanes.
La crítica y los lectores han dicho que se está ante una escritora que no retoma las viejas herramientas o técnicas que la antigua generación de mujeres empleó en la literatura mexicana. Fernanda Melchor, universitaria, sobreviviente y periodista, ha escrito de los aspectos más viles de la naturaleza humana: la violencia cruda y plástica en la nota roja, la juventud marchita que se piensa sin futuro, el paisaje rural de la llanura costera, abierto desde las entrañas.
Al mismo tiempo, Melchor es heredera de una tradición de escritoras que destruyeron los estereotipos que idealizaban a un tipo de mujer en la literatura desde la década de 1960: Rosario Castellanos, Aurora Saavedra, Elena Garro, Inés Arredondo, Esther Seligson, Ámparo Dávila y Margarita Dalton.
Aquí no es Miami es un conjunto de relatos que no solamente narran la atrocidad de un lugar abierto en carne y hueso, sino que se vuelve el testimonio de la gran fuerza que tienen las palabras para resucitar a los fantasmas en un país avasallante.
Aquí no es Miami. Primera edición: enero, 2018. Fernanda Melchor. Penguin Random House Grupo Editorial. Pp. 159.