[Fragmento]
Cuando el público llega al teatro y da su entrada, la jefa de sala le entrega en mano esta carta dentro de un sobre. También podrían dársela directamente al adquirir su entrada en taquilla.
0. LA GRAN CARTA
Querido TÚ,
Sólo puedes leer esta carta con ojos extraordinarios.
Si no los tienes, busca en casa uno de esos espejos pequeños o pídeselo a tu madre o a la madre de alguien (siempre hay una madre con un espejo de viaje en el bolso) y utilízalo para leer. En el caso ordinario de que no encuentres uno, también te pueden valer las gafas de tu abuela, o en su defecto, una lupa de lágrimas de ángel del Asia Oriental.
Pero, si te quedas dormido a destiempo, si tu gato te cuenta como le ha ido el día y no sólo maúlla, si el tiempo corre pero tú no te haces cada vez más mayor, y pierdes la cabeza por el helado de Strawberry Cheesecake, ¡enhorabuena! Podrás seguir leyendo con tus propios ojos.
Acudo a ti porque Las Maravillas corren un grave peligro, debo hacer seis cosas imposibles antes del desayuno o desaparecerán. Ellas me han elegido a mí y yo te he elegido a TÚ, ¿acudirás en mi ayuda?
Ve a la Casa del Reloj de la ciudad de Madrid, y allí, espera al Conejo. Asegúrate de que sea primavera. Él se encargará de guiarte hasta mí.
Nadie dijo que fuera fácil ser extraordinario.
Alicia.
[…]
5. CUANDO SEA MAYOR
Aparecen CORRE, VE, y DILE leyendo
CORRE.- Atentos todos.
VE.- Traemos.
Y DILE.- U
N
ROLLO
DE
PERGA
MI
NO
QUE
NO
ES
NADA
ROLLO
VE.- Se titula.
Y DILE.- Cuando sea mayor.
CORRE.- Cuando sea mayor, yo voy a asomar la cabeza por la ventanilla del coche de mi padre en la autopista y gritar como una loca (grita).
VE.- Cuando sea mayor, yo voy a subir las escaleras a oscuras y voy ir sola a todas partes, a la calle, a las fiestas, de viaje.
DILE.- Cuando sea mayor, yo voy a salvar al mundo de todas las cosas feas que aparecen en tus pesadillas. Cuando sea mayor.
CORRE.- Cuando sea mayor, yo voy a ver la tele después de la una de la madrugada, voy a ver películas con palabrotas, y no voy a decir “voy a acostarme pronto que mañana trabajo”.
VE.- Cuando sea mayor, yo voy a ir al parque acuático y voy a medir lo suficiente para subirme a todas las atracciones que me dé la gana. Cuando sea mayor no voy a querer volver a ser pequeño para tener las ganas que ahora tengo de ir al parque acuático, porque cuando sea mayor no va a ser un lío ser mayor.
DILE.- Cuando sea mayor, yo voy a andar por las calles por la mañana entre semana que ¿qué hacéis todos los mayores andando por las calles por la mañana entre semana?
CORRE.- Cuando sea mayor, yo también voy a andar por las calles por la mañana entre semana. Me va a flipar y me voy sentir súper mayor haciéndolo, aunque ya sea mayor.
VE.- Cuando sea mayor, voy a tener mi propia familia, una familia como a mí me gusta, sin actitudes feas como las que veo ahora, una familia que será como a mí me dé la gana.
DILE.- Cuando sea mayor, voy a estar con gente que piense, gente adulta, que haga cosas coherentes, no como ahora que los niños no hacen más que tonterías. Cuando sea mayor espero no darme cuenta de que la gente sigue siendo igual de gilipollas que cuando éramos pequeños. Cuando sea mayor voy a decir palabras como “gilipollas”.
CORRE.- Cuando sea mayor, yo voy a ser colega. Como mis primos mayores con sus colegas en la casa del pueblo que están allí, tomándose sus litronas, de risas. Yo cuando sea mayor voy a ser colega.
ALICIA.- ¿ Y TÚ que vas a hacer cuando seas mayor?
CONEJO.- TÚ contestas. Y no valen cosas como “yo ya soy mayor” o “ no tengo ni idea”. TÚ buscas y rebuscas.
ALICIA.- Mira, yo ya tengo todo el horario organizado. Me voy a levantar a las diez y media y a las once estoy de veterinaria cuidando a los animales, que son muy monos. Estoy ahí hasta las dos, como, y a las cuatro entro a cuidar a un bebé. A las seis, me voy a un estudio de grabación, porque soy cantante hasta las siete, y ahí me voy al teatro. Acabo el teatro a las nueve y media, me voy a dormir y luego a las diez y media me levanto otra vez. Yo es que necesito dormir de diez a diez y media, soy una dormilona. ¿ Tú cuántas horas duermes?
CONEJO.- ¡Se acabó la cháchara! Debemos darnos prisa.
CORRE.- No tanta prisa, no. Tenemos una cosa imposible para hacer antes del desayuno.
CONEJO.- ¿Vosotros?
ALICIA.- ¡Me encanta!
VE.- Sí, nosotros.
CONEJO.- Esto no estaba en el plan.
Y DILE.- Se ha caído algo, y hemos pensado en improvisar.
CONEJO.- No quiero saberlo… ¿Qué cosa es?
CORRE.- Necesitamos.
VE.- que diez personas
Y DILE.- hagan
CORRE.- la ola
VE.- con
Y DILE.- la tripa.
ALICIA.- ¡Me encanta, me encanta!
CORRE.- Y sólo pueden ser mayores.
ALICIA. – ¿Y cómo saben ellos si son mayores o pequeños?
VE.- Lo saben y sino, que lo escojan.
ALICIA.- Mira yo como lo hago (se levanta la camiseta y empieza a hacerlo). Primero aprendes poniéndote las manos. A ver TÚ. ¿No lo sabes hacer ya?
Es que la flexibilidad se pierde, claro…
CORRE, VE y DILE sacan a los voluntarios.
ALICIA.- A la de una, a la de dos, a la de tres, ¡tsunami!
CONEJO.- Muy bien, y ahora no hay Tiempo para celebraciones. Tenemos que continuar. ALICIA coge el camino de la izquierda, TÚ la sigues, TÚ te agachas, pasas entre un montón de árboles, y te das de bruces con una puerta y dos carteles:
VISITAS EXTRAORDIONARIOS
DE TODA LA VIDA
Eliges. TÚ eliges. Pasas por una de las puertas y entras a las cinco en punto, para tomar el té en una merienda de locos.
6. UNA MERIENDA DE LOCOS
CONEJO.- El suelo está lleno de hojas secas. LOS DRAGONES DE MADAGASCAR o DRACAENAS MARGINATAS las pintan de colores. Sobre la mesas, tazas y cucharitas inglesas. En los percheros, sombreros de buen agüero. Escoge cuál es el tuyo, para sentarte, ¡capullo! (disculpándose). Creo que esta rima no me ha quedado del todo bien…
ALICIA probándose sombreros.
ALICIA.- Este tiene demasiada ala[1].
CONEJO.- Así si llueve no cala.
ALICIA.- Este tiene demasiado vuelo.
CONEJO.- Para el sol, es un consuelo.
ALICIA.- Este tiene demasiada ala;
CONEJO.- Repite ALICIA enfadada
Le rebajo cien pesetas
Le regalo violetas
El sombrero sale volando volando como una bala,
ALICIA, llora desconsolada
Mientras que como una cometa el sombrero vuela y vuela,
ALICIA.- Pues porque tenemos prisa, que si no… Te vienes arriba y te olvidas de El Tiempo. Sentaos por favor.
LA DUQUESA y SWIM se levantan de la mesa continuamente. LA DUQUESA masca chicle y SWIM fuma.
SWIM.- No cabe nadie, no cabe nadie.
PIJAMAS. – Sí, sí, eso mismo iba a decir yo.
PIJAMAS duerme recostado sobre la mesa, a ratos ronca, a ratos habla, a ratos tiene un sueño plácido de baba y siesta de verano.
LA DUQUESA.- No cabe nadie, ¡nadie!
ALICIA.- No empecéis, cabemos todos, hay sitio de sobra. Sentaos, sentaos, no tengáis miedo, son inofensivos, sólo están tarados.
CONEJO.- TÚ los reconoces y piensas que con locos no quieres estar. Pero eso no puedes evitarlo: porque aquí estamos todos locos. Yo estoy loco. Y TÚ también.
ALICIA.-¿Por qué estás tan convencido de que estamos locos?
SWIM.- Tenemos que estarlo a la fuerza, si fuera de otra manera, no estaríamos aquí. ¿Cómo podrías TÚ probarme que TÚ no estás loco?
CONEJO.- TÚ contestas.
SWIM.- Yo tengo Patología Dual, un poquito de muchos trastornos o eso dice el doctor.
ALICIA.- Este es SWIM, no es su verdadero nombre, pero aquí lo llamamos así porque
SWIM. – Yo tengo problemas con el equilibrio, problemas de vértigo. Pensaba que nunca podría ir a un parque acuático, de esos de olas, con toboganes, que me iban a dar mareos, pues fui y me lo pasé fenomenal. Me siento muy orgulloso.
LA DUQUESA.- Yo tengo esquizofrenia paranoide, por eso me nombraron presidenta.
PIJAMAS.- A mí me también me dijeron que tenía esquizofrenia.
LA DUQUESA.- Me salen imitadores en todas partes.
ALICIA.- Este es PIJAMAS. Un día se fue a la Facultad en pijama y ahí se dio cuenta.
LA DUQUESA .- ¿Pero un pijama clásico o de esos tipos chándal?
PIJAMAS.- No un pijama, pijama. De rayas y franela. No sé por qué me dio por ahí. Bueno, en fin, luego me cambiaron la enfermedad: que si trastorno obsesivo compulsivo, después que bipolar, lo descartaron y parece que ahora me quedo con trastorno obsesivo compulsivo.
SWIM hace sonar un instrumento.
EL CONEJO.- ¿ Alguna enfermedad más en la sala?
SWIM.- ¡Todas las que quieras!
ALICIA.- Artrosis, yo tengo artrosis.
LA DUQUESA.- Con los joven que eres, qué lástima mi amor, ¿y TÚ, TÚ que tienes?
ALICIA.- Contadle, contadle, no seáis tímidos.
TÚ nombras varias enfermedades.
EL CONEJO.- No llegamos, si continuáis así el Tiempo nos echa fijo. No hablemos más de enfermedades y vamos al meollo del asunto.
SWIM.-. El meollo es que mi cerebro funciona diferente, para algunas cosas me funciona mejor y para otras funciona peor. No hay más tu tía.
ALICIA.- (mirando a TÚ) Entonces ¿sus cerebros también funcionan diferente?
LA DUQUESA.- Claro que sí, todos tenemos la locura dentro, pero hay algunos que se nos salta el cliché.
EL CONEJO.- Disculpe, señora Duquesa, creo que quiere decir el click, que se nos salta el click.
LA DUQUESA.- Preguntas concretas, por favor.
ALICIA.- Pues no lo entiendo.
LA DUQUESA.- Cuántas veces te he dicho, Ali, mi amor, que el estrés es malo para nosotros y que en los espacios cerrados donde hay mucha concentración de gente tendemos a agobiarnos…
El CONEJO le dice algo al oído a ALICIA.
ALICIA.- Señora Duquesa, es una conversación muy interesante, pero me temo que debemos aplazarla para otro día, hoy tengo que conseguir las seis cosas imposibles antes del desayuno y por ahora sólo llevo tres.
LA DUQUESA.- Lo sé, lo sé, pero antes, voy a contaros una historia: (SWIM y PIJAMAS le hacen la banda sonora) Hubo una vez una joven que tenía delirios de grandeza, eran tan grandes sus delirios que por más que intentaba guardarlos en frascos, estos nunca eran suficientes para albergarlos a todos. Un día, leyendo un libro de otro tiempo, uno de sus delirios pegó un estirón tan grande que ninguno de los frascos que la joven tenía, servía.
SWIM.- Que hable el delirio, ¡que hable el delirio!
LA DUQUESA.- (poniendo voces) Duquesa, ¿por qué permites que te hablen así? ¿No te das cuenta de que intentan quitarte el palacio? / ¿Quién es la Duquesa? Aquí sólo estoy yo./¿Cómo que quién es la Duquesa? ¿No te reconoces en tu vestido?/ Así que la joven salió a la escalera y se puso a llamar a las puertas de todos sus vecinos gritando cosas horribles como:
SWIM Y PIJAMAS hacen unos sonidos horribles, tiran las tazas y las cucharitas.
LA DUQUESA.- Entonces, sus vecinos llamaron a los defensores del orden porque estaban asustados; las personas siempre nos asustamos de lo desconocido, qué le vamos a hacer. Y vinieron y las voces que sonaban como si fueran de verdad, le decían que le iban a hacer daño y que les quitase las armas. El problema con las voces es que tardas mucho tiempo en darte cuenta de que no son de verdad. Así que les intentó quitar las armas, y ellos la redujeron y la llevaron al médico. Y colorín, colorado, este delirio se ha acabado.
ALICIA.- Pero podrías haber hecho daño a alguien, imagina que coges el arma y…
LA DUQUESA.- Yo antes que hacer daño a alguien me hago daño a mí misma.
Se piensa que la locura es que vas a matar a alguien. Yo soy muy cariñosa.
ALICIA le da un beso.
LA DUQUESA.- Entonces en el médico empecé a pensar que todo era un conflot para llevarme al Teatro Real.
CONEJO.- Disculpe, Duquesa, querrá decir que creía que era un complot.
LA DUQUESA.- Pensaba que el médico había descubierto que, aparte de Duquesa, era una actriz famosa, y que me iban a llevar por sorpresa a dar un concierto en el Teatro Real, y que lo del médico era una tapanera para darme una sorpresa.
ALICIA.- A veces hay delirios bonitos…
SWIM.- La mente es muy prodigiosa.
LA DUQUESA.- Aunque a mí cosas bonitas pocas (silencio) Pocas. Pero bueno (ríe), una vez tuve un novio imaginario que era muy guapo… Con el que me fui a Canarias de vacaciones.
PIJAMAS.- Evidentemente la medicación es fundamental para una persona que tiene algo mental, la medicación es fundamental porque si no recaes.
SWIM.- (Toca un instrumento) Hora de la pastilla (ofrecen pastillas en una bandeja).
ALICIA.- Son caramelos, siempre que vengo me dan (come uno).
CONEJO.- Ay no, ahora se van a quedar todos groguis.
LA DUQUESA.- ¿Cuál era la pregunta perdona?
CONEJO.- La cosa imposible, Duquesa, el Tiempo vuela.
SWIM.- ¡Despelotaros hasta el final!
LA DUQUESA.- ¡Pero si hay niños, Swim! Perdonadle, patina un poco…
SWIM. – Pues jugamos a que están callados sin decir nada a ver lo que aguantan ahí quietos…
LA DUQUESA.- Eso es hebefrenia, no vale.
PIJAMAS.- Eso, yo creo que lo he tenido…
ALICIA.- Pero eso no es lo que os he preguntado.
EL CONEJO.- No os disperséis.
LA DUQUESA.- Necesito una taza limpia, esta está sucia, y así no puedo pensar con claridad, vamos a movernos todos una silla, venga, a moverse todos.
Todos se mueven.
ALICIA.- La cosa imposible, Duquesa, la cosa imposible antes del desayuno.
LA DUQUESA.– En la historia que os he contado hay una mentira, ¿cuál es mi mentira? Sólo tenéis una oportunidad y treinta segundos para decidir. El Tiempo empieza a andar. ¡Ya!
EL CONEJO saca su reloj y cronometra. Aparece EL CORAZONES.
EL CORAZONES.- ¿Se puede saber qué están haciendo?
CONEJO.- Con su permiso, tratábamos de…
EL CORAZONES.- De pegarse una merendola aquí o qué. Las normas indican que no se puede fumar y ese señor de ahí está fumando.
CONEJO.- Pero es de mentira…
EL CORAZONES.- Yo le veo fumando a ese señor.
CONEJO.- Y ya lo apaga.
EL CORAZONES.- Y tampoco está permitido dentro de los invernaderos comer, beber o tirar desperdicios.
CONEJO.- No son desperdicios, son hojas secas. Y discúlpeme el atrevimiento, pero no estamos dentro de ningún invernadero. Ahora estamos en el medio.
EL CORAZONES.- ¿En el medio? Ustedes no están bien de la cabeza.
LA DUQUESA.- Pues mire: no, muy bien no estamos, en eso sí que tiene razón.
¿Quiere una tacita de té?
EL CORAZONES.- Lo mejor es que recojan este desaguisado y que se vayan.
SWIM.- Irnos no.
ALICIA.- Irnos nunca.
CONEJO.- (baja la voz y hace un gesto como de yo me encargo) Recogemos todo esto en un momento, se lo prometo y nos quedamos sin hacer ruido continuando la visita.
EL CORAZONES.- No sé yo si deberían quedarse, pero recojan esto, por favor se lo digo, a ver si les va a ver más gente y se van a creer que esto es un merendero.
EL CORAZONES se va.
CONEJO.- Ya está, ya está. Ya pasó. Sigamos.
ALICIA.- La mentira, ¿cuál es?
Algún TÚ contesta. LA DUQUESA afirma y recita lo siguiente con la impostura del Siglo de Oro para dar por concluida la prueba.
LA DUQUESA.– Yo tengo imaginación igual que tú,
pero lo mío abarca más, más, más…
a mi imaginación hay que meterla en frascos para que no se despiste,
la vuestra anda despistada en general.
A lo mejor yo hago una cosa que tú no comprendes
y tú haces una cosa que yo no comprendo.
Aquí estamos todos locos
o
todos somos normales,
una de dos,
pero las dos
no.
ALICIA aplaude y le da otro beso.
ALICIA.- Gracias por la merienda, adiós Duquesa, adiós Swim, adiós Pijamas.
De momento ya hemos realizado la mitad de nuestro plan. Ahora falta la otra mitad. ¡Vamos!
[1] Este poema es una adaptación de El sombrero volandero, de Gloria Fuertes.