Tengo sospechas de que mi padre siempre ha sido un alien… Y como Benjamín, me gustaría pensar que no fue su culpa convertirse en alien, que no pudo evitar que un extraterrestre tomara su cuerpo como rehén y que se viera forzado a vivir una vida entera como host para esa criatura.
La primera novela de la grandiosa Juliana Muñoz Toro se llama 24 señales para descubrir un alien, ganadora del tercer concurso de escritura Tragaluz (2016), e ilustrada por la queridísima Elizabeth Builes. El texto se divide en 24 capítulos cortos en los cuales nos adentramos en la vida e imaginación del joven Benjamín, de ocho años, quien reúne señales para descubrir al ente que se ha apoderado de su padre. Con la ayuda de series televisivas sobre extraterrestres y el poder de la observación, que sólo se puede adquirir a esa edad, Benjamín nos demuestra las inconveniencias de tener que vivir con un padre controlado por un alienígena que le grita a mami, que siempre tiene hambre, que rara vez nos dirige la palabra, que en raras ocasiones nos hace un comentario, y que muy pocas veces demuestra que dentro de ese cuerpo solía existir un hombre normal.
Aunque 24 señales para descubrir un alien es narrado por un chico joven, no puedo evitar sentir que el razonamiento detrás de este niño fue el mío hacia mi padre, mucho más tarde en la vida. El libro es el comienzo de una relación extraterrestre con la figura paterna, que te hace querer ser otra persona frente a los demás (como el hermano gemelo imaginario que todos pretendíamos tener), que te hace llorar en las noches y te enoja cuando te quita un pedazo de carne para cortártelo en trozos pequeños y así evitar que te ahogues. Es a esta edad cuando la figura materna toma su forma más delicada, la que te acompañará por el resto de tus días, la que nunca quieres que te abandone, tan delicada, tan sumisa, tan ella. Ahí está la mujer a la que siempre amarás y a la que en raras ocasiones lograrás entender. ¿Cómo puede ser que el amor sea lo único que la ha mantenido con vida todo este tiempo? Hasta que te das cuenta de que eres tú quien la hace levantarse en las mañanas, es el Benjamín en todos nosotros quien la hace cambiarse de color de pelo según el ánimo y el amor del día a día que la inspira a tocarte la guitarra aunque sea por unos minutos.
Juliana Muñoz Toro nos abre las puertas del coming of age story que nos hace crecer y madurar hacia la adultez. Nos demuestra que dentro de cada adulto siempre existirá el niño que fuimos, que mataba insectos sin querer, que amaba a una gallina, que era tímido y malillo y delicado, todo al mismo tiempo… Eso de saberse niño.