Salud

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Anika Chugh

Una “ilusión”: la salud como un instrumento del colonialismo en Guinea Ecuatorial1

Hambre, represión y violencia disfrazada como civilización religiosa, progresismo y humanitarismo: así caracteriza el gobierno del régimen franquista en la Guinea Ecuatorial colonial. No hay ejemplo que personifique mejor esta idea que el asentamiento de Mikomeseng, una leprosería aislada establecida por la administración franquista específicamente para los ecuatoguineanos. Como los ciudadanos de la España peninsular sufrían de un brote de lepra después de la Guerra Civil, “the Franco dictatorship perceived this pandemic as an international embarrassment”2, que manchaba su reputación internacional. Por lo tanto, para distraer al mundo del desastre de salud pública de España, establecer el asentamiento de lepra de Mikomeseng fue el “ideal vehicle to promote an image of benevolent Francoist imperialism”1 y para demostrar la noble misión religiosa de la administración de aliviar el sufrimiento de la gente guineana. Sin embargo, la insurrección de Mikomeseng de 1946 reveló la realidad oscura de la vida en el asentamiento: “…patients in Mikomeseng were being subjected to a systematic campaign of hunger, forced labour and assault”3. Ya que los guineanos a menudo se morían de hambre, fueron forzados a trabajar en las plantaciones mientras estaban enfermos y los dejaron morir cuando ya no podían caminar. Además, la administración separó sin misericordia a los niños recién nacidos de sus madres infectadas de lepra, lo que causó altas tasas de mortalidad infantil. La administración franquista vio a Mikomeseng “as a means to demonstrate Spain’s credentials as a civilised and civilising global power”4 para establecer su legitimidad internacional. Esto es un ejemplo claro de cómo el gobierno franquista utilizó la salud de los guineanos para satisfacer sus propios motivos políticos.

El régimen franquista fue represivo y controlador, pero presentó una ilusión de benevolencia y eficacia — un tema que se encuentra a menudo cuando se estudia cómo el gobierno de Franco utilizó la salud en Guinea Ecuatorial para promover su propia agenda política y colonial. Viendo más allá de Mikomeseng, la administración impuso numerosas políticas de salud represivas, como extracciones de sangre obligatorias, dirigidas específicamente a la población masculina. Según Benita Sampedro, “los análisis de sangre se convirtieron en un mecanismo de vigilancia tecnológico, hasta el punto de que un ‘certificado de examen de sangre’ llegó a ser obligatorio para cualquiera transacción básica de la población local”5. La administración aún intensificó la política después de la Primera Guerra Mundial para imponer su control sobre todos los ecuatoguineanos: “En 1928, se impuso en Guinea un nuevo documento, el llamado ‘Pasaporte sanitario’…se convirtió en una documento sin el cual la gente no podía circular libremente de un poblado a otro…no podía firmar un contrato de trabajo u otro acuerdo legal, no podía efectuar ninguna transacción comercial, no podía obtener una licencia de caza, no podía casarse…”6 y “se impusieron multas de elevado coste por la violación de estos procedimientos, tan inasequibles para la mayoría que en muchos casos sólo podían pagarse con una pena de prisión”4. Estas políticas de salud tan arbitrarias les robaron a los ecuatoguineanos su autonomía en todos los aspectos de sus vidas, no solo en el ámbito de la salud. Como explica Sampedro, cualquier avance médico en la salud pública colonial nació de la necesidad de preservar “the life of the European population and military personnel, not the local population”7. Esto demuestra que al gobierno franquista no le importaba realmente mejorar la salud de los ecuatoguineanos ni desarrollar la infraestructura de salud pública del país, sino que buscaba imponer un control total sobre una población vulnerable para consolidar la posición del régimen de Franco como una poderosa fuerza colonial. De hecho, estas brutales políticas sanitarias impuestas en Guinea Ecuatorial fueron una extensión directa de acciones similares emprendidas contra los rivales políticos del régimen de Franco, los republicanos, en la España peninsular. La política de separación de niños en Mikomeseng, por ejemplo, reflejó una práctica similar en España, donde los hijos de prisioneros políticos republicanos fueron separados de sus padres y criados en instituciones católicas para limpiarlos de “infección política”. En ambos casos, el régimen de Franco en realidad no se preocupó por el interés del niño, sino que utilizó una política de crueldad para ejercer el control y fortalecer su propio poder, tanto dentro de la España continental como fuera de ella.

Establecer el poder colonial y asegurar la legitimidad internacional no fueron los únicos intereses del régimen de Franco cuando se trató de su gobierno en Guinea Ecuatorial: prácticamente todas las políticas sanitarias represivas se sustentan en el deseo de establecer una jerarquía racial. Sin embargo, el gobierno de Franco intentó ocultar este motivo ulterior, “argumentando que los españoles nunca se habían sentido superiores a los africanos…que los guineanos y los saharauís eran considerados ciudadanos en pie de igualdad con los peninsulares”. Entonces, “no existía ningún fenómeno colonial, y por lo tanto, no era necesario preparar ningún proceso de autodeterminación”8. Sin embargo, “la realidad distaba mucho de ser tan idílica como la presentaban los discursos oficiales. La mayor parte de los colonos y gobernantes españoles era abiertamente racista, como lo fue siempre la mayor parte de los coloniales”9. Otra vez, el régimen de Franco intentó presentar una “ilusión” al mundo — el régimen tenía un claro objetivo de establecer “’un nuevo hombre español’ y ‘una nueva España’” a través de la depuración y la mejora de la ‘estirpe racial’10, pero intentó disfrazar sus motivos fingiendo ver a los ecuatoguineanos como sus ciudadanos iguales en lugar de sus sujetos imperiales. Los oficiales del gobierno colonial aplicaron sus creencias profundamente racistas sobre la mente y el cuerpo africanos en las políticas y prácticas que impusieron a la gente guineana. Los médicos coloniales creían que “el ‘indígena’ gozaba de una inmunidad adquirida contra una epidemia…por su condición de organismo infectado de forma crónica. Este era el motivo, se consideraba, de que pudiera trabajar en condiciones ambientales adversas y, en cambio, el ‘blanco’ no”11. Dado que estos médicos “creían” que los blancos no eran lo suficientemente fuertes biológicamente para trabajar en las condiciones climáticas extremas de Guinea Ecuatorial, “la aclimatación era el motivo alegado por lo general para justificar la racialización de las relaciones laborales”10. Sin embargo, estaba claro que se trataba más de una cuestión de superioridad y poder que de biología: la administración franquista no quería permitir nada que disminuyera “el prestigio de los metropolitanos ante los indígenas”12. Por forzar a los guineanos a trabajar en condiciones muy duras bajo la supervisión de los oficiales coloniales blancos, el régimen de Franco estableció esa jerarquía racial físicamente y afirmó su dominio. Sampedro conecta esta idea con la etiología de la malaria, otra epidemia que plagaba a la población de la colonia de África occidental. Esta enfermedad, sin embargo, a menudo se describía a través de la perspectiva del racismo científico, como afirmó un médico militar: “‘Ninguna raza goza de inmunidad enfrente del paludismo, pero la raza negra parece poseer cierta resistencia que le permite soportar con alguna esperanza de no sucumbir, los trabajos rudos del campo y del bosque’”13. Se suponía que los ecuatoguineanos experimentaban estas enfermedades con tanta frecuencia que estaban infectados de forma crónica y, por lo tanto, habían desarrollado una tolerancia a las enfermedades, lo que los hacía más adecuados para el trabajo físico que los trabajadores blancos. Sin embargo, estas suposiciones sin razón solo sirvieron para justificar la explotación de los trabajadores ecuatoguineanos. Su trabajo forzado en las plantaciones de cacao, uno de los productos más lucrativos de la colonia española, sirvió para revivir la economía española después del desastre de la Guerra Civil. Como tal, al mundo le parecería que la administración de Franco estaba avanzando la economía española y que tenía una buena influencia en el país, fortaleciendo así el régimen como el verdadero gobierno de España, el objetivo principal del régimen.

La administración colonial de Franco no sólo aprovechó los problemas de salud que ya existían en Guinea Ecuatorial, sino que introdujo nuevos problemas de salud en la población local: “uno de los problemas de salud más devastadores en Guinea Ecuatorial durante finales del siglo XIX y la primera parte de XX: la circulación a gran escala de alcohol importado”14. La constante entrada de alcohol a Guinea Ecuatorial provocó altas tasas de adicción en la población nativa; sin embargo, la administración franquista permitió que el problema proliferara para preservar “las oportunidades lucrativas que este producto commercial presentaba para los lobbies empresariales el la metrópoli”13. El régimen de Franco siempre priorizó su propio éxito económico y su posición global, incluso cuando se produjo a expensas de la salud de sus poblaciones coloniales. Al introducir el tema del alcoholismo en la población guineana nativa, la administración esencialmente creó un nuevo medio a través del cual podía debilitar y controlar a los guineanos. Después de la Guerra Civil Española, el régimen de Franco buscó establecerse y ganar reconocimiento mundial como el verdadero gobierno de España — como tal, Guinea Ecuatorial y su gente se vieron reducidos a un medio para lograr este objetivo. Todas las políticas de salud establecidas por la administración franquista en Guinea Ecuatorial sirvieron para fortalecer la propia administración, no para mejorar la población local guineana como proclamaba. La dictadura intentó ocultar sus verdaderos motivos creando una ilusión de humanitarismo y progreso cuando, de hecho, el régimen solo estaba interesado en su propio desarrollo y no en el de su colonia. Las crueles políticas sanitarias establecidas por la dictadura franquista crearon un precedente peligroso para los futuros gobiernos aún después de la independencia de Guinea Ecuatorial: Donato Ndongo-Bidyogo, escritor ecuatoguineano, explica que “han generado toda una cultura represiva, pues aún en la actualidad, los gobiernos nacionales que sustituyeron a los coloniales han continuado la costumbre como método de represión y control de la población”15. Ndongo-Bidyogo escribe sobre el primer líder de la Guinea Ecuatorial independiente, Francisco Macías Nguema, un dictador que “quema, arrasa y saquea los pueblos de sus enemigos, persiguiendo los fantasmas de su cerebro enfermo y atormentado”16. Está claro que el pillaje y la explotación de Guinea Ecuatorial por y para el régimen de Franco sigue teniendo efectos duraderos en el mundo moderno.

  1. Este ensayo ha sido escrito dentro del marco de la clase “Historias de ciencia, medicina y salud en el mundo hispano” (Primavera, 2023), impartida por Jordana Mendelson (Departamento de Español y Portugués, New York University).
  2. Brydan, David, “Mikomeseng: Leprosy, Legitimacy and Francoist Repression in Spanish Guinea” (Oxford University Press, 2017) p. 629.
  3. Brydan, p. 639.
  4. Brydan, p. 644.
  5. Sampedro Vizcaya, Benita, “La economía política de la sanidad colonial en Guinea Ecuatorial” (Madrid, ENDOXA, 2016) p. 291
  6. Sampedro Vizcaya, Benita, “La sanidad en Guinea en la época colonial” (Apuntes Históricos, 2015) p. 50.
  7. Sampedro Vizcaya, Benita, “Health, raciality and modernity in colonial Equatorial Guinea” (Academia, 2018) p. 58.
  8. Nerín, Gustau and Abad, Gustau, “Mito Franquista y Realidad de la Colonización de La Guinea Española” (El Colegio de México, 1997) p. 12.
  9. Nerin and Abad, p. 13.
  10. Gómez, Luis Ángel Sánchez, “La Antropología Al Servicio Del Estado: El Instituto «Bernardino De Sahagún» Del CSIC (1941-1970)” (Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, 1992) p. 34.
  11. Purcet Gregori, Aleix, “Racismo científico y modelo colonial en el primer franquismo: Guinea Ecuatorial” (Revista De Historia Contemporánea, 2022) p. 269.
  12. Purcet Gregori, p. 270.
  13. Sampedro Vizcaya (2016) p. 289.
  14. Sampedro Vizcaya (2015) p. 49.
  15. Sampedro Vizcaya (2018), p. 64.
  16. Ndongo-Bidyogo, Donato, “Historia y tragedia de Guinea Ecuatorial” (Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2014), p. 6.

Bibliografía

Brydan, David. 2018. “Mikomeseng: Leprosy, Legitimacy and Francoist Repression in Spanish Guinea, Social History of Medicine.” Social History of Medicine, 32(1), 218–219. 

Campos, Alicia. 2003. “The Decolonization of Equatorial Guinea: The Relevance of the International Factor.” The Journal of African History, 44(1), 95–116.

Gómez, Luis Ángel Sánchez. 2020. “La Antropología Al Servicio Del Estado: El Instituto ‘Bernardino De Sahagún’ Del CSIC (1941-1970).” Disparidades: Revista de Antropología, 47(1).

Ndongo-Bidyogo, Donato. 2014. “Historia y tragedia de Guinea Ecuatorial”. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 3–8. 

Nerín, Gustau, and Abad, Gustau. 1997. “Mito Franquista y Realidad de La Colonización de La Guinea Española.” Estudios de Asia y Africa, 32(1), 9–30. 

Purcet Gregori, A. 2022. “Racismo científico Y Modelo Colonial En El Primer Franquismo: Guinea Ecuatorial.” Ayer: Revista De Historia Contemporánea, 118(2), 255–282.

Sampedro Vizcaya, Benita. 2018. “Health, Raciality, and Modernity in Colonial Equatorial Guinea.” Post/Colonialism and the Pursuit of Freedom in the Black Atlantic, 51–74.

Sampedro Vizcaya, Benita. 2016. “La economía política de la sanidad colonial en Guinea Ecuatorial.” ENDOXA, 37, 279–98.

Sampedro Vizcaya, Benita. 2015. “La sanidad en la época colonial en Guinea Ecuatorial.” Apuntes Históricos, 46–51.